Generalmente, la noche suele ser el momento del día en el que nos sentimos más relajadas y precisamente por eso, podemos tener más hambre y solemos estar tentados a picotear algo rápido y normalmente poco sano, explica Gianette Trotte, nutricionista.
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“También estamos cansados y es fácil caer en la tentación de preparar una cena rápida y poco saludable. Y porque al final del día nuestro metabolismo se ralentiza (con todo lo que eso implica)”.
“Recordemos que la hora de cenar si importa, no solo es importante elegir alimentos saludables, sino también tener muy en cuenta cuál es la mejor hora para ingerirlos. Los expertos recomiendan cenar 2 o 3 horas antes de irnos a dormir. Si cenamos temprano, logramos que nuestro organismo ayune durante más horas, lo cual ha demostrado ser muy beneficioso”, explica la nutricionista Gianette Trotte.
La cena debería ser ligera
La nutricionista también dice que es importante controlar la cantidad de lo que vamos a ingerir, la cena debería ser ligera para favorecer el descanso y el proceso de digestión. Se recomiendan que la última comida del día suponga el 30% de la ingesta calórica total de la jornada.
Elijas los alimentos que elijas, te recomendamos cocinarlos con técnicas culinarias que requieran poca o ninguna grasa. También deberías evitar embutidos, salsas con mucha azúcar y sodio.
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“Lo mejor sería optar por un plato que contenga proteína y vegetales principalmente, como: pollo, huevos, pescado, carne roja (en cantidades moderadas) o proteínas vegetales. Este macronutriente es muy saciante, necesita más energía para digerirse. Lo ideal es acompañar esta ración de proteína con una ración de vegetales frescos, que debería suponer el 50% con respecto al resto de la cena. Y la bebida que acompañes con tu cena lo ideal sería que sea sin azúcar añadida” recomienda Gianette.
¿Sí o no a los carbohidratos de noche?
Para la nutricionista la respuesta es “depende”.
“Si el objetivo es perder peso sería mejor evitar el consumo de carbohidratos en la noche si es que ya consumiste suficiente durante todo el día (dependería mucho de la distribución de tus macronutrientes), pero si estás con un peso adecuado no tendrías problema en su consumo, recuerda consumir carbohidratos reales, nada de ultra procesados”.
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“Nuestro cuerpo no dice “son las 8 de la noche, ya he trabajado bastante, acumularé estos carbohidratos como grasa, lo que hace es aumentar el metabolismo de ellos, aumentando los niveles de insulina, reduciendo la lipólisis (utilización de las grasas), aumentando las hormonas tiroideas y aumentando la glucogénesis”.
“De forma general, en una dieta con una ingesta normal de carbohidratos, nuestras reservas de glucógeno casi nunca están llenas, por lo que, si a lo largo del día hemos consumido pocos carbohidratos, aunque nos comamos 2 frutas en la cena no se acumularán como grasa. Incluso es beneficioso ingerir frutas, ya que se ha visto que disminuyen la sudoración y sofocos en mujeres de mediana edad cuando duermen”, puntualiza.