Son muchos los beneficios de andar en bicicleta. Uno indiscutible es el ahorro, ya que no gasta combustible fósil, no hay gastos inmensos de respuestos y seguro y al propiciar un buen estado físico, se ahorra también en gastos de salud. ¡Y las bicis no pagan estacionamiento tarifado a Parxin! Según un estudio (Cycling and Health; What’s the evidence?, 2007), la relación riesgo vs. beneficio es de 1 a 20.
Pero ocurre que muchas personas, a pesar de ser conscientes de ello, enmascaran su pereza -o miedo- con una situación real que no reviste la magnitud con la que la pintan o consideran: el peligro de sufrir lesiones, accidentes o muerte al mando de una bicicleta.
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La existencia de infraestructura segura es clave para evitar accidentes que involucren a ciclistas, al separarlos del tráfico automotor.
En Asunción y el área metropolitana, la habilitación de una red de bicisendas de 31 kilómetros (construida con una donación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM)) comienza a cumplir esta función, aunque faltarían más kilómetros y un entramado más denso.
En algunos tramos también sería necesario ensanchar el carril de bicisenda y colocar separadores físicos que representen verdaderos obstáculos para que los automóviles no puedan atropellarlo.
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Tal peligro es menor al que está expuesto cualquier peatón, conductor de vehículos automotores, o usuario de éstos.
Veamos algunos datos, con la aclaración de que son meramente referenciales, pues si bien se extraen de las estadísticas oficiales de la Patrulla Caminera paraguaya, es de notar que la misma no interviene en todos los accidentes de tránsito que se producen en el territorio nacional (sea porque lo hace otra autoridad -Policía Nacional o Policía Municipal- o ninguna) y que el número de ciclistas es muy inferior al de los conductores y usuarios de vehículos automotores.
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Así, según esas estadísticas, de 2017 a 2019 las muertes de ciclistas en accidentes de tránsito fueron 2, frente a las de 61 peatones y 533 conductores o usuarios (acompañantes o pasajeros) de vehículos automotores (camiones, camionetas, ómnibus o minibuses, automóviles, maquinarias agrícolas e industriales, y motocicletas).
Entre los heridos no se registró a ningún ciclista, pero sí 122 peatones y 2.549 conductores y usuarios de vehículos automotores.
En cuanto a vehículos involucrados en accidentes de tránsito, durante el mismo periodo de tiempo, se advierten 10 bicicletas, 1.094 motocicletas, 3.474 automóviles, 2.390 camionetas, 659 ómnibus, minibuses, transporte escolar y ambulancias, 20 máquinas industriales o agrícolas y 1.720 camiones de todo tipo.
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Esto evidencia que aquel peligro es más imaginario que real: ya habíamos dicho que todo está en la mente.
En efecto, si prestamos atención a nuestro camino y respetamos las reglas de tránsito, a más de tener bien acondicionada nuestra bicicleta, las situaciones de peligro se reducen al mínimo.
“Atención oscilante, arrogancia, temeridad y, por qué no, estupidez”
Escribe Juan Carlos Keimer, autor del libro Bici Zen, ciclismo urbano como meditación, que “los enemigos públicos del ciclista no son los automóviles, autobuses o alcantarillas sin tapa. Es él mismo”.
“Su atención oscilante, arrogancia, temeridad y, por qué no, estupidez, pueden volverse en su contra. Pueden ocasionarle golpes similares o mayores que otros producidos por culpa de los conductores de vehículos motorizados, irregularidades del camino o falta de señalización”.
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Diez tips para evitar accidentes en bicicleta
1. Usar chaleco reflectante y luces reglamentarias (blanca al frente y roja en la parte trasera de tu bici) media hora antes de la puesta del sol y hasta media hora después de su salida;
2. Transitar siempre por bicisendas (donde las haya) o por el carril de circulación obligatorio (inmediato al cordón de la vereda derecha y en el sentido del tránsito) y respetar las señales de tránsito;
3. Hacer las señas oportunas para indicar tus giros o cambio de carril, prestando mucha atención antes de ejecutar alguna maniobra;
4. Atender las señalizaciones que realicen los conductores de vehículos y, si éstos están estacionados, tener cuidado de que el conductor o algún pasajero abran la puerta a tu paso;
5. Evitar maniobras zigzagueantes o imprudentes;
6. Procurar, de ser posible, circular por calles con la menor carga de camiones o buses del transporte público;
7. Eludir el uso de auriculares, por tentador que suene;
8. No circular alcoholizado o bajo los efectos de drogas;
9. Mirar permanentemente hacia el frente, de modo a advertir oportunamente todo obstáculo o inconveniente que pueda presentarse en tu camino; y,
10. Verificar, antes de salir a pedalear, si las ruedas de tu bici están bien infladas, así como de que todo esté en su lugar o funcionando correctamente.