Ayala ejerció el periodismo en varios medios de comunicación escritos, radiales y televisivos de la zona y en los espacios informativos se dedicaba principalmente a abordar problemáticas sociales como el precario sistema de salud pública, entre otras.
También se desempeñó como abogado y ejerció la docencia en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional del Este y en la Uninter (Universidad Internacional Tres Fronteras). En el ámbito catedrático, Ayala fue considerado por sus alumnos como un excelente profesional e impartía la enseñanza con empatía y vocación.
Su fallecimiento produjo una profunda tristeza entre sus alumnos y colegas de la docencia, al igual que entre sus excompañeros de trabajo en los medios de comunicación.
Ayala deja huérfana a una niña de seis años y su esposa permanece internada también a causa de la enfermedad.