Esa será la forma de celebración del 29 de enero de 1962, cuando Saint Laurent, con 26 años, presentó su primer desfile, que causó sensación en París y en el mundo de la moda.
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“La casa ya ha celebrado tantos aniversarios (...). Esta vez quería hacer algo diferente” declaró a la AFP Madison Cox, presidente de la Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent.
En 1983 varios vestidos de Saint Laurent pasaron a formar parte de los fondos del Museo Metropolitano de Nueva York. Era la primera vez que un modisto vivo entraba en las colecciones de ese museo.
La gran retrospectiva de la obra del modisto fallecido en 2008 se celebró en París dos años después. “Hubiera sido aburrido buscar en 2022 un espacio vacío, montar una escenografía como cualquier otra y amueblarla con los vestidos. Era importante integrarlos en las colecciones permanentes”, explica Madison Cox.
Diálogo con los maestros en el Pompidou
En el Centro Pompidou, los comisarios de la exposición han colocado los vestidos entre obras de arte contemporáneo. Destaca el vestido Mondrian, una de sus creaciones más famosas.
“Hay diálogos que reivindicó explícitamente Saint-Laurent, pero también nos hemos permitido algunas semejanzas visuales”. Como un vestido color naranja, con una ampulosa falda, en medio de las pinturas cinéticas de Sonia Delaunay, explica a la AFP Marie Sarré, del servicio de colecciones modernas del Centro Pompidou.
Madison Cox desea mostrar a través de estas exposiciones “de dónde surgían las ideas” de Saint Laurent para sus creaciones intemporales.
El Museo de Orsay ha elegido su Salón del Reloj, en pleno centro de la antigua estación de tren, para presentar los vestidos que Saint Laurent creó para un baile de la baronesa de Rothschild. En la galería de Apolón, en el Louvre, se exhibe una creación que se convirtió en un auténtico fetiche del modisto, un vestido que Saint Laurent creó en los años 1960 y que no dejó de versionear a lo largo de su carrera.
Una mujer con caderas y senos
El Museo de Yves Saint Laurent optó en cambio por presentar 350 bocetos del modisto, en los que se puede apreciar su maestría del dibujo y el color.
Era un dibujante “excepcional” asegura Aurélie Samuel, directora del museo. La colección da una idea de conjunto de la evolución de un artista que era exigente consigo mismo. Una vez dibujada y coloreada, se hacía un patrón de la pieza: se cortaba en algodón, y luego con el tejido final que Saint Laurent escogía.
Si el vestido no funcionaba “era borrado de la colección y del desfile. Era un artista: hacía un primer borrador, y si no funcionaba, volvía a empezar” explica Aurélie Samuel. Los preparativos de una colección duraban un mes y medio. Las telas se retocaban y ajustaban sobre una modelo, “algo que ya no se hace en la actualidad”.
“Cada tela era concebida sobre una modelo que tenía caderas, culo, senos. Los modelos actualmente no tienen una silueta que les permite caber en todos los vestidos” , opina Aurélie Samuel. (AFP).