El Plan de la Mariposa: en constante evolución

Un grupo de cinco hermanos y dos amigos dan vida al vuelo de “El Plan de la Mariposa”, una banda de Necochea, ciudad asentada sobre la costa atlántica argentina. Arropados en naturaleza y el amor de padres muy presentes, estos amigos de la música salen por el mundo a expandir su mensaje musical. En el marco de una gira que los lleva por ciudades de su país y el mundo, tendrán una parada este jueves 29 de junio en Kilkenny, a las 23:00. Entradas en Ticketea a G. 70.000.

El Plan de la Mariposa es un grupo que expande sus vivencias y sentires personales a través de una música libre y verdadera.Gentileza
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La banda viene de realizar dos shows en el Estadio Obras, una extensa gira a sala llena por toda Argentina y también el exterior, en países como España, México, Chile y Uruguay. Comenzaron este año con una reconocida actuación en el Cosquín Rock, seguido de participaciones en los festivales Isoca, Rock en Baradero y Cosquín Rock Uruguay. Además, acaban de presentarse a sala llena en el mítico estadio Luna Park y anunciaron una nueva fecha para noviembre.

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Sobre este regreso a Paraguay, ya que habían venido por primera vez en 2014, habló el cantante Sebastián Andersen, quien comparte en la banda con Camila Andersen (voz), Valentín Andersen (guitarras y voz), Máximo Andersen (teclado), Santiago Andersen (violín), Andrés Nör (bajo) y Julián Ropero (batería).

“Siempre nos gustó mucho emprender un viaje para salir a tocar y llegar así a un nuevo lugar”, comenzó diciendo Sebastián sobre este regreso que será “casi como otra primera vez” ya que en aquel entonces “no nos conocía nadie”, dijo entre risas. Ahora, según anticipó, el encuentro será más íntimo y una excusa para seguir conociendo a la gente de Paraguay.

En este concierto ellos mirarán todo su recorrido y entregarán canciones de casi todos sus álbumes, para ver también cómo esas obras se conectan con la gente en este presente. “Las canciones en cada contexto se manifiestan diferente y despiertan otras energías, más allá del público, en nosotros mismos”, pensó al respecto el músico.

El Plan de la Mariposa.

Vibrando en honestidad

A través de lo que ellos definen como “rock libre” van hilando su narrativa con toques de funk, psicodelia, música celta y ritmos latinos. En esas canciones dan rienda suelta a una lírica que plasma, sobre todo, sus vivencias. “Nosotros hacemos canciones tratando de condensar algo de lo que nos está pasando y sacarlo para afuera”, señaló el artista sobre su visión.

El grupo, que ya lleva recorriendo la carretera desde 2008, conserva “el profundo viaje que es el entusiasmo de crear al igual que al principio”, al decir de Sebastián.

Esa búsqueda de hacer una música como ellos quieren y de vivir su carrera según su forma de hacer las cosas, tiene mucho que ver también con la crianza de sus padres, según planteó el artista. “Por un lado nuestros padres criaron a hijos que se pueden llevar bien entre sí, que pueden crear un proyecto juntos, lo cual creo que como tarea paternal ya es un éxito, pero aparte de eso nos enseñaron muchas cosas”, reflexionó el músico argentino.

Recordó que su madre, quien ya falleció, hacía muchos viajes de meditación y de movimiento de energía, algo que “tiene que ver con la forma en que interpretamos la música o la manera en que vemos el ritual de juntarnos a tocar, que no es solo escuchar sino sentir, transpirar las emociones, sacar afuera lo que tenemos adentro y habitar otro estado que no sea el momento racional de todos los días, de pensar en el futuro e ir construyendo la vida, sino un momento de puro presente, esa es la intención”, indicó.

“Esa intencionalidad está y tiene que ver con cómo nos criaron y la bajada de línea de ellos de ‘haciendo las cosas con libertad, sin joder a los demás, todo es válido’. Además de lo más hermoso que es ponernos de acuerdo, más allá de los hermanos, que es el gran desafío que la humanidad tiene en este presente”, consideró Sebastián.

Aires de Necochea

Necochea con su verano movido y su invierno crudo fue el contexto espacial y ambiental en que los hermanos y sus amigos se criaron. Todo este ajetreo de extremos opuestos así como la vasta naturaleza hizo que ellos sean uno con ese paisaje.

“Esos dos lugares que habita la ciudad, con ese invierno tan duro y el verano tan arriba, tienen mucho que ver con nuestra personalidad, porque somos el contexto también. Otra cosa que rescato de habernos criado ahí es el valor de la naturaleza porque tenemos un mar alucinante, un río increíble, un monte zarpado y mucho campo y animales. Eso también está en las canciones y en lo que nosotros valoramos”, remarcó.

El Plan de la Mariposa.

No obstante, desde ya hace un tiempo están viviendo en Buenos Aires pero volviendo por temporadas a Necochea. Ese movimiento “por supuesto” que los va afectando, indicó Andersen. “Como todas las personas somos esponjas que vamos absorbiendo lo que hay alrededor y en este caso a la hora de hacer canciones es absorber eso, deglutirlo y sacar en forma de una nueva creación”, reiteró.

Sin embargo, hizo énfasis en la importancia de moverse de vez en cuando y en la forma en la que entienden esos procesos. “No es que nos fuimos de Necochea para no volver. Nos fuimos como una expedición, una aventura, en ese tono. Siempre estamos volviendo y en contacto. Vivimos en la gran ciudad pero como nos dedicamos a esto, todo el tiempo estamos girando, dejando la ciudad. Para poder aguantar vivir en una gran ciudad está bueno irse de vez en cuando”, reconoció.

Ese ir y venir constante, que empezó con tomar una guitarra y tirarse a la aventura ya sea haciendo dedo o en un antiguo Mercedes refaccionado, les dio también vínculos esenciales y experiencias únicas. “Encontramos que la música es una herramienta alucinante para vincularte con las demás personas porque te abre caminos, te conecta de pecho a pecho y eso es hermoso. Hemos recolectado muchas amistades en muchos lugares”, afirmó Sebastián, quien con la banda también impulsan un festival llamado Isoca, en su ciudad natal, ofreciendo unas jornadas distintas, que conjugan música y reflexión cerca de la naturaleza.

En ese transitar, a ellos les encanta conocer a su público, con quienes tienen “un vínculo muy profundo”. “Hay mucha gente que se nos acerca y los conocemos de verdad. Con muchos hemos hablado, hemos tenido charlas, es la forma también que nos gusta conectar, como intentar contestar los mensajes por redes sociales, estar en un contacto que intente ser lo más real y lo más palpable posible, no es que el artista está como en una escalinata más alta, eso no va con nosotros. Somos personas y estamos haciendo esto y si podemos tener una charla, un momento verdadero donde nos conectemos realmente está bueno”, afirmó.

Latiendo al unísono con el deseo

Sebastián habla también sobre la carrera que han logrado desde una la independencia y la autogestión, algo que es inherente a ser emergente. Al comienzo “no quedaba otra” que hacerlo así, dijo, sin embargo si continuaron en el tiempo con esta filosofía fue porque es el modo que les gusta.

No obstante, también afirmó que esa independencia “no quita encontrar aliados y tender redes en muchos lados”. “Creo que la independencia a veces ha sido maltratada, vendida como que significa hacer todo pero no significa solo eso, sino que significa tener el poder de decisión y libertad sobre todo artística y estratégica. Después podés encontrar aliados para tejer esa gran red para poder girar y generar todo lo que generamos”, consideró.

Parte de esa libertad artística es escribir sobre lo que les conmueve, que según él es el termómetro que decide qué canción entra a un disco. “Porque pensá que esas canciones la vamos a tener que tocar tal vez todos los fines de semana durante varios años, entonces si no significan nada es porque todo se vacía y si todo se vacía todo pierde sentido, por eso es muy importante para nosotros que las canciones nos muevan algo”, remarcó.

Abrazo fraternal.

Acerca de ello, profundizó que “las canciones son como energías que tienen su característica particular, son como entidades que vas conociendo. Por ahí hay canciones que al principio te movilizaban y después al repetirla en ensayo nos permite ver qué trae, cuáles son las capacidades que tiene la canción de organizar energías alrededor, porque eso para mí es lo que muestra el poder de una canción, si es capaz de organizarnos al principio a los siete que tocamos alrededor de ella. Si tiene esa fuerza significa que tiene algo para decir estando en nosotros”, destacó.

Para él, al componer pensando en satisfacer a un público, el acto de creación “pierde sentido o profundidad”. Desde su visión hay dos instancias, la de creación de la canción “que es súper íntima porque te conectás con algo que sale de adentro tuyo y cuanto menos lo pienses mejor, porque va salir algo más puro, y después la otra instancia que es encargarte de ver dónde grabar, cómo hacer, eso sí tiene que ver con el afuera, porque esto que estoy sintiendo lo voy a tratar de comunicar de la mejor manera. Es darle la mejor oportunidad a la canción”, detalló.

El plan de la evolución constante

“Tengo un amigo que siempre me jode que somos el plan del gusano”, comentó con una sonrisa a la hora de pensar en el ciclo de vida de una mariposa y en cuál de todas se encuentran ellos como banda. Esa broma, añadió, tiene que ver con el hecho de que todo el tiempo “lo mejor está por venir”.

Pero para ellos esta realidad que los tiene girando por distintos puntos del globo, “es un momento lindo de cierta maduración en donde podemos hacer muchas de las cosas que en algún momento anhelábamos, que eran lejanas en el tiempo o que no sabíamos cuándo iban a llegar”, dijo.

“Este año giramos por todo el país, Europa, Paraguay, Uruguay, Colombia, México. Es un momento de mucho goce por más que sea muy esforzado y haya que trabajar mucho, pero es lo que soñamos, nos gusta, y eso hay que valorarlo y disfrutarlo, porque a veces las cosas no se dan y esta vez se dieron”, señaló.

Finalmente, invitó a la gente a ser parte del ritual de la banda este jueves 29 en Kilkenny. “Vamos a hacer un pasaje por todos los discos que tenemos o por la mayoría porque tiene un poco el rayo de presentación, de decir acá llegamos, acá estamos, estas son nuestras canciones y vamos a compartir con las personas que vayan. Tiene esa energía de bienvenida en un punto. Es la misma apuesta del Luna pero adaptado a un lugar más chico y a una atmósfera más íntima, lo cual me gusta y me divierte mucho”, cerró Sebastián.

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