En “Te canto los 40″, la cantante Lizza Bogado y el músico y productor Luis Álvarez no solamente celebraron su amistad, sino esos otros vínculos que te va dando el arte a lo largo de cuatro décadas de carrera. Presentando a Lizza como “La voz del Paraguay”, Álvarez con el violín en mano inició la interpretación de esta polca, en la que la cantante empezó a deleitar al público con su potente y pulcra voz.
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Con un toque más pop llegó “Gracias”, la ofrenda de gratitud de Lizza Bogado a la gente que ha seguido su carrera; para luego adentrarse nuevamente en el folclore con la polca “Yo soy la morena”, que le valió a la cantante su victoria en el Festival del Lago Ypacaraí, mientras los bailarines del Ballet Folklórico del Paraguay acompañaron bailando esta canción.
La emotiva recordación de Lizza a su padre se plasmó “Herencia” y luego unió su voz a la flauta de Patricia Álvarez para interpretar la guarania “Mis noches sin ti”. También juntas interpretaron la polca “Dulce tierra mía”, pero esta vez Álvarez sacó a relucir su talento como cantante.
“Embajadora”, la canción que había sido el primer corte de aquel disco que unió musicalmente a Lizza y Luis, también apareció en el repertorio, seguida por “Canto y plegaria”, que adquirió un tono muy emotivo y minimalista con el arpa paraguaya interpretada por Alcides Ovelar. Rindiendo un homenaje al arpista César Cataldo, quien había compuesto la música a esta obra; Ovelar pasó al frente del escenario para seguir recordándolo con “Tereré hape”.
En esta celebración a la amistad, también llegó el recuerdo de Oscar Cardozo Ocampo, cuando Lizza puso su voz y su poderosa interpretación a la guarania “Nde resã kuarahy’ame”, haciendo estallar al público en aplausos. La juguetona “Maripositas” apareció luego en el repertorio, con Patricia Álvarez en la flauta y Vicho Echeverría exhibiendo su gran talento en el piano, que a lo largo del concierto alternó con el acordeón.
Una peña con Francisco Russo, Juan Cancio Barreto y más
El espíritu festivo de “Te canto los 40″ fue in crescendo con la llegada al escenario de Francisco Russo con “Yo soy purahéi”, para luego protagonizar un inédito dueto con Lizza Bogado con “Che Kamba resa jajái”, que fue celebrado por los presentes. La fiesta se completó con Juan Cancio Barreto al escenario quien hizo resonar la guarania “Vy’a y jave” en su requinto, en un dúo con la cantante.
El “Pájaro choguy” sobrevoló con su melodía en una combinación del requinto y la flauta traversa, para luego dar paso a una selección de polcas que animó al público y que permitió a Lizza Bogado mostrar su faceta de bailarina, sumando a su atuendo una pollera de ñandutí y un cántaro con flores. El humor y la camaradería marcaron este segmento de la noche que siguió con “Barcino coli”, en la voz de Francisco Russo.
La nueva generación de la música paraguaya también se hizo presente en el escenario de la mano de Melissa Hicks, quien ofreció una exquisita versión de “Che trompo arasa” y luego unió su voz a la de “mamá Lizza” en “Un solo canto”, la composición que Bogado había presentado por el Bicentenario y se volvió en una de sus canciones más emblemáticas.
Los violines de Luis Álvarez y Juanchi Álvarez se cruzaron con el recuerdo de don Lorenzo Álvarez en “Silbido nocturno”. Para este tema también se sumó al teclado Lobo Martínez, quien subió desde la platea al escenario. Y fuera de programa, los violinistas también hicieron rechinar sus arcos al compás de la “Polca burro”.
Ya sobre el final del concierto, que tuvo a Riolo Alvarenga en la batería, Paula Rodríguez en el bajo y Víctor Echeverría en la guitarra, llegó la aclamada “13 Tuyutí” con la potente voz de Francisco Russo, y con el público estallando en aplausos.
“Es linda nuestra tierra” marcó el punto final a esta celebración, que no solo hizo relucir el talento de Lizza Bogado para el canto, sino también para la composición. Fue una verdadera fiesta de música y amistad.