La OSCA celebra a Beethoven

La Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), bajo la dirección de Luis Szaran, se adhiere a las celebraciones mundiales por el 200° aniversario del estreno de la Sinfonía Nº 9 “Oda a la Alegría”, de Ludwig van Beethoven, con un concierto junto al coro Ars Canendi, de Ciudad del Este, y el coro Purahéi Pyahu, de la Escuela de Música Herminio Giménez, de Itá. Se ofrecerán dos conciertos hoy, ya con entradas agotadas, y mañana, con lugares aún disponibles, en el Teatro Municipal, a las 20:00.

La Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción.Gentileza
audima

La OSCA junto al coro Ars Canendi, de Ciudad del Este, dirigido por Mónica Pérez, y el coro Purahéi Pyahu, de la Escuela de Música Herminio Giménez, de Itá, bajo la dirección de Behtania Urbieta, celebrarán al monumento sonoro de mayor trascendencia en la historia de la música clásica universal.

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Los solistas de la obra serán: María Fe Arzamendia (soprano), Mónica Pérez (mezzosoprano), Rodrigo Pérez (tenor) y Víctor Kunert (barítono).

El concierto de hoy está patrocinado por la misión diplomática de la Unión Europea en Paraguay y el de mañana por la Fundación Itaú y Petrobras. El ciclo está organizado por la Sociedad Filarmónica de Asunción y la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción. El acceso es libre y gratuito, con registro online, a través de: www.tuti.com.py.

Sobre la obra

La Sinfonía Nº 9 es una de las obras más importantes en la historia de la música universal y es la única sinfonía escrita por Beethoven durante el último período de su arte y de su vida. Las dimensiones excepcionales de esta partitura, la adjunción a la orquesta de la voz humana y aún el considerable lapso de doce años que la separa de las dos sinfonías anteriores, hacen de ella un mundo aparte en la música beethoveniana.

El Coro Ars Canendi.

En noviembre de 1822, Beethoven recibió de la Filarmónica de Londres 50 libras por el manuscrito de la nueva sinfonía que se comprometió a enviar en marzo del año siguiente. Las calamidades sufridas por el compositor retrasaron la obra y a fines de abril de 1823 escribía lamentándose de no haber podido terminar el trabajo y refiriendo una conjuntivitis sufrida.

Ya mejor de los ojos, pudo trabajar con tranquilidad. Durante el verano de 1823 reanudó la tarea, habiendo prohibido que nadie lo importunase y al regresar a Viena, en octubre, tres tiempos de la sinfonía estaban completamente concluidos y esbozado el final.

Consagrándose entonces a la composición e instrumentación del último y vasto movimiento, dio término a la monumental obra a inicios de1824. El estreno se produjo en Viena el 7 de mayo resonando para la eternidad en gloriosa dimensión. En 1985, el tema principal del movimiento final “Oda a la Alegría” fue elegido como el himno oficial de la Unión Europea.

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