La sala de urgencias del Hospital Integrado Respiratorio de Alto Paraná recibió 21.000 consultas, desde que fue puesto en funcionamiento, en abril del año pasado. En lo que va del año se han registrado 2.751 hospitalizados y 1.332 fallecidos en ese centro asistencial.
Desde el mes pasado hubo un descenso considerable de las internaciones y las consultas.
Actualmente algunas salas de internación están sin pacientes. En ellas se pueden ver colchones gastados por largas internaciones. Los pasillos desde donde se oían los sonidos de los monitores y el ajetreo en las salas ahora son silenciosos.
Una de las trabajadoras médicas que presta servicio en el Hospital Integrado desde su creación es la doctora Noelia Torres Morel. Este viernes, la doctora Torres recorrió las salas vacías y no pudo contener las lágrimas al recordar los difíciles momentos que le tocó vivir con sus compañeros.
“Después de esta segunda ola no entré en estas salas vacías y se me eriza la piel. Pasamos muchas cosas acá. Son sentimientos encontrados, por un lado de mucha emoción y alegría porque ya no están llenas pero a la vez me acuerdo de todo lo pasamos acá. No fue fácil, la lucha que tuvimos fue muy larga en esta segunda ola”, expresó.
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La profesional hizo un llamado a la ciudadanía a que se tomen precauciones que las salas no se vuelvan a llenar de enfermos graves.
“Ojalá no se vuelvan a llenar estas salas, eso nada más estoy pidiendo. Pedimos conciencia a la ciudadanía, que sigamos vacunándonos porque de los contrario podemos volver llenar estas salsas”, dijo.
La doctora Torres Morel dijo que el año pasado los médicos tuvieron una dura batalla con la primera ola de covid-19, pero la segunda ola que se registró entre marzo y julio de este año fue peor por la gran cantidad de enfermos que llegaban en estado crítico.
Afirmó que los momentos más difíciles que le tocó vivir fueron cuando los pacientes se descompensaban.
“Lo más difícil fue ver a cinco a seis pacientes descompensarse de una vez. Muchas veces nuestras manos ya temblaban pero seguíamos dando todo de nosotros. Fue difícil ver de como este virus le descompensaba a nuestros pacientes pero dimos tripa, alma y corazón en esta sala, puedo decir esto por todos mis compañeros. Cada uno dio su vida, todo su conocimiento para dar la mejor atención a nuestros pacientes con covid. La primera ola fue fuerte pero la mortalidad y la severidad no se veía tanto como en la segunda. Además la gente nos culpa a nosotros y eso nos dolía y muchas cosas escuchábamos, solo Dios sabe todo lo pasamos acá”, relató.
La doctora recordó que algunos médicos pasaban más de 12 horas de guardia dentro de las salas, sin descanso, muchas veces sin comer o comiendo muy tarde.
¿Por qué atienden en el hospital integrado?
Noelia Torres Morel se graduó en Cuba y desde hace cuatro años presta servicios en el IPS. En febrero del 2020 hubo una convocatoria para conformar un equipo de contingencia para prestar atención a enfermos con dengue y ella no dudó en acudir. En pocos días, la finalidad del grupo cambió para dar atención a enfermos con covid-19.
Recordó que el primer paciente internado por covid en el hospital se llamaba Julio, quien se recuperó de la enfermedad.
“Era un paciente colaborativo, si él fallecía o algo así iba a ser diferente nuestro ánimo y sentimiento. Se quedó un mes aproximadamente en el primer bloque habilitado, denominado bloque B. Era toda una novedad colocarse las ropas de protección y quedar encerrado con un paciente con covid. Nuestro primer paciente nos enseñó muchísimo y como salió victorioso, fue algo muy positivo”, relató.
Los primeros grandes desafíos fueron atender a los albergados, compatriotas que llegaban del exterior y permanecían aislados. Igualmente los contagios masivos en la cárceles causaron las primeras “avalanchas” de internados.
A pesar de las grandes dificultades, la doctora Torres sigue prestando atención en el Hospital Integrado.
“Nunca pensé en desistir, desde muy pequeña tuve esta vocación pero como mi familia era muy humilde veía como un sueño difícil. No es algo que me cansa, para mi cada paciente representa mucho, me apasiona la medicina, siempre doy lo mejor posible a mis pacientes , en muchos casos hasta el último momento”, finalizó.
La doctora Torres pasó las dos olas de pandemia sin percatarse de que fue infectada por el virus. Recién cuando se hizo un prueba de antígenos para aplicarse la vacuna se percató que había sido contagiada.