“Los dos papas”, un debate bien actuado pero incompleto

Jonathan Pryce y Anthony Hopkins brillan como los papas Benedicto XVI y Francisco en un filme que explora dos visiones distintas sobre la Iglesia Católica, pero que se pierde un poco en su reverencia a sus protagonistas.

Anthony Hopkins como Benedicto XVI y Jonathan Pryce como Jorge Bergoglio en "Los dos papas".
audima

En una entrevista sobre Los dos papas, su nueva película, el celebrado cineasta brasileño Fernando Meirelles –el realizador de películas como Ciudad de Dios y El jardinero fiel– enfatizó que su película es específicamente sobre los dos hombres a los que hace referencia el título, y no sobre los distintos escándalos y polémicas que la Iglesia Católica afrontó durante sus respectivos reinados, a pesar de que la película tampoco dejaría de tocar temas como los abusos sexuales y el rol del liderazgo en el Vaticano en encubrirlos.

Y si bien la película hace un muy buen trabajo al humanizar a sus dos protagonistas, principalmente gracias a las excelentes actuaciones de Jonathan Pryce y Anthony Hopkins, la película de Meirelles se siente demasiado encariñada con ambos pontífices para interrogarlos más allá de un nivel superficial.

La película comienza en 2005, poco después de la muerte del papa Juan Pablo II, cuando el cardenal argentino Jorge Bergoglio (Pryce) viaja a Roma para participar de la elección del nuevo papa. Aunque el argentino es considerado un candidato para liderar el Vaticano, finalmente el elegido acaba siendo el conservador cardenal alemán Joseph Ratzinger (Hopkins), que adopta el nombre de Benedicto XVI.

Meirelles adopta un estilo casi documental con ecos e imágenes noticiosas como transiciones mientras hace un salto en el tiempo hasta 2012, cuando la Santa Sede se ve sacudida por filtraciones de escándalos de corrupción y abusos sexuales encubiertos por el Vaticano que dan un duro golpe a la autoridad del papa. Bergoglio viaja a Italia convocado por el papa, ansioso por pedirle al pontífice que acepte su retiro, pero Benedicto XVI tiene otros planes en mente.

"Los dos papas" se estrenó en Netflix el pasado 20 de diciembre.

Si bien la atracción central de la película son Pryce y Hopkins, cuyos debates no solo son interesantes interpretaciones de las diferencias filosóficas entre ambos religiosos y, por asociación, de los constantes duelos entre tradición y progreso que sin duda rugen en cualquier religión actual, no hay que desmerecer lo mucho que la dinámica dirección de Meirelles hace para amenizar lo que de otra forma podría haber sido una película muy seca.

También es importante reconocer el sólido guión de Anthony McCarten, un experimentado guionista de “biopics” que adapta al cine su propia obra teatral (The Pope) con sorprendentes dosis de humor que pintan una imagen muy tridimensional de ambos íconos religiosos, desde su amor compartido por la pizza hasta el fanatismo futbolero de uno y la predilección de otro por perros policías que resuelven crímenes en la televisión.

A menudo la película salta en el tiempo, devolviéndonos a la juventud de Bergoglio (interpretado en estas escenas por Juan Minujín), sus inicios en la orden jesuítica y, principalmente, su polémica actuación durante la dictadura militar de los ’70 y ’80 en Argentina, que la película pinta como un esfuerzo por proteger a sus sacerdotes que lo llevó a colaborar con la dictadura, con consecuencias trágicas.

Esas secuencias acarrean una tensión que evoca el trabajo “latino” de Meirelles en Ciudad de Dios, pero el problema es que se sienten como parte de otra película que ciertamente hubiera sido interesante ver en su totalidad, pero acaba teniendo que compartir tiempo de metraje con otra película, la de dos hombres de poder y autoridad debatiendo sobre el alma de la Iglesia, que igualmente se siente incompleta.

Jonathan Pryce, como el cardenal Jorge Bergoglio.

Es quizá por eso que al llegar a su conclusión, la película se siente al mismo tiempo demasiado larga y necesitada de más tiempo para explorar principalmente a Benedicto XVI, que acaba siendo más bien una figura secundaria con aspectos muy interesantes – como su pasado vinculado al régimen nazi que hace eco del dilema de Bergoglio con la dictadura argentina, o su pesar por la forma en que manejó las denuncias de abusos sexuales en la iglesia y cómo eso informa su cambio de perspectiva sobre la tradición versus el cambio e influencia su decisión final – que la película apenas hace amago de tocar.

Los dos papas es un gran despliegue de los talentos de dos actores de calibre grueso – las escenas en las que el viejo Bergoglio habla en español tienen que ser un muy buen trabajo de doblaje, porque de lo contrario el británico Pryce habla español con un acento argentino demasiado perfecto – pero le falta la profundidad necesaria para ser una película realmente trascendental.

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LOS DOS PAPAS (The Two Popes)

Dirigida por Fernando Meirelles

Escrita por Anthony McCarten (basada en una obra teatral de Anthony McCarten)

Producida por Jonathan Eirich, Dan Lin y Tracey Seaward

Edición por Fernando Stutz

Dirección de fotografía por César Charlone

Banda sonora compuesta por Bryce Dessner

Elenco: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Lisandro Fiks, Germán de Silva, María Ucedo, Sidney Cole, Willie Jonah, Achille Brugnini, Federico Torre, Josello Bella

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