La fibrilación auricular puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones relacionadas con el corazón.
¿Qué sucede entonces en el cuerpo? ¿Qué factores de riesgo existen? ¿Qué deben tener en cuenta las personas afectadas? A continuación, lo que hay que saber sobre este trastorno.
1. Frecuencia cardíaca irregular
Según explica la Fundación Alemana del Corazón, durante una fibrilación auricular el corazón late de manera irregular y rápida, con hasta 160 pulsaciones por minuto.
Estos problemas de latidos del corazón son provocados por impulsos eléctricos incorrectos. Su origen suele estar en las venas pulmonares, que desembocan en la aurícula izquierda del corazón.
A raíz del latido cardíaco irregular, las aurículas se contraen de manera rápida y descoordinada. La Fundación Alemana del Corazón agrega que esto puede hacer que se formen coágulos de sangre potencialmente peligrosos en sus convexidades.
Según detalla el cardiólogo Thomas Voigtländer, la fibrilación auricular es una alteración del ritmo cardíaco que debe ser tomada muy en serio. Y es imprevisible, porque muchas veces se presenta sin mayores síntomas.
“Si no se detecta y no se trata, la fibrilación auricular puede convertirse en un peligro para la vida, llegando incluso a provocar una insuficiencia cardíaca y un accidente cerebrovascular”, advierte el vicepresidente de la junta directiva de la Fundación Alemana del Corazón.
El corazón que late a ritmo irregular puede provocar mareos, falta de aire y una disminución del rendimiento. Al mismo tiempo, pueden ser señales dolor en el corazón, un aumento de la sudoración, inquietud interior y ansiedad, así como una breve pérdida de conocimiento.
2. Con la edad se incrementa el riesgo
Las cifras lo muestran claramente: el riesgo aumenta con la edad. Entre las personas menores de 50 años, la frecuencia de la fibrilación auricular es de menos del uno por ciento, pero en los mayores de 80, sube a entre el nueve y el 16 por ciento.
La presión alta es un elevado factor de riesgo. Según estos datos, aproximadamente tres de cada cinco personas con fibrilación auricular también tienen presión alta.
Cualquier persona que tenga la presión arterial alta u otras enfermedades como insuficiencia cardíaca, diabetes o EPOC, además de la fibrilación auricular, tiene un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Es especialmente importante que estas personas se tomen ellas mismas el pulso regularmente, al igual que lo haga también un médico.
En general se recomienda que las personas mayores y los pacientes con hipertensión se mantengan atentas al latido cardíaco con mediciones regulares del pulso, de manera que descubran a tiempo arritmias no detectadas.
Los expertos dejan además en claro que la fibrilación auricular no necesariamente es un riesgo vital inmediato y no debe confundirse con la fibrilación ventricular, que conduce al paro cardíaco en cuestión de pocos segundos.
No obstante, debe ser tomada en serio y debe ser tratada, a causa del mayor riesgo de accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca.
3. Las opciones de tratamiento
El objetivo es prevenir más riesgos para la salud y apuntar a combatir las causas.
Se pueden recetar anticoagulantes para reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular. Existen varias formas de tratar las arritmias cardíacas: además de la medicación, se incluye la obliteración del tejido del corazón responsable de las alteraciones para detener los falsos impulsos eléctricos (ablación con catéter) o cirugías.
Si la fibrilación auricular aparece solo rara vez y no dura demasiado tiempo, entonces puede ser razonable inicialmente únicamente tratar de forma constante las posibles enfermedades de base, como hipertensión arterial, EPOC o enfermedad cardíaca coronaria.
Asimismo resulta importante un estilo de vida saludable con movimientos regulares, una alimen