Uno entra a las redes sociales de Hugo Lobo y ve una infinidad de afiches. Hugo Lobo y su backing band, formato cuarteto, con Dancing Mood. Sus conciertos son anunciados por toda Argentina y el exterior. Es que el artista supo hacer de la trompeta y su creatividad sus vehículos para disfrutar y compartir.
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Es que si bien el músico no podía escapar de este destino de notas y melodías, ya que su padre es el baterista y percusionista tucumano Rubén Lobo (tocó en la banda de Mercedes Sosa), se decantó por la trompeta, según él un instrumento también muy rítmico. Con pasión, hizo de ese instrumento una extensión de su corazón, ya que se vuelva con compromiso y cariño en cada proyecto.
Y es con Dancing Mood con el que vendrá a Paraguay el próximo 1 de junio, en el marco de su gira celebratoria por sus 25 años de trayectoria. Es que la banda que comenzó haciendo arreglos propios de temas de grandes del jazz, para pasar luego a volcar su originalidad en temas propios, viene haciendo de su camino una oportunidad no solo para el disfrute sino también para la reflexión colectiva.
“La trompeta está familiarizada con la batería, con la percusión, si uno escucha funk, jazz, salsa, los cortes de batería y percusión siempre van con la trompeta, que más allá de ser un instrumento melódico o armónico es rítmico”, comenzó explicando Lobo sobre su vehículo principal para la emoción. Fue así que gracias a lo que lo rodeaba al principio de su vida, pudo elegir algo por lo cual vivir.
Pero sobre el ska, dijo que incluso ya le gustaba antes de elegir la trompeta, por lo que la suma de eventos daría inevitablemente lugar a que vaya por esta senda. “De grande, con los conocimientos que tenía de jazz mezclé todas esas cosas”, dijo por todo lo que absorbió, desde lo que hacían en otros lugares, como Madness o The Specials, mirando incluso lo que pasaba en la región, como a Los Intocables o Los Fabulosos Cadillacs.
Precisamente Hugo fue parte de la última banda mencionada como también de otras como Todos tus Muertos, Satélite Kingston o Viejas Locas. Pero en el fondo él sabía que quería también algo diferente, porque quería volcar sus ganas de abrazar este estilo pero desde una perspectiva distinta.
Dancing Mood nació desde su necesidad de “darle un toque de seriedad a este estilo que muchos lo relacionaban con la diversión, el saltito, el ‘tingui tingui’, y pero es una música que está más emparentada con el jazz, es música instrumental más compleja, más allá de mi afinidad y gusto por los Cadillacs y ese tipo de bandas más rockeras, quise tocarlo a la manera tradicional y demostrar que es un estilo serio y más complejo”.
Asimismo, afirmó que veía que nunca el género se había tocado “tanto” de esa manera en Argentina como en Latinoamérica. “Los Skatalites eran bandas no muy conocidas, no había redes, plataformas, enter los jóvenes nombrabas a los Carpenters, Earth Wind and Fire, Duke Ellington y no sabían quiénes eran”, remarcó con sorpresa.
Entonces se le ocurrió hacer esa banda en la cual “los protagonistas sean los vientos, ya que nosotros siempre estamos acostumbrados a acompañar cantantes y no a ser protagonistas, entonces esa ya era una de las cosas para salir a contrapelo, después mostrar a los pibes estos artistas consagrados quizás de otra manera, saliendo también a contrapelo de lo comercial que estaba saliendo en ese momento. Tenía todos los números de una rifa para perder”, dijo entre risas.
Pero a Hugo no le importaba el tiempo que le tomara convocar ni tampoco mover fichas con intención. Él dejaría que las cosas sucedan y que llegaran las personas que debían llegar. “Siempre fui de la idea o siempre me gustó que el público que se acerque a Dancing Mood, más allá de que tarde un tiempo más, sea porque realmente le gusta y no porque están todo el tiempo en la radio diciéndote: escuchá esto”.
Una interesante ramificación de estilos
Así Dancing Mood empezó a reivindicar y difundir joyas de genios como genios Miles Davis, Thelonious Monk, Duke Ellington, Count Basie, Bill Evans, Barry White, The Carpenters, pasados al “Dancing Mood Style”. Pero llegó también el momento de apostar por las composiciones propias.
“Siempre quise mostrar otra cosa y otros estilos, otros compositores de otros géneros musicales llevados a este género, me parece que fue un trabajo de muchísimos años que empezó a ser aceptado. De verdad que en un principio se nos cagaban de risa cuando nombrábamos a los Carpenters, hoy en día la gente está más abierta. De haber cumplido ese deber y que haya pasado el tiempo y ver que se haya entendido, quise mostrar lo que nos influenció para hacer nuestras canciones”, remarcó.
Pero él también ve con buenos ojos como su influencia empezó a calar en la gente más allá del hecho de solo asistir a conciertos. “En un principio la gente nos decía: ‘che me compré un disco de Duke Ellington que hace una canción de ustedes’. Eso es gracioso pero reconfortante a la vez. Ahí me empecé a dar cuenta que el objetivo estaba cumplido”, dijo.
O por otro lado, ver cómo fueron demostrando que los vientos también pueden ser voces cantantes. “Al ver que pasaban las generaciones y hay un montón de bandas con más instrumentos de vientos, que ya son más populares dentro del rock, no solamente en el jazz o la música clásica, que hay más trompetistas, trombonistas, saxofonistas, ahí uno se da cuenta que aportó un granito de arena musicalmente y culturalmente hablando”, pensó.
De hecho, Lobo siempre fue una persona enfocada en aportar y compartir desde lo que él sabe. De hecho en 2015 vino solo a Paraguay con un proyecto en el cual se reunía con músicos del país al que llegaba, de manera a generar un intercambio musical. “Eso es lo más importante para mí y lo que trato de generar, transitar y disfrutar, en todo este tiempo de carrera que vengo teniendo, me parece que es lo más importante”.
¡Vamos los pibes!
A la par de todo lo que hae, Lobo encuentra tiempo para devolver todo lo que la vida le dio. Desde hace 13 años impulsa la Orquesta “Vamos Los Pibes”, una iniciativa que dirige en el Club Atlético Atlanta.
“Siempre hay que ayudar al que más lo necesita, más que nada a los chicos y las chicas jóvenes. Esto no es una academia musical sino un lugar de expansión, recreación e inclusión. Trabajamos con muchos chicos y chicas que tienen problemas de conducta, con gente a la que le hacen bullying, hijos de ‘barras bravas’ del club o en situación de vulnerabilidad”, explicó.
Además, profundizó en que muchos chicos llegan hasta ahí para comer, por necesidad, y ellos buscan integrarlos y “mostrar que hay otro tipo de salida o camino que no es el tan convencional que siempre nos dicen y que es la música. Yo sigo haciendo esto porque me parece fundamental devolver la suerte que uno tuvo de poder trabajar en lo que a uno le gusta, me parece que es un deber dedicarse y dejar alguna marca de algún tipo en el futuro que son los chicos y las chicas”.
Así Hugo va generando muchas cosas para otros y dejando su huella, buscando dar todo eso que aprendió. Pero en esta entrevista para también un momento a pensar qué recibe él de todo esto. Categóricamente dice que el hecho de crear lazos le genera “una alegría increíble”.
“Uno conoce personas, siente un agradecimiento con eso, un aprendizaje, porque al estar tocando con personas diferentes uno absorbe y aprende, conozco personas maravillosas, estoy sumamente agradecido de lo que transito y lo que hago porque doy posibilidad de trabajo a muchos músicos ya que acá en Argentina se centraliza todo en Buenos Aires. He visto un montón de músicos que dejan familia, trabajo, para ir a Buenos Aires y darse contra la pared porque está sobrepoblado de proyectos entonces se frustran. Me parece fundamental ir a otros lugares, dar visibilidad a la cantidad de músicos tan buenos que hay que no tienen oportunidad de mostrarse y trabajar de esto”.
Con más de 25 años con Dancing Mood, siguiendo con sus demás proyectos, construyendo un camino sólido paso a paso, Lobo hace un poco de retrospectiva para darse cuenta que logró mucho más de lo que alguna vez imaginó. “De hecho muchísimo más. Siempre fue un placer poder tocar esta música, con eso para mí ya me bastaba, y tener el respeto de la gente que te viene a ver superó mis expectativas, pero lo seguimos haciendo con muchas ganas y con mucho compromiso”, dijo.
Como está será la primera vez que trae Dancing Mood a Paraguay, asguró que tratarán de hacer un repaso por toda su carrera, incluyendo lo nuevo. “Este año vamos a sacar disco nuevo, así que vamos a estar adelantando algo de eso, compartiendo todo lo que venimos haciendo y lo que la gente quiere escuchar”, cerró.
Las entradas siguen en venta a través de Tuti, a G. 120.000. El show será en la Casa Argentina (Avda. Mcal. López 140) el sábado 1 de junio desde las 19:00. La Buena Vibe es un movimiento organizado por Koggi y The Jam que se unen con el fin de generar actividades y eventos culturales/urbanos, siendo esta fiesta el puntapié inicial de todo.