“¿Con quién de los grandes referentes querés trabajar?” le había preguntado la productora Ana Scappini a Pedro Martínez en 2015, cuando estaban pensando en un show especial. El guitarrista, docente y compositor paraguayo le respondió que “con Lizza Bogado”. Justo en ese entonces Lizza estaba trabajando con Ana y la gestora cultural y también productora Marlene Sosa Lugo, y enseguida concretaron el encuentro.
Fue en un café donde se conocieron en persona por primera vez Lizza y Pedro. “Intercambiamos pareceres, sintonizamos, hicimos click y ahí arranca esta aventura”, afirmó la intérprete sobre ese momento. De ahí nació el concierto “Aires nuevos” que la reunió junto a Pedro Martínez y el trío que conforma junto al bajista Chino Corvalán y el baterista Gonzalo Resquín.
“El proyecto nos llevó a varios escenarios a nivel nacional e internacional como la Usina del Arte en Buenos Aires y al auditorio Mario Vargas Llosa en Lima. Nos dio muchas satisfacciones y espero poder seguir trabajando con Pedro en otros proyectos a futuro”, expresó la artista que este 2021 celebra 40 años de trayectoria.
Por su parte, Pedro manifestó que “la canción tiene un poder demasiado grande” y para él Lizza es la persona que sabe cómo estar a la altura de la interpretación dentro de su búsqueda. “En Buenos Aires Lizza le puso de pie a la gente”, resaltó Pedro, para luego explicar que en la música instrumental él ya venía transitando la reinterpretación del folklore o la música latinoamericana, pero a la hora de abordar eso desde la canción “no conseguía un ‘compí’”, dijo entre risas al subrayar el trabajo de su compañera en esta aventura que ahora derivó en el disco “Encuentro”.
Un vasto universo de obras
El disco abarca piezas del cancionero paraguayo y latinoamericano como “Pacholí”, de Eladio Martínez, “Che rogamí”, de Hilarión Correa, “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, así como “Canto y plegaria”, música de César Cataldo y letra de Lizza, y “Marina”, de Pedro. El material fue grabado en vivo durante la presentación que ofrecieron en el Asujazz 2019 en la Manzana de la Rivera.
Martínez comentó que el “vivo” tiene “una magia”, y ese fue uno de los motivos por los que decidieron presentar este trabajo. “Personalmente la música que yo hago quiero que sea siempre lo más orgánica posible. Si se va a grabar en estudio igual vamos a tocar los cuatro al mismo tiempo”, pensó el artista. “En un concierto cada detalle, cada cuestión humana es lo que hace que ese vivo sea orgánico. Puede haber una notita que se me escapa o queda sonando más, pero son cosas mínimas”, expuso Pedro.
Lizza sumó que para ella subir a un escenario es un momento único de conexión entre los músicos y el público. “Jamás esperé ese retorno del público. Había mucha gente joven y para mí es absolutamente maravilloso en este tiempo de mi vida seguir vigente en un país donde la mayoría es gente muy joven”, expuso Lizza, quien admitió su respeto por el espacio que le dio el trío. “Yo aprendo muchísimo más de esta generación”, consideró.
Cruce de visiones
Para Bogado, el hecho de cruzarse con Pedro, Gonzalo, Chino y otros artistas de su generación, es algo “fantástico”. “Fue un descubrimiento de tres talentos increíbles”, enfatizó la cantante, quien está a la orden del día para cualquier desafío.
“Vine experimentando desde mis comienzos una serie de cosas y muchas veces fueron criticadas por los puristas. Tengo mucho respeto por el folklore pero creo que no podemos encasillarnos, porque o si no sería vivir permanentemente en un museo musical”, aseguró Lizza al recordar Banda Pu, uno de sus proyectos con talentos jóvenes.
“Me gusta mucho experimentar, nadar como un pez en una permanente búsqueda de aguas diferentes, nuevas. Con Pedro se dio una fusión muy interesante y él me deja ser yo misma. Soy transgresora en el buen sentido y no me gustan las cosas acartonadas. Cada presentación es como una aventura y él me entiende, entiende el rol del cantante/intérprete”, reafirmó.
Una nueva mirada al folklore
Dentro de esa faceta de desafiarse a encontrar nuevas formas de hacer las cosas es donde coinciden Pedro y Lizza, quienes hablaron también sobre los retos que implica abordar obras clásicas del folklore paraguayo y latinoamericano desde una perspectiva personal.
Para Pedro la búsqueda empieza por hallar dentro de una canción de otro creador “la identidad de cada uno, lo real”. “Me pasa con los clásicos que me gusta la idea de darle la vuelta. No hay problema de tocarlo de manera tradicional pero si me das un montón de elementos, personas, me sale natural”, explicó.
El proceso de reinterpretación para él es muy personal y parte del estudio de la canción. “Por ejemplo Lizza me pasó sus canciones, o sea las versiones de sus discos. Entonces yo escucho, saco, pero me separo de eso, queda la música pelada digamos y a partir de eso yo busco encontrar lo que me suena adentro”, detalló.
A su vez, Lizza recordó que días pasados ofreció una charla para el proyecto Jeporeka de Berta Rojas, donde jóvenes intérpretes deberán crear sus propias canciones. “Hablábamos de hacer covers, canciones que fueron grabadas por muchísima gente de diferentes estilos, no solamente en Paraguay sino a nivel internacional, como ‘Recuerdo de Ypacaraí’, y yo siento que le pongo mi sello”, observó.
“Yo necesito sentir debajo de la piel la canción para poder sacarla, por eso me defino más como intérprete que como cantante. A veces me critican de que soy muy histriónica, pero yo no puedo mostrar lo que no soy. A pesar de que canto canciones de otros compositores he logrado con el tiempo ponerle mi esencia”, mencionó Lizza, quien su proceso empieza conectando con la canción cantándola a capela.
Además, planteó que lo que ellos hacen es “buscar una sonoridad que vaya aggiornandose a los tiempos que vivimos”. “Siempre, desde un comienzo, entendí que si yo quería aportar algo tenía que buscar mi propia esencia, por más de que esté cantando un cover”.
El streaming
Algo que también tiene que ver con adaptarse a estos tiempos y que Pedro y Lizza hicieron fue el lanzamiento del álbum en plataformas digitales, con el videoclip del sencillo “Ñasaindy Poty” correspondiente. No obstante, lo que les mueve, al decir de Pedro, primero que nada es “la necesidad de hacer música”, pero no por eso no dejará de ser crítico o con “problematizar” los nuevos modelos de promoción que plantea la industria de la música.
“Ese nuevo formato que trajo la industria nos liquidó a los artistas en muchos sentidos. Me encantan muchas cosas como llegar a más personas pero, literal, hay una precarización del artista monetariamente. No puedo dejar de hablar de esto con los chicos que están viniendo porque sí nos atravesó la industria, el capitalismo y aceptamos, tampoco vamos a llorar, pero tampoco podemos quedarnos aceptando nada más. Yo creo que siempre tenemos que ser concientes de cómo jugamos o trabajamos con eso. Mis valores van conformes a lo que hago”, reflexionó Pedro.
Bogado coincidió con él y prosiguió: “Para que vos puedas ganar una suma digna necesitas millones de tocadas en las plataformas digitales porque te pagan 0,000 no sé cuántos centavos de dólares”, comentó.
Recordó que años atrás por lo menos podían vender en conciertos una buena cantidad de discos físicos, pero en la actualidad ya es hasta difícil encontrar reproductores de “CD”. “Ahora prácticamente tenés que estar regalando (tu música). Lleva un esfuerzo muy grande a alzar a las plataformas, y lamentablemente la música hoy no se puede vender si no tiene imagen, eso viene a ponernos una carga económica más. Sí, uno tiene que adaptarse, pero también es bueno que uno pueda denunciar. Y esto no es de ahora, porque hay muchos artistas que se revelaron contra grandes compañías y empezaron a volverse sus propios productores”, argumentó.
Por otro lado, respondieron a la dificultad de sonar en radios. “Se paga, y no todos tenemos la posibilidad”, se sinceró Lizza. No obstante, aseguró que ella nunca tuvo la necesidad de hacer eso. “Me considero una artesana de la música porque desde mi primer disco fui a los medios, golpeo puertas y lo voy a seguir haciendo si hace falta porque es la única manera que yo conozco. Mi público es popular entonces tengo que ser coherente con el discurso que doy como artista”, indicó.
“Tanto Lizza como yo necesitamos hacer música de la manera que nosotros hacemos, entonces es una necesidad hacer eso primero y cuando sale la obra buscamos cómo vender, porque somos músicos profesionales”, aseveró Pedro.
La música como compañía
“La música siempre fue mi tabla salvadora, mi salvavidas no solamente desde el accidente (de su hijo Santiago en 2011). La vida me ha golpeado muchísimo”, dijo Bogado al llevar la conversación hacia las cosas que atravesó siempre con el arte de la mano.
En dicho sentido aconsejó que el camino se hace más fácil “cuanto más temprano sepas qué es lo que querés hacer”. “Muchas veces si vos querés permanecer en el tiempo tenés que saber ser dueño de tu ‘no’. Te voy a estar estafando si me subo al escenario a hacer algo que yo no siento”, consideró tras recordar que tuvo sendas oportunidades para ganar mucho dinero pero haciendo algo que no vibraba en sintonía con su búsqueda artística.
Lizza, quien comenzó en el arte como bailarina, rememoró que incluso en esa época tuvo un conflicto a la hora de pensar si seguir o no el camino profesional de la danza. “Estando en Europa mi maestro me dijo: ¿con qué cara te ponés delante de una clase si no tenés experiencia como bailarina?”, declaró, ya que al terminar la carrera no tenía posibilidades de trabajar aquí en eso si no era ya enseñando. “Volví y tuve un conflicto incluso teniendo ya mi salón alumnas. Le dije a mis padres: no es lo que yo quiero, y justo ahí se cruza la música y es lo que me llevó, pero seguí bailando”, señaló.
El rol del arte en la educación
Ambos también tienen en común la docencia, por lo que también dejaron sus reflexiones sobre las necesidades actuales en cuanto a educación en el arte.
Pedro es docente en la licenciatura en Música de la Faultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Nacional de Asunción. Desde su óptica reconoció que “hoy existen más ofertas a nivel privado pero tenemos ciertas falencias a nivel público”.
Sostuvo que la FADA tiene una carrera enfocada en la música popular, pero una falencia es que “se le ve a la música popular como el instrumento: o vas a estudiar canto popular o piano popular, pero no está todo el resto. Siento que todavía falta ese cambio que no se dio aún, pues tiene que haber todo un plantel de profesores para música popular”, insistió, además de subrayar lo interesante que le parece el juntar el mundo popular y clásico. " No es que el profesor de instrumento nomás. Me parece interesante juntar ambos mundos.
Asimismo, señaló que si bien desde lo privado hay más acceso, otro “gran problema” en ambos mundos “es la centralización”. “Es increíble cómo todavía no podemos salir de Asunción”.
Desde su visión a través de la danza, Bogado manifestó que “hay mucho que ordenar” sobre todo “en la parte académica”. Esa etapa, según ella, debe terminar cuando alguien se recibe de bailarín o bailarina, pero el profesorado debe realizarse en una institución terciaria “porque o si no estamos sacando un montón de profesores de danza, pero ¿cómo le vas a dar esa responsabilidad a una chica que a los 17 o 18 se recibe de profesora?”.
También planteó que se debería ordenar el Instituto Nacional de Educación Superior. “Se enseña licenciatura en Educación Artística, pero ¿cómo en cuatro años van a ser profesores de música, canto, teatro?”, se preguntó.
Finalmente, deseó que la educación escolar primaria y secundaria incluya en su malla curricular al arte con más énfasis en “hacerles conocer nuestros referentes”.
“La burocracia también hace que muchas cosas se estanquen por el camino. No creo que un instituto tenga que estar bajo la tutela del ministerio, eso no es garantía de que vas a tener un buen producto”, refirió, para añadir que este es un país “pobre” en cuanto a políticas culturales.