El músico Ángel “Pato” García guarda en su memoria innumerables historias dignas de un libro de ficción. Es que el artista, quien llevó su música por el mundo junto con Luis Alberto del Paraná y el grupo Los Paraguayos, puede contar como si nada que no solo conoció a estrellas de Hollywood y personas de la realeza, sino que ha encantado a toda esaa gente.
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Nombres como Alain Delon, Ringo Starr, Ted Kennedy, Sean Connery, Brigitte Bardot, Astor Piazzolla, Aristóteles Onassis, son solo algunos de los que podemos citar, frente a quienes García elevó su canto y el toque de su guitarra. Así, el músico nacido en humilde cuna posadeña, logró un reconocimiento inesperado. De pronto todos lo conocían y según él, lo empezaban a llamar por el boca en boca, de quienes comentaban de sus enérgicas actuaciones.
Todo eso “Pato” lo cuenta con una sonrisa de oreja a oreja y con una humildad aún más grande, ante la atenta mirada de su compañera de vida, Amanda de Colombia, con quien comparte una hermosa familia y el amor por el canto y los escenarios. Aunque ahora, “mucho más tranquilo” en comparación a la vida que llevaba de avión en avión, en su periplo por el mundo.
Por haber creado una sólida carrera e incluso seguir siendo un embajador de la música paraguaya y latinoamericana, García será hoy reconocido por una de las mayores distinciones que otorga el gobierno. En ese sentido, “Pato” expresó sentir una gran alegría por recibir un reconocimiento en vida y en un país al que le ofreció todo su arte.
Recordó que en su natal Posadas se erige un busto en su homenaje. Un día vio que una señora se acercaba a la estatua, rezaba y se persignaba. “Pasa una vecina mía y le dice a la señora: ‘el Pato no murió todavía’. Ella le dice: ‘¡Ah! ¿No murió?’ cuenta con mucha gracia, para añadir su característico humor a su reflexión sobre este reconocimiento.
Y es en esa ciudad donde desde hace años el artista reside con su esposa y dos de sus hijos, tras decidir volver de Alemania, donde vivían hasta fines de la década del ‘90. En Posadas lleva una vida bastante tranquila, pero en la que no faltan la música y los amigos. “Nos levantamos a eso de las 8 con Amanda, desayunamos avena con yogurth, unas tostadas, café”, señala, a lo que ella añade que luego van para el centro a hacer comprar y tomarse otro cafe. Eso sí, por la tarde no faltan los ensayos de canciones nuevas y las composiciones, ya que como dúo no paran de actuar.
Esto parece un gran contraste a eso que pareciera otra vida vivida por “Pato”. “No extraño nada porque soy muy feliz en mi tierra y con mi familia, antes no lo era tanto porque siempre estaba de gira y pensando en ellos”, se sinceró sobre su carrera.
Así, este embajador musical ve con buenos ojos el reconocimiento y no duda en invitar a un concierto que ofrecerá este viernes 26 en La Cafebrería (Malutin N° 675 casi Lillo), desde las 21:00.