La reconocida reumatóloga pediátrica advierte que la derivación temprana y el tratamiento precoz cambian el pronóstico y hacen una gran diferencia en la calidad de vida de los niños que sobrellevan la enfermedad. Según la profesional, la artritis idiopática juvenil (AIJ) y el lupus eritematoso sistémico, seguido de la enfermedad de Kawasaki, son las patologías más frecuentes.
“En el día mundial buscamos crear conciencia y dar visibilidad a estas patologías ya que, si bien las enfermedades crónicas no tienen cura, siguiendo un tratamiento adecuado con controles regulares se puede lograr controlar la actividad de la enfermedad y darle una buena calidad de vida al paciente. Hay casos en donde la enfermedad incluso puede entrar en remisión definitiva”, refirió la Dra. Vega.
Algunas de las llamadas de atención para los padres, cuidadores o familiares son el dolor y/o tumefacción de las articulaciones, disminución o pérdida de fuerza muscular, que muchas veces se traduce en caídas frecuentes, cansancio, dificultad para levantar cosas o subir escaleras. Pueden presentarse también fiebre prolongada, decaimiento o pérdida de peso. Según el tipo de patología, puede haber compromiso de órganos y sistemas, como el pulmón, corazón, riñones o la piel.
“El tratamiento es según cada enfermedad particular e individualizado para cada paciente, pero en general se utilizan antiinflamatorios, corticoides e inmunosupresores”, puntualiza la especialista.
Viviendo con AIJ
Martín Rivas es miembro de la Asociación de Guerreros de la Artritis (AGA) y fue diagnosticado con AIJ a los 10 años. Hoy, con 37 años de edad y después de un largo camino recorrido, afirma que lleva una vida “99% normal” y que lo más importante junto con el tratamiento es el apoyo de la familia: “Quiero decirles a todos desde mi experiencia, porque desde niño lidio con la enfermedad, que muchas veces lo más importante es que te entiendan, que te cuiden, que te ayuden. Cuando uno es niño es difícil muchas veces comprender, por lo que les pido que den mucho apoyo y comprensión hacia los niños”.
Finalmente, la Dra. Vega destacó que son enfermedades con gran impacto en la calidad de vida y la dinámica familiar, por lo que el apoyo de la familia y entorno del paciente (maestros, amigos, compañeros), es crucial para desarrollar plenamente sus actividades, afectando lo menos posible en su autoestima o a su desenvolvimiento social.