De niña, como muchos otros que se acercaron a la música, ella comenzó estudiando guitarra popular. Pero como era muy inquieta, en tercer año decidió aprender otro instrumento. “Tenía afinidad con instrumentos de viento”, dijo ella sin saber muy bien el motivo porque para ella “fue totalmente inesperado” convertirse en trombonista. Hoy es una de las trombonistas más activas por el desarrollo de la escena en el país.
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Pero para Fátima algo muy importante y que aprendió de uno de sus maestros, el gran trombonista paraguayo Remigio Pereira, siempre es esencial crear conexiones con el exterior y absorber todos los conocimientos que uno pueda para ampliar la mente.
Como parte de ese cometido ella ya pudo participar el año pasado de este festival internacional gracias a su faceta como compositora y ahora está de regreso no solo con una obra sino con una disertación que ella califica de “necesaria” para nuestro país y que será presentada el jueves 14.
“Es muy bueno compartir esto con esta comunidad porque nadie sabe de la historia del trombón en Paraguay”, expresó Fátima en conversación con ABC Color. Como su disertación debe ir acompañada de un concierto, ella completará esta presentación con la ejecución de varias obras paraguayas, junto a la pianista argentina Noelia Escalzo.
“Es un logro demasiado grande que una comunidad tan distinguida haya aceptado esto. Creo que es porque nosotros siempre estuvimos escondidos en el mapa trombonístico. Esta es la edición número 51 de este evento y Paraguay nunca tuvo su aparición. Eso te da una pauta de nuestro proceso educativo, de ese atraso que por cuestiones políticas e históricas vinimos arrastrando. De a poco estamos saliendo de ese letargo con este tipo de cosas”, afirmó la artista con mucha felicidad.
Por otro lado, en este mismo festival se estrenará su nueva composición para cuarteto de trombones “Lotus Flowers” (“Flores de Loto”) que le fue encargado por el Empress Trombone Quartet. Para culminar esta gran participación, la paraguaya también fue seleccionada para ejecutar en un cuarteto la Suite “Viento Sur”, de Escalzo, “junto a maestros con quienes jamás pensé compartir escenario”, dijo. “Será una tremenda aventura, y creo que esto es un hecho histórico para el mundo del ‘brass’ paraguayo”, calificó.
El trombón en Paraguay
El artículo de Abramo, que fue escrito para formar parte de una revista musicológica editada por la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional, habla de cómo se introdujo el trombón en Paraguay a comienzos de la era independiente, llegando a hablar del presente y una proyección a futuro.
Para este trabajo ella se basó en varios libros de historia y se anima a sacar conclusiones. Explicó que después de la era independiente empezaron a formarse las bandas militares donde venían maestros europeos a formar músicos.
“Ahí se sostiene que el trombón apareció, pero el trombón a pistones, porque hay fotos. Yo sostengo, tras varias investigaciones, que el trombón apareció un poquito después de la independencia con las bandas militares. Pero no era especializado, porque nunca fueron profesores de trombón los que vinieron, era un profesor de vientos que se encargaba de enseñar todos los instrumentos”, detalló.
Después, a partir de la creación de la Banda de Músicos de la Policía se fue formalizando el estudio. “Esa banda fue sacando trombonistas y recién ahí se fue armando más o menos una escuela. Todo era autodidacta. En la década de los 80 cuando empezaron a enseñar de generación a generación, como Remigio, que ya estaba formado en la banda y fue a estudiar a Brasil, se empezó a formalizar”, contó.
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Un puente entre varias generaciones
“Definitivamente Remigio es el lazo entre el antes, la formalización y el presente. Indiscutiblemente. Fue el primero que se animó a salir a estudiar afuera y trajo conocimientos más específicos en el instrumento”, reconoció Abramo.
Además, destacó que Pereira, quien tiene un apartado especial en su artículo “tenía un talento natural” pero la diferencia está en que se formó afuera. “Él cambió en nosotros ese chip porque hay que salir a estudiar por lo menos esos cursos de especialización, para abrir la mente y ver cómo cambiar las cosas. Eso fue algo demasiado importante que dejó”, señaló.
“Ahora lo que queremos hacer es alargar el camino que él inició”, reconoció, para luego explicar que en el trombón ya hay una proyección a futuro tanto en las bandas de uniformados como en los grupos de civiles a través de instituciones como el Conservatorio Nacional de Música, la carrera de Música de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Nacional de Asunción e incluso con programas como Sonidos de la Tierra.
“Estamos progresando. Cada vez hay más cursos de especialización y la gente tiene interés en ir a sacarse esa ignorancia en el que nuestro país está sometido. Es muy complicada la situación en la que estamos pero somos más los que queremos salir adelante”, mencionó.
“Ahora tenemos una tarea muy importante, de ir impulsando el estudio de este tipo de instrumento en nuestro país porque realmente no se tanto conoce todavía. De a poco estamos moviendo este ambiente para que la gente empiece a conocer”, redondeó.
Una artista todoterreno
Pero Fátima, además de desarrollar su carrera en el terreno sinfónico, también integra la Band’Elaschica, un grupo en el que exploran la fusión de diferentes estilos a través del filtro del jazz. Y justamente hace poco se conoció la noticia de que formarán parte del festival ReciclArte, que será en setiembre en la Costanera de Asunción.
Esta será la segunda vez que Abramo tocará ante tanta gente, ya que un festival de pop y rock de esta talla no le es ajeno. “Yo llegué a tocar frente a tanta gente en un Pilsen Rock con la banda Moon Ska Monkeys”, recordó entre risas pero feliz de poder volver a actuar ante una multitud.
“Es un gran desafío esta oportunidad. Vamos a encarar desde un lado un poco diferente de lo que solemos hacer. Siento que voy a tener esa misma sensación del Pilsen Rock porque estoy segura que el ReciclArte va a tener un público enorme. Es una alegría porque es un espacio que nos ganamos a pulso, con laburo, no fue por recomendación ni nada de eso, porque la música tiene esto, con la música no podés mentir, tu trabajo es el que sale siempre a flote. Todo esto es fruto de un esfuerzo enorme”, remarcó.
“Estoy logrando cosas increíbles”, dijo después al pensar a todos los lugares a los que está llegando gracias a la música. Asimismo, confirmó que parte de su trabajo siempre será impulsar la escena de los instrumentos de metal.
“Con todo esto estoy alcanzando un punto bastante alto y estoy demasiado contenta, porque yo pensé que cosas como la del festival de trombones lo iba a alcanzar a mis 45 años por ahí. Este año es muy intenso porque me ocurren cosas lindas pero la muerte de Remigio fue inesperada. Es una mezcla de emociones demasiado fuertes”, aseguró.
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Sin bajar los brazos
“Lo único que puedo decir es que no tienen que renunciar a los proyectos que tienen en mente por más imposible o difícil que parezca”, afirmó la artista a la hora de pensar en futuras generaciones.
Con mucha seguridad instó no solo a artistas sino a la gente en general que sienta pasión por lo que hace, que si realmente quieren algo desde el fondo del corazón lo van a lograr.
“Es muy cliché lo que digo pero es real, no hay sentimiento más grande que ver el fruto de tus esfuerzos. No tienen que abandonar ni desistir por nada del mundo, de eso puedo dar fe. Vas a sufrir por el camino, te van a criticar, ningunear, pero vos seguí derecho, como siempre Remigio me decía. Humildad ante todo y siempre enseñar lo que tenés a mano”, cerró.