El colágeno es una proteína presente en forma natural en la piel, cuya función es dar soporte y estructura.
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A partir de los 25 años la producción del colágeno disminuye en 1% en forma anual y como es responsable de la firmeza y elasticidad de la piel, es natural que la misma pierda gradualmente el sostén. Esto provoca el descenso de los tejidos y que el rostro vaya perdiendo su contorno natural.
La doctora Alma Yegros, especialista en clínica estética y envejecimiento fisiológico señala que un bioestimulador de colágeno es una sustancia diseñada para ser infiltrada en la dermis con el objetivo de regenerar esta proteína. Es decir, provocará la síntesis de colágeno de la propia piel (de las áreas tratadas) para recuperar el tejido envejecido.
Zonas más afectadas por la pérdida de colágeno
La doctora expone que las zonas más afectadas por la pérdida de colágeno son las mejillas, el cuello, la papada y el contorno facial, que son las zonas más comúnmente tratadas con estas sustancias.
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No obstante el tratamiento también puede ser realizado en escote, manos, brazos, abdomen, muslos, etc.
Puede ser utilizado para reposición de volumen a largo plazo, o como bioestimulante en forma de tratamiento preventivo. Estas sustancias son biocompatibles y bioabsorbibles, no dañan el cuerpo y se absorben sin perjudicar al organismo.
¿Cuál es el resultado?
El resultado es una apariencia natural. Más colágeno en la piel significa una piel más firme, menos flácida; es esta firmeza la que mejora el aspecto general del tejido, de forma muy natural y delicada.
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Los productos con los que contamos en nuestro país y que se encuentran habilitados por el MSPyBS son la hidroxiapatita de calcio, la policaprolactona y el ácido poliláctico.
Los efectos de los bioestimuladores son graduales y sostenidos. Los efectos son visibles a partir de 4 a 6 semanas, aunque el resultado final podrá notarse recién a los 3 meses y extenderse hasta por 18.
¿Cómo nos vemos después del tratamiento?
La especialista en clínica estética menciona que tras el tratamiento el paciente puede reincorporarse a su rutina habitual. Es posible una leve inflamación de las áreas tratadas y la aparición de algún hematoma, que puede durar algunos días. Los cuidados domiciliarios son mínimos.
“Cómo sabemos, cualquier procedimiento de grado médico conlleva cierto riesgo, es por esto que realizo un control a las dos semanas. A su vez esto brinda tranquilidad a los pacientes” dice.
Para la indicación de este y otros tratamientos, es necesaria una evaluación previa. Todos los protocolos son personalizados, de acuerdo a las necesidades y objetivos personales.