“Rubia”: un cruel retrato de una Marilyn Monroe imaginaria

Ana de Armas da una actuación transcendental en un filme crudo, cruel y desafiante pero que no se limita a ser una crónica de sufrimiento gratuito, sino que intenta lidiar con ideas complejas sobre la toxicidad de la vida en el ambiente hostil de la cultura popular.

Ana de Armas en "Rubia", estrenada esta semana en Netflix.Netflix
audima

(Disponible en Netflix)

La nueva película del director Andrew Dominik es, en cierta forma, un filme hermano de su obra más aclamada, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Aquella película, una de las mejores que Hollywood produjo en la década del 2000, toma a un ícono de la cultura popular estadounidense y lo utiliza como un prisma a través del cual estudia el efecto distorsionador que una figura con tal fuerza gravitacional tiene en el mundo a su alrededor.

En Rubia, sin embargo, Dominik invierte la perspectiva. En vez de centrarse en el efector que Norma Jean Mortenson tiene en el mundo como Marilyn Monroe, se imagina el efecto que el mundo y Marilyn Monroe tiene en Norma Jean.

“Imagina” es la palabra clave, ya que la película es una adaptación de la novela Blonde de Joyce Carol Oates, que toma elementos clave de la vida de Marilyn Monroe y los utiliza como base para una historia de ficción sobre una mujer atormentada por traumas de su niñez, abusos y tragedias de todo tipo y la erosión mental y emocional de la fama y el ambiente de sexismo en que se ve obligada a desenvolverse.

La película ciertamente es indulgente – para dar un ejemplo benigno, probablemente no hacía falta una secuencia de dos minutos en la que Norma Jean recorre su casa buscando dinero para darle una propina a un repartidor de encomiendas – y las acusaciones de insensibilidad en la crudeza de sus imágenes no carece de fundamentos; los momentos de violencia sexual se sienten increíblemente explícitos y chocantes a pesar de que lo que ocurre en esos momentos siempre está mayormente fuera de cámara. La imagen de Norma Jean casi constantemente en angustia y con lágrimas en los ojos – en una actuación que probablemente le va a dar a Ana de Armas una merecida nominación al Óscar - llega a sentirse abrumadora.

Pero verdaderamente no se siente como que la película se esté regodeando o sacando algún tipo de gratificación en el sufrimiento de esta mujer, sino que trata de entenderlo y expresarlo, transmitirlo al público. Eso no lo hace menos difícil de ver ni más recomendable, pero no se siente como algo gratuito.

Al final, esta tragedia de una mujer asfixiada por una versión imaginaria de sí misma está dirigida y actuada de una forma opresiva pero tan cautivante, presentada de forma tan impresionantemente inusual para este tipo de drama hollywoodense, que no se le puede negar respeto a pesar de que su rigurosidad histórica probablemente no sea mucho mayor que la de Bastardos sin gloria o Había una vez en Hollywood de Quentin Tarantino.

La película tiene menos en común con una película biográfica tradicional y más con un thriller de terror surrealista, que admite abiertamente que no puede pintar un retrato certero del ícono de Hollywood como persona y usa esa falencia como su punto principal.

Dominik juega con el lenguaje visual del filme de formas interesantes desde el principio, pasando de color a blanco y negro y aplicando un filtro de neblina somnífera a la fotografía del filme, como si la misma realidad en que la película trascurre fuera un limbo entre realidad, sueño y pesadilla.

Hacia el final, la película la realidad del filme se deteriora por completo, con alucinaciones surrealistas como de una película de David Lynch o el Cisne Negro de Darren Aronofsky, y las transiciones entre una escena y otra se vuelven ambiguas de forma similar a la influyente Perfect Blue de Satoshi Kon, otro filme sobre una actriz cuya realidad se derrumba bajo el peso del mundo al que sirve de entretenimiento mientras su yo ficticio adquiere un dominio parasítico sobre yo real.

Existen muchísimas razones válidas para rechazar un filme tan frontalmente cruel y dudosamente ético como Rubia, razones para no recomendarla sin una larga lista de asteriscos. Pero detrás de todo eso hay una película que pinta un inolvidable retrato de la relación retorcida que puede existir entre arte, artista y público.

Calificación: 4/5

---------------------------------------------------------------------------------

RUBIA

Título original: Blonde

Dirigida por Andrew Dominik

Escrita por Andrew Dominik (basada en una novela de Joyce Carol Oates)

Producida por Brad Pitt, Dede Gardner, Jeremy Kleiner, Tracey Landon y Scott Robertson

Edición por Adam Robinson

Dirección de fotografía por Chayse Irvin

Banda sonora compuesta por Nick Cave y Warren Ellis

Elenco: Ana de Armas, Adrien Brody, Bobby Cannavale, Julianne Nicholson, Xavier Samuel, Evan Williams, Toby Huss, Scoot McNairy, Caspar Phillipson

Lo
más leído
del día