De acuerdo a la sicóloga Juana Gauto Rojas, “la depresión navideña es un estado de ánimo que aparece en esta época de fin de año con las fiestas de Navidad y Año Nuevo y es importante trabajarla”.
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Agrega que si este sentimiento se mantiene “por más de dos semanas y está acompañado de otros problemas como el perderle gusto a las actividades que antes nos encantaban podría tratarse de un Trastorno Afectivo Estacional (TAE) (que sucede en el invierno, en el hemisferio norte y en verano en el hemisferio sur), también conocido como depresión navideña”.
La sicóloga Juana Gauto Rojas dice que para reconocer si uno mismo o alguien del entorno familiar se encuentra con este cuadro hay que atender ciertos síntomas como:
- Profundos sentimientos de tristeza.
- Nostalgia por lo que se perdió o no pudo ser.
- Disminución del apetito.
- Problemas para dormir.
- Irritabilidad o mal humor frente a los símbolos navideños.
- Ansiedad respecto a la forma en que pasaremos estas fiestas.
Por otra parte, la profesional enfatiza en las causas que disparan la depresión navideña:
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- La soledad, real o autopercibida.
- Las fiestas navideñas son una oportunidad para compartir con los afectos, pero no todos pueden hacerlo, tal vez hay personas que están solas o con problemas con miembros de su familia por diferentes causas.
- La presión por lograr la unión, la armonía y la paz familiar
- En esta época del año, la publicidad influye negativamente en las personas que no tienen cerca a sus seres queridos ya que generalmente los comerciales que invitan al consumo y las compras, muestran escenas idealizadas con familias unidas.
- Los problemas económicos y su influencia en la depresión navideña
Depresión navideña y pandemia
Estos dos años de pandemia y el encierro por cuarentena “trajeron consigo una situación financiera difícil para muchos y la presión para ‘festejar a lo grande’, abruma a muchos que no pueden adecuarse a estas expectativas sobre todo en el caso de los niños. El desempleo o subempleo tristemente es una realidad, sumado al no saber cómo satisfacer las necesidades básicas de sus familias, todo lo cual resulta muy angustiante”, explica la sicóloga Juana Gauto Rojas.
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Por otro lado, la pérdida de seres queridos es “quizá sea uno de los motivos más frecuentes de la depresión en Navidad y Año Nuevo. Muchas personas recuerdan a aquellos seres queridos que ya no están, y en estas fechas su ausencia es más sentida por lo que el vacío que se siente es inmenso. La Navidad ya no es la misma porque esas personas ya no están”.
Similares situaciones se dan cuando se vive en un contexto de separación o divorcio, “con el agravante de que en muchos días festivos uno de los progenitores deberá pasar dicha festividad sin la compañía de los hijos. Y para los niños en muchos casos, esto implica tener que elegir entre pasar Navidad con papá o con mamá·.
Así también, un hecho que “alimenta” el cuadro de depresión navideña es la migración, “cada día más frecuente. La búsqueda de mejores oportunidades lleva a migrar y tratar de encontrar otros horizontes. Esta situación puede provocar depresión navideña tanto en quienes viajaron como en quienes se quedaron en el terruño. Más aún si no se tienen los medios para volver al hogar aunque sea por unos días”.
Otro factor importante es que conforme los años pasan, los hijos van creando sus propias familias lo que lleva a ir alternando los días de reunión y en ocasiones genera discrepancias y conflictos. Asimismo, para los hijos adultos de padres divorciados puede resultar complicado distribuir el tiempo de modo que puedan ver a los padres con sus parejas respectivas.
¿Qué hacer ante un cuadro de depresión navideña?
La psicóloga Juana Gauto Rojas recomienda no pretender unas navidades “perfectas” y comprender el hecho de que no todas las personas son completamente felices, ya que en muchas ocasiones se produce un alto grado de malestar emocional y sentimientos de culpabilidad al no cumplir con la presión consumista “de ser felices y estar alegres”.
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- Ser agradecidos, buscar razones para expresar gratitud por lo ocurrido en el año, aprender de las experiencias que calificamos de negativas.
- Tener una actividad, física o espiritual, que disfrutemos y que se pueda mantener con cierta periodicidad.
- ¿Cuándo pedir ayuda profesional?: en caso de notar que con estos recursos seguimos sin estar del todo bien, buscar apoyo y no esperar a que la situación empeore.
- Y si la depresión ya es severa, ponerse en manos de sicólogos que nos ayuden a lidiar y a resolver el problema.
Tips para hacer más llevaderas las fiestas de fin de año
Fijarse expectativas reales en cuanto a:
- Los gastos según la situación económica de cada uno.
- Superar el ideal de “Navidad perfecta” que los medios pretenden “vendernos”.
- Evitar la excesiva rumiación sobre nuestra vida y los acontecimientos que consideramos “malos”.
- Aceptar la pérdida y procesar el duelo, “tenemos derecho a estar tristes cuando el motivo principal de esa tristeza es la falta de un ser querido.
- Aprender a decir que “no”, evitar hacer cosas sólo por compromiso u obligación, y llevar a cabo actividades que nos hacen sentir bien con nosotros mismos.
- Establecer unas expectativas reales sobre la situación familiar y cómo serán las celebraciones.