Kokedama, arte en jardinería

La novedosa técnica japonesa que mezcla mantillo, humus, arena gorda y musgo atrae a los curiosos de la jardinería, aquellos que quieren innovar con materiales accesibles. Sorprenda con un arte verde que adorna todos los espacios.

Más sencillo, más hermoso, el kokedama puede adornar tu casa.Gentileza,
audima

Kokedama es arte en jardinería, un amor a primera vista que adornan sectores con vida en el hogar o la oficina.

Cualquier planta que posea raíces puede convertirse en un kokedama.

Raquel Martínez Crosta, de paso por Paraguay ya que vive en Inglaterra, conoce muy bien esta técnica japonesa que la aprendió de una ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional de Asunción.

Luego del estrés y la incertidumbre causados por la pandemia Raquel prefiere conectarse con la naturaleza, escuchar música japonesa y prepara el kokedama.

Tiene a mano un brote de una planta de interior que puede ser una sansevieria trifasciata (espada de San Jorge), pero puede ser también un brote de kalanchoe o cualquiera de interior con raíces.

La bola contiene mantillo de monte, humus de lombriz, arena gorda y piedritas de jardín con agua.

En una latona pequeña colocó mantillo de monte y humus de lombriz, que enseguida une con un poco de agua haciendo que esa mezcla no sea ni muy húmeda ni muy dura. Desechando pequeños gajos o troncos.

Mientras moldea relajese, conectese con la naturaleza.

Kokedama con un sustrato que alimenta a la planta

Le agrega tierra gorda y perlitas o piedras trituradas chiquititas de color blanco para jardín, que colaborarán para el drenaje.

El amasado paciente y lento le permite relajarse, olvidando por un momento los problemas que hasta ese momento le mortificaban.

Procura que la mezcla sea lo más redonda posible. Y con los dedos pulgares hace un orificio para luego colocar la planta cuyas raíces largas cortó a la mitad con una tijera desinfectada.

Una vez que la planta queda insertada cierra el orificio; mientras la sala se llena de sonidos que la hermosa música japonesa tradicional es capaz de transmitir.

Tenga en cuenta el tamaño de la planta con raíz y el sustrato o mezcla que la contiene.

Kokedama arropado con musgo

El siguiente paso es “extender el musgo de fibra de coco” como un colchón. Justo en el medio coloca la bola que amasó con paciencia y la “arropa”.

Con un hilo de bordar, hilo de ferretería o incluso de coser el musgo queda perfectamente adherido. Empezó con un lazo en la cintura de la pelota y luego envolvió con el hilo de norte a sur, sin retaceos.

Han pasado horas entre una cosa y otra, pero esta enamorada del kokedama no está cansada, todo lo contrario. Sujeta el hilo con un lazo que denomina “oreja de gato”, y remata con un nudo.

Según Raquel la tarea es 100 % sensorial y relajante.

¿Cómo se riega?

Haga la prueba una vez por semana: levante el kokedama y si está muy liviano, quiere decir que la planta ya absorbió el agua que contenía.

Prepare un bol con agua y sumerja la bola un poco más de la mitad, solo dos minutos y verá que las burbujas dejan de producirse.

Retire el kokedama y coloque sobre una rejilla para que escurra el agua excedente. Como se trata de una planta de interior su lugar es bajo techo, una galería por ejemplo, sobre un plato de cerámica o un colgante de fibra.

La planta necesita luz solar para el proceso de fotosíntesis, pero esta debe ser suave de la mañana, y el riego según requerimiento.

Al año siguiente cambiará el sustrato porque la planta habrá crecido.

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