El traslado del penal genera mucha expectativa a los vecinos del barrio Boquerón de Ciudad del Este, donde está instalado actualmente el penal, debido a que está en zona residencial, gastronómica y de instituciones educativas, tanto escuelas como colegios y universidades.
Igualmente, autoridades locales se pronunciaron en reiteradas ocasiones para pedir celeridad en el traslado. La comisión de seguridad del citado barrio estima que hay un movimiento de unos 15.000 estudiantes, por lo que insistieron en el traslado total del penal.
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En principio, el traslado de interno se iba a limitar a los condenados pero esta mañana, el ministro de Justicia Édgar Olmedo Silva informó que la futura penitenciaría de Minga Guazú albergará también a los prevenidos, es decir no condenados.
El anuncio fue realizado, tras una reunión que mantuvo con una comisión de pobladores del barrio Boquerón de Ciudad del Este. Estos últimos reiteraron la preocupación que genera el funcionamiento del penal en una zona muy concurrida.
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“Analizamos criterios relacionados a la calidad de vida y el mejoramiento de los estándares de convivencia en los centros penitenciarios, así como la ejecución de programas efectivos de reinserción social, resguardando los derechos humanos de las personas privadas de libertad. Por ese motivo, hemos dispuesto que el nuevo penal de Minga Guazú albergue a prevenidos y condenados” indicó el ministro Olmedo.
Superpoblación
La cárcel regional de Ciudad del Este es uno de los centros penitenciarios más superpoblados del país. El reporte actual indica que alberga unas 1.351 personas privadas de su libertad cuando su capacidad máxima es de 450 a 500 personas. Esta superpoblación genera una serie de inconvenientes de seguridad y malas condiciones para los internos.
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Del total de la población, solo 398 personas son condenadas y las 953 restantes son prevenidos, es decir no condenados pero están con prisión preventiva.
Avance de obra
La construcción de la nueva penitenciaría se encuentra con un avance del 97% y se inició el proceso de equipamiento de las celdas cocina y lavandería. Estiman que en unos 45 días aproximadamente se podrían dar los primeros traslados.
“Cuando todo esté en condiciones, estaríamos evaluando el proceso de traslado de internos. El proceso de movilización total de internos del viejo al nuevo penal llevará aún un tiempo prudencial” añadió el ministro Olmedo.
Otra preocupación es la falta de agua potable en la zona, pues un análisis reveló que el vital líquido extraído de los pozos no es apto para el consumo.