Organización alerta del peligro del uso de antibióticos en truchas en Perú

Lima, 4 may (EFE).- El uso excesivo de antibióticos en las piscigranjas de truchas en Perú está generando resistencia a estos medicamentos en los peces, lo que podría afectar a la salud de las personas, además de contaminar el medioambiente, afirma un estudio de la Asociación para el Rescate y Bienestar de los Animales (ARBA).

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"Cuando las truchas se enferman, los criadores tienen dos formas de medicarlas: tratar a cada una o echar los antibióticos al agua junto a la comida. La segunda es más fácil y frecuente en las piscigranjas del Perú. Esta práctica normalizada es perjudicial porque contamina los ríos y está haciendo que estos peces generen resistencia a los antibióticos", indica la organización en un comunicado.

En Perú, la trucha es la especie acuática más explotada para el consumo interno y exportaciones, y ARBA cuestiona el hacinamiento y las condiciones poco saludables de las piscigranjas en las que se crían a estos peces, que en 2021, alcanzó un producción a nivel nacional de 48.127 toneladas, según cifras del Ministerio de la Producción.

Este nuevo estudio ha recogido muestras obtenidas de truchas arcoíris provenientes de centros productores de Puno, Cajamarca, Junín y Áncash, donde se encontró que la bacteria "Aeromonas salmonicida" se ha vuelto resistente a la amoxicilina, el ácido oxolínico y la oxitetraciclina, que son los antibióticos usados con más frecuencia.

ARBA advierte que el uso indiscriminado de antibióticos puede generar resistencia en el futuro y un posterior impacto en la salud de las personas, de los peces y en el bienestar del planeta, explica su directora de políticas alimentarias e investigación, Patricia Castañeda.

"No estamos contra el uso de medicamentos cuando las truchas se enferman. Estamos en contra del hacinamiento que produce estrés y enfermedades, así como el uso de antibióticos como profilácticos. Buscamos concientizar sobre esta problemática e involucrar a los profesionales de la salud, incluidos los ingenieros pesqueros, para promover prácticas responsables de estos medicamentos y su aplicación en los peces", indica.

La organización ambiental, que ha publicado un vídeo sobre este tema, también resalta el desconocimiento de las personas que consumen truchas con antibióticos.

"Estamos consumiendo antibióticos, porque muchas personas desconocen que cuando comemos trucha u otros animales que son criados en hacinamiento, a lo que se aplican antibióticos, a veces de manera preventiva", dijo Castañeda.

Detalló que esta situación puede aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos en los humanos, lo que puede hacer que los tratamientos con estos medicamentos sean menos efectivos.

El uso excesivo de este tipo de medicamentos también tiene una consecuencia para el medioambiente, porque los antibióticos que se utilizan en las piscigranjas pueden filtrarse y contaminar las aguas de los afluentes cercanos, lo que puede alterar la cadena alimentaria y tener un impacto en la biodiversidad.

Además de la posibilidad de contaminación del suelo, puesto que el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos puede dificultar el tratamiento de las infecciones bacterianas en humanos y animales, entre otros.

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