A las 20:14 de ayer, una madre llegó desesperada en motocicleta al cuartel K10 de los bomberos voluntarios, donde pidió auxilio porque su hijo había broncoaspirado y no podía respirar.
Los aspirantes llamaron de inmediato al capitán general Andrés Daniel Gómez López, quien en ese momento se encontraba descansando en un dormitorio.
Gómez López realizó una rápida evaluación y, al notar que la pequeña no podía respirar y que su piel comenzaba a tornarse morada, aplicó de inmediato el procedimiento de primeros auxilios para desobstruir las vías respiratorias.
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“Le vi todo morado y al mirar el rostro estaba medio morado. En ese momento dije que tenía que hacer algo para reanimarlo, entonces procedí a la maniobra de Heimlich. Primero le quise hacer parado en la puerta, pero como se movía demasiado me tuve que sentar”, explicó sobre esos minutos de mucha angustia.
El bombero relató que, tras lograr que el bebé volviera a respirar, le pusieron oxígeno durante tres minutos hasta estabilizarlo por completo.
La madre explicó que, al darse cuenta de que su hijo se estaba asfixiando, le dio algunas palmadas en la espalda, pero al no obtener resultados, salió desesperada de su casa en busca de ayuda. En su trayecto, vio los vehículos de los bomberos en el cuartel y llegó de inmediato a pedir auxilio.
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¿En qué consiste la maniobra Heimlich?
La maniobra de Heimlich es un procedimiento de primeros auxilios que se realiza para ayudar a expulsar un objeto que obstruye las vías respiratorias de una persona que se está asfixiando. Consiste en empujar rápidamente la parte superior del vientre (abdomen superior) contra el borde. Si es necesario, repita este movimiento hasta que el objeto que obstruye las vías respiratorias salga.