La víctima relató que su calvario se inició en diciembre de 2020, cuando su jefe comenzó un acercamiento fuera de los tratos laborales. Primero se pasaba ofreciendo ayuda como psicólogo y luego ya directamente le propuso acercamiento del tipo sexual. Afirmó que en un primer momento no quiso denunciar el acoso sexual por temor a perder su trabajo, y que como su jefe se disculpó pensó que las cosas no iban a pasar a mayores.
Luego de ese momento comenzó a insistirle que ella necesitaba terapia psicológica y que él era el único que podía ayudarle con su trauma para que pueda lograr éxitos en la vida. Incluso llegó a amenazar en trasladarla a otras dependencias.
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La trabajadora acudió a otras dependencias de la institución, formuló la denuncia pero nunca le dieron una copia de su denuncia. Se hicieron reuniones en busca de una conciliación. En la reunión, la asesora jurídica, Nidia Silvero de Prieto, le recomendó que no recurra a otras instituciones e incluso se les sacó el celular para que no graben la reunión, conforme se escucha en un video.
En una segunda reunión quisieron hacerle firmar un documento en el que se compromete a no hablar más de la denuncia. Tras esa segunda reunión la misma perdió su embarazo, tras entrar en una crisis emocional.
Lejos de encontrar apoyo y protección la víctima fue desvinculada de su trabajo por lo que este jueves formalizó otra denuncia, pero esta vez ya ante el Ministerio Público. Desde la comuna esteña informaron que no hay ningún comunicado de parte de las direcciones involucradas al respecto.
Falta de protocolo
Desde la organización Kuña Poty informaron que desde el 2020 se dilata la promulgación de un protocolo de denuncias de acoso. El proyecto propone abordar todo tipo de violencia laboral y contempla el acoso. Afirmaron además que este tipo de acoso es un delito y ocurre no sólo en esta Municipalidad, sino también en la Gobernación, en universidades, en colegios y hasta en la calle por lo que urgen los protocolos de actuación para abordar los casos.