Danny Ocean, el chico introvertido del pop latino encanta con sus canciones honestas

Una brisa fresca de música latina con letras que abrazan una amplia paleta de sentimientos respecto al romance. El deseo de estar con alguien, que algo perdure o que algo vuelva a ser, la gran ilusión así como la gran desilusión, son esos estados por los que uno pasa al menos una vez y que Ocean logra condensar con una lírica sencilla pero cuidada, lo que hace que su público se identifique al 100% y cante a gritos. Así fue el concierto que ofreció el venezolano anoche en el SND Arena.

Danny Ocean durante el show ofrecido anoche en el SND Arena.Facundo Garayo
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El concierto empezó con mucha fuerza, aunque lastimosamente una hora tarde de lo pactado. Pero esto no parecía importar a la gente que, si bien no colmó el SND Arena, mostró una energía que podía fácilmente estar a la altura de un lugar copado.

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Al son de “Dembow” ingresó al escenario Danny Ocean, al frente de pantallas que variaban en colores y formas, y acompañado de una banda integrada por cuatro músicos, entre un saxofonista que también tocaba el piano eléctrico y teclados, un bajista que alternaba con sintetizadores, un guitarrista eléctrico y un baterista.

Todos en la misma sintonía, más que un apoyo, eran el ensamble perfecto para elevar las canciones tranquilas y etéreas de Ocean, que definitivamente cobran mayor fuerza que las grabaciones al ser presentadas en vivo. No es que sea malo que estas grabaciones suenen de forma relajada, porque también así funcionan. Pero se valora mucho más que el cantante entienda que el vivo requiere de otra energía, ya que el show era justamente un espectáculo donde podíamos palpar el virtuosismo de sus diferentes músicos e incluso vivir nuevas versiones.

Danny Ocean estuvo flanqueado por un cuarteto de músicos excepcionales.

De la pisada también serena, hasta si se quiere introvertida, de Danny, se disfruta mucho ya que ingresa a escena así, con una sudadera, pantalones negros, unos collarcitos de colores y su pelo así entresacado, con una trencita. Lentes de sol completan el vestuario que puede decirnos que está totalmente lejos de ese espíritu de seductor latino que ostenta joyas, lujos y divismo. Él es uno más como nosotros solo que arriba del escenario y con el poder de conmover con canciones pegadizas.

Un paseo latino, entre la diversión y la nostalgia

Con gran energía, Ocean siguió entregando canciones como “Veneno”, donde el guitarrista plasmó toda su energía en un solo punzante y que llevó a la canción incluso hacia un plano casi rockero; “Babylon Girl”, para el cual Danny ya se sacó la sudadera, por supuesto desatando el delirio. Un delirio que provocado por lo físico pasó a lo musical, pues el saxofonista se robó esas emociones con un solo virtuoso y profundo.

“Epa Wei” continuó en el set para luego dar paso a unas palabras del cantante, quien saludó con especial cariño a la gente que llegó hasta el SND Arena. Se tomó un momento para cumplir con la cuota de guaraní, admitiendo que iba a leer palabras y que esperaba decirlas bien. “¿Mba’éichapa Asunción?” y “Aguyje” es lo que expresó, realmente con buena dicción, siendo celebrado por un público en su mayoría femenino.

Agradeció por la paciencia, pues dijo que querían asegurarse que todos ingresen de forma correcta a sus lugares. Después, explicó que en la noche habría tres reglas importantes que quería que todos cumplan: respetar el espacio entre todos, que los solteros conozcan a alguien y que canten todas las canciones.

Con una personalidad al borde de la timidez, Ocean supo conquistar a su público.

Una mezlca sonora interesante y cuidada

Una pista de sonidos de un pop retro sirvió de transición para que luego suenen temas como “Istanbul” o “???” en las que se pregunta a dónde fue lo construido con alguien y qué pasó de todo aquello que un día fue emoción y amor, rozando casi todo el tiempo las dudas y el desencanto.

“Cuando me acerco a ti” y “Volare” siguieron alargando la lista de canciones, para placer del público que no dudaba en bailar, cantar y también dejar registro en video y fotos de todo lo que estaba pasando. Este último tema acercó a la gente a un clima intimista de la mano de Danny al lado del pianista, con un cigarrillo en la mano y habiéndose cambiado a una camisilla negra. Un gran coro de gente lo acompañó en este melódico tema, a lo que él volvió a agradecer con un “Aguyje”.

“Mónaco”, “Fuera del mercado”, “Swing”, entre otros temas, fueron sucediéndose en esta noche donde la gente se congregó a disfrutar de una propuesta que acepta todos esos lados de los vínculos que uno cultiva a lo largo de la vida.

La canción que le dio a Danny Ocean su pasaporte a ser reconocido en el mundo entero, “Me rehúso”, fue el broche de oro para un concierto no muy extenso pero lo justo para saciar las ganas del público de disfrutar canciones que atraviesan por la honestidad de sus frases.

En escena es sencillo, en forma de ser y en apariencia, algo que dista de las celebridades latinas y que se disfruta mucho más.

Una mezcla interesante que arriba a diferentes puertos sonoros, como el trap, el indie pop, el pop latino, un poco de reggaeton pero de forma moderada, haciendo énfasis en la percusión, en guitarras eléctricas y en sintetizadores. Si tendríamos que definir de alguna forma lo que hace sería el pop latino y Danny Ocean es uno de sus principales referentes.

El artista pareciera ser el chico introvertido del pop latino que llegó a la masividad gracias a “Me rehúso”, un tema donde justamente canta sobre no querer aceptar un destino, algo que por consecuencia llevará a una desilusión. Esta temática es muy recurrente en sus canciones, así como esa tristeza de las cosas que no se dan, ligada otra vez a una aceptación de que la vida sigue.

Ocean se atreve a ser constante en una temática que, en su escena, no es muy tocada. Sencillo y tranquilo, presenta un concierto diferente en el espectro de lo latino, con música para bailar pero letras para reflexionar sobre la vida, los vínculos y los sueños.

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