El juicio al brasileño Julio César Belmonte do Amaral inició el 10 de agosto pasado y en total se desarrollaron cinco audiencias. Durante el contradictorio público declararon varios testigos que confirmaron que el hoy condenado se reunía con otros miembros de la banda en un hotel del Paraná Country Club de Hernandarias.
Igualmente se desarrollaron varias pruebas documentales que comprobaron que una camioneta registrada a nombre de Belmonte do Amaral era utilizada por otros miembros de la organización criminal.
El hoy condenado integra una banda criminal denominada Riviera Maya, que había ganado ese nombre debido a que se formó en la región costera de México, conforme a una investigación de OCCRP (The Organized Crime and Corruption Reporting Project).
Lea más: Banda Riviera Maya: Perito revela cómo operaban en la Triple Frontera
La banda se dedicaba a clonar tarjetas de créditos y débitos instalando de forma clandestina un dispositivo en los cajeros automáticos a fin de copiar los datos mediante la lectura de la banda magnética. Para extraer el dinero utilizaban las mismas contraseñas de las víctimas, obtenidas mediante micros cámaras que también colocaban en los cajeros.
Según la investigación internacional Belmonte do Amaral era el responsable de extender las operaciones de la banda en la zona de la Triple Frontera. Luego de que sus cómplices, Marian Zarcu y Laurentiu Bota fueran detenidos en Hernandarias, el mismo fue localizado en Argentina en el año 2017, luego extraditado a Paraguay y condenado este martes.
Pena máxima
Durante los alegatos finales de la audiencia de hoy, el fiscal Carlos Almada, quien estuvo en representación del Ministerio Público solicitó la aplicación de la pena máxima de diez años a Belmonte do Armaral, reafirmando su acusación por falsificación de tarjetas de débito o de crédito y otros medios electrónicos de pago.
Mientras que la defensa del procesado, Lucía Franco pidió la aplicación de dos años de prisión y que se considere pena compurgada, teniendo en cuenta que el acusado está con arresto domiciliario desde el 2017.
Sin embargo, el tribunal de sentencia integrado por los jueces Marino Méndez e integrado por Zunilda Martínez y Hermonio Montiel concluyó que no habían dudas de la participación de Julio César Belmonte do Amaral en la organización criminal que se dedicaba a la clonación de tarjetas. A raíz de esto le aplicaron la condena de 8 años de cárcel.
“Este tribunal llega a la conclusión de que el acusado formó parte de asociación con los demás acusados (...) y tuvo directa participación con las demás personas ya procesadas. La pena justa y útil que cree el Tribunal debe imponer en este momento es la de ocho años de privación de libertad”, expresó el juez Marino Méndez, al momento de explicar los motivos de la sanción.
Enviado al penal
Como el brasileño estaba con arresto domiciliario, ni bien terminó el juicio oral se desarrolló una audiencia de revisión de medidas alternativas de prisión. Al respecto el Tribunal decidió revocar dicha medida y enviar al condenado a prisión.
Desde la sala del juicio oral, Belmonte de Amaral fue esposado y enviado a la Dirección de Policía de Alto Paraná para su posterior remisión a la penitenciaría regional de Ciudad del Este, donde permanecerá recluido. “Pesó fuertemente el peligro de fuga ante esta condena, el Tribunal resolvió revocar el arresto domiciliario”, dijo el presidente del tribunal.