“Jojo Rabbit”, la gran tragedia desde una perspectiva infantil

El cineasta Taika Waititi hace una incisiva crítica al fascismo nazi (el antiguo y el moderno) con la historia de un fanático niño alemán y su amigo imaginario Adolf Hitler.

Taika Waititi y Roman Griffin Davis en "Jojo Rabbit".Fox Searchlight
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Jojo Rabbit es una entrada curiosa en la progresión cinematográfica del actor y director neozelandés Taika Waititi, cuya estrella ha ido en constante aumento en los últimos años.

No es tan divertida como What We Do in the Shadows, no es tan constantemente encantadora como Hunt for the Wilderpeople ni tiene la precisión de la crítica anticolonialista que fluía bajo la superficie marveliana de Thor: Ragnarok, pero al menos parte de la sensación de desconcentración que tiene el filme se siente intencional, una manifestación de la perspectiva infantil del filme.

Y es que la película rara vez se despega de su protagonista Johannes “Jojo” Betzler (Roman Griffin Davis), un niño fanático del régimen nazi en las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial, que vive con su madre Rosie (Scarlett Johansson, justificando plenamente su doble nominación a los Óscar) y cuya naturaleza solitaria lo tiene interactuando frecuentemente con un imaginario Adolf Hitler (Waititi).

Sin embargo, la confianza de Jojo en la fortaleza y autoridad moral del régimen nazi es sacudida cuando descubre que su madre ha estado ocultando a Elsa (Thomasin Mackenzie), una adolescente judía, entre los muros de su casa.

Thomasin Mackenzie como Elsa y Roman Griffin Davis como Jojo.

Jojo es un protagonista sorprendentemente antagónico para una película de este tipo, pero su irritante fanatismo nazi y su cómica convicción de la naturaleza traicionera y monstruosa de los judíos es clave para la idea central que Waititi plasma en el filme, la de la capacidad del fascismo de suprimir la humanidad de sus partidarios convenciéndolos de que son los únicos que pueden considerarse humanos y que cualquier persona distinta es inferior; y la de lo vulnerables que las personas más impresionables pueden ser a ese tipo de comunidades que explotan sus inseguridades con sentimientos de camaradería e iconografía “heróica”, un tema tan relevante en 2020 como lo era en 1945.

El desdén de Waititi es palpable, aunque es procesado como comedia, convirtiendo a los nazis adultos en payasos ridículos - haciendo gran uso de actores como Sam Rockwell, Stephen Merchant y Rebel Wilson - hasta que repentinamente clava los frenos y obliga a Jojo y al espectador a enfrentar, en una secuencia realmente devastadora, solo una parte microscópica del dolor que se multiplicó a razón de cientos de miles durante esos años de guerra, y además comenta sin tener que decir una sola palabra sobre la estrategia de los regímenes autoritarios de señalar a enemigos externos como los culpables de todos los problemas del mundo.

"Jojo Rabbit", nominada a seis premios Óscar, ya está en cines de Paraguay.

La película no es tan elegante en su alegoría en la mayor parte de su duración, sino que por lo general opta por ser extremadamente explícita, al punto de hacer que sus personajes –en especial Rosie y Elsa, los avatares de la razón en medio de la locura nazi– le reciten en la cara a Jojo los mensajes del filme, lo que podría considerarse algo que reprochar al guión de Waititi si la realidad actual, en la que grupos neonazis florecen por todo el mundo y cada vez más países eligen a mandatarios con tendencias autoritarias, no le diera la razón en su afirmación implícita de que el mundo actual en general es demasiado estúpido para procesar la sutileza en su arte político.

Aún cuando no siempre acierta –en particular los primeros veintitantos minutos de película son más bien aburridos–, durante la mayor parte del filme Waititi hace gala de una capacidad sorprendente para entrelazar humor con drama o suspenso, en secuencias entre las que sobresale una visita de la Gestapo a la casa de Jojo que es al mismo tiempo humorística y aterradora; y una batalla tan ridícula en el sentido de una parodia a lo Loca academia de policía como horrible y cruda en su violencia.

Aunque no llega a las alturas sus mejores películas, Jojo Rabbit es otro ejemplo de por qué el meteórico ascenso del perfil de Taika Waititi está más que justificado, sustentado en su capacidad de hacer cine conmovedor, cómico e inteligente.

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JOJO RABBIT

Dirigida por Taika Waititi

Escrita por Taika Waititi (basada en una novela de Christine Leunens)

Producida por Taika Waititi, Carthew Neal y Chelsea Winstanley

Edición por Tom Eagles

Dirección de fotografía por Mihai Malaimare Jr.

Banda sonora compuesta por Michael Giacchino

Elenco: Roman Griffin Davis, Scarlett Johansson, Thomasin Mackenzie, Taika Waititi, Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen, Stephen Merchant, Archie Yates, Luke Brandon Fields, Sam Haygarth

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