El acusado es culpable de los ilícitos de abuso sexual, coacción sexual y violación en carácter de autor en perjuicio de su propia hija biológica. Así concluyó este jueves el Tribunal de Sentencia, compuesto por Serafín González, Fabio Aguilar y Vitalia Duarte, en un juicio oral desarrollado en el Palacio de Justicia de Ciudad del Este.
Según la acusación de la fiscala Liliana Denice Duarte, los abusos comenzaron en el 2003 y se produjeron en reiteradas ocasiones en una vivienda ubicada en Presidente Franco. En el 2008 la víctima, cuando tenía 15 años, dio a luz a una nena.
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El agresor mantenía constantemente amenazada a su hija para que no lo denuncie. Le advertía, además, que en caso de hacerlo mataría a su madre.
De acuerdo a los registros públicos, la denuncia se presentó en 2007 y el acusado estuvo prófugo por diez años, hasta que en 2017 fue detenido en Caaguazú por otro caso de abuso en perjuicio de una niña de cinco años.
ADN comprobó abuso
Una década después de la denuncia, la víctima cuando tenía 25 años fue entrevistada en la Cámara Gesell y se retractó de su versión brindada al principio de la investigación. No obstante, una prueba de ADN confirmó que la nena de la afectada es hija del acusado, por lo que se comprueba el abuso.
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Para la realización de la prueba, la Fiscalía primeramente tramitó el certificado de nacimiento de la niña, ya que no estaba registrada.
El nombre del condenado y demás detalles del caso se omiten en virtud a lo establecido en el artículo 29 del Código de la Niñez y Adolescencia que reza: “Queda prohibido publicar por la prensa escrita, radial, televisiva o por cualquier otro medio de comunicación, los nombres, las fotografías o los datos que posibiliten identificar al niño o adolescente, víctima o supuesto autor de hechos punibles”.