El artista ofreció una conferencia de prensa virtual en la que participó ABC Color, y en la que confesó estar “muy emocionado” por poder sacar a la luz este material compuesto por once emblemáticos tangos atravesados por su mirada, como “Cuartito azul”, “Nada”, “Nostalgias”, “Uno”, “El día que me quieras”, “La última copa”, entre otros.
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Durante la conferencia, en la que participaron principalmente medios iberoamericanos, Montaner recordó su infancia en Valentín Alsina, un “barrio tanguero por excelencia” y donde pasó sus primeros años de vida antes de emigrar a Venezuela, por lo que este fue un álbum que quiso hacer desde siempre.
“Es un álbum que he querido hacer toda mi vida y de alguna manera cumplir con la promesa que un día le hice a mi abuelo Laurentino y a mi papá”, aseguró el artista.
En ese sentido, recordó que en su niñez, luego de finalizar los asados familiares su papá limpiaba toda la mesa y lo subía a Ricardo, como si fuera un escenario. “Me decía que le cantara un tanguito a capela”, contó, para reafirmar que “Tango es un reencuentro con mi niñez, con mi ADN, con volver a la esencia”.
El gran reto de grabar este disco, planteó, fue que “el tango vuelva a ser un género de carácter internacional, universal. El tango se ha transformado en muchos estilos, entonces quizás el reto más grande es que reconozcan al tango como es, y también poner en el oído de la gente el tango, para que conozcan de dónde vengo yo”, consideró.
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Un disco único
Sobre el proceso de producción y grabación, confirmó que un proyecto como este disco merecía ser desarrollado en un lugar a la altura de las obras. Por eso el estudio que eligió para grabar “Tango” es el mismo en el que varias de las figuras en la historia de este género registraron sus discos más memorables: el Estudio ION, ubicado desde 1956 en una vieja casona en el barrio de Balvanera, en el centro de Buenos Aires.
En este lugar Ricardo reunió a una orquesta típica de doce integrantes formada por destacados instrumentistas del género, dirigidos por el maestro Andrés Linetzky, encargado también de realizar los arreglos.
Además, Ricardo destacó que a cargo de la sala estuvo Jorge “El Portugués” Da Silva, que a sus 87 años ha participado de incontables sesiones en ese estudio y bajo el atento control de calidad de Osvaldo Acedo, quien grabó entre otros a Goyeneche y a Piazzolla.
“Entramos a estudio en enero. Me junté con Gerardo Rozín, que en paz descanse, y Diego Núñez para producir este álbum”, expresó sobre quienes también le ayudaron a formar el repertorio.
“Estos tangos significan mucho para mi mamá, para mi papá y para mí”, dijo. “Creo que soy un tipo muy afortunado porque puedo cantar con libertad y felicidad un repertorio que la gente ha cuidado mucho”, aseguró.
Satisfacciones
Las preguntas sobre su reciente “abuelazgo” no faltaron. Montaner confesó con alegría que Índigo (hija de Evaluna Montaner y Camilo) es una bendición. “Siento como que estoy de estreno, con una enorme alegría”, reconoció.
Para coronar todo este nuevo acontecimiento, Montaner presentó el disco el pasado 25 de mayo con un concierto en el histórico Café de Los Angelitos, uno de los bares “notables” de Buenos Aires y donde el mismo Carlos Gardel actuó en varias oportunidades.