La Penitenciaría Regional de Ciudad del Este es uno de los reclusorios más superpoblados del país, enfrentando graves problemas de seguridad y salubridad. Se encuentra en una zona céntrica, rodeado de viviendas, comercios e incluso instituciones educativas.
Desde hace varios años, los pobladores de la zona vienen insistido en el cierre definitivo del penal. La apertura del Centro de Reinserción Social de Minga Guazú generó gran expectación, pero finalmente solo alberga a personas privadas de libertad ya condenadas, y excepcionalmente, a personas no condenadas.
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En su última visita a Ciudad del Este, el ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, reavivó las esperanzas al revelar que existen proyecciones para el cierre definitivo de la cárcel de varones de la ciudad.
El Centro de Reinserción Social de Minga Guazú, que cuenta con bloques de máxima seguridad, actualmente alberga a reclusos trasladados de diversas partes del país. Sin embargo, según Nicora, se dará prioridad a los internos provenientes de Ciudad del Este.
“Estamos dando prioridad exclusiva a Ciudad del Este porque tenemos planificado avanzar en la descompresión y, cuando tengamos habilitados tres nuevos centros penitenciarios, buscar el anhelado cierre de la penitenciaría de Ciudad del Este. A eso apuntamos, aunque aún queda un trecho por recorrer”, expresó.
El ministro Nicora refirió que la construcción del nuevo centro en Minga Guazú fue una medida para absorber gran parte de la población penal de Ciudad del Este. “Todos conocemos los problemas de seguridad, salud y las diversas complicaciones que conlleva tener un centro penitenciario en pleno centro de la ciudad”, añadió.
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Dijo además que primero se debe terminar de equipar los nuevos centros penitenciarios y formar a 890 nuevos agentes penitenciarios para tener en funcionamiento los tres nuevos centros penitenciarios. Con esto, la capacidad de albergue llegará a 3.600 nuevas plazas, lo que permitirá una reingeniería para todo el sistema penitenciario.
Seguridad aérea del Centro de Reinserción Social
Atendiendo que en los últimos meses se reportaron sobrevuelos de drones sobre el Centro de Reinserción Social de Minga Guazú, se tuvo que reforzar la seguridad aérea. Con apoyo de otras instituciones, como el Parque Tecnológico de Itaipú (PTI), el Consejo Nacional de Defensa, la Secretaría Nacional de Inteligencia y la Policía Nacional, se están estudiando otras formas de protección.
La principal preocupación radica en la gran cantidad de personas privadas de libertad, consideradas altamente peligrosas, que se encuentran alojadas en las celdas de máxima seguridad.