Aunque el Alto Paraná cuenta con enormes ríos y lagos de agua dulce, muchos pobladores siguen padeciendo la falta de acceso a agua potable. Tal es el caso de los habitantes de la Sexta Línea de la colonia Naranjito, del distrito de Itakyry, quienes dependen del agua de los arroyos para subsistir.
Muchas familias recurren a carretas cargadas con bidones de plástico para transportar el agua desde los arroyos. Las personas con menos recursos se ven obligadas a llevar los bidones sobre sus espaldas. La escasez de agua también ha provocado la muerte de animales, causando grandes perjuicios a los pobladores, según relataron.
El arroyo más utilizado es el denominado Alegre, de donde extraen agua tanto para consumo, aseo y limpieza, a pesar de desconocer si es apta para el uso humano.
Los afectados relataron que llevan siete años reclamando una solución, desde cuando los pozos domiciliarios terminaron secándose, pero hasta ahora no han sido escuchados. Aseguraron haber recibido promesas de autoridades municipales, departamentales e incluso de parlamentarios, sin que estas se materialicen.
La diputada Bettina Aguilera (ANR-HC) es una de las que les prometió solución. Le consultamos, vía mensaje telefónico, si llegó a presentar algún proyecto de provisión de agua potable para la comunidad de Naranjito y a qué institución, pero no respondió. También llamamos a la línea de telefonía móvil que nos proporcionaron nuestras fuentes, pero no contestó. Estamos abiertos en caso de que desee referirse al tema.
Sin alternativas
Los habitantes de Itakyry afirmaron que no tienen otra opción más que consumir el agua del arroyo, lo que ha provocado múltiples problemas de salud, como vómitos y diarrea.
En respuesta a las constantes quejas, hace unos meses la Municipalidad construyó un pozo artesiano con un tanque elevado. Sin embargo, este no cuenta con una red de distribución lo suficientemente extensa para abastecer a las poblaciones más alejadas.