Cincuentenarios del Rock

1969 ha sido un año crucial para el rock. Es así que este año se están cumpliendo cincuentenarios de grupos, discos y eventos que han marcado a fondo en la música contemporánea.

Los años no han pasado en vano para esta vieja edición del álbum de "Woodstock".Claudio Ocampo, ABC Color
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Hace unos días se cumplieron cincuenta años del festival de Woodstock. 5 décadas han pasado de que se tomó la foto que luego se convirtió en la tapa del histórico álbum triple, lanzado al año siguiente, junto con la película dirigida por Michael Wadleigh. Según Peter Townshend, en su autobiografía, el festival en sí fue una pesadilla. Pero con la película, Woodstock se convirtió en un mito. Es allí que la leyenda de tres días de paz y amor creció. La foto del disco que acompaña esta nota expresa esos cincuenta años de manoseo y rayaduras. De las miles de veces que se trató de revivir ese mito escuchando las canciones que integran el álbum.

Led Zeppelin y Beatles

Pero, vamos por parte. El año 1969 ya comienza intenso con el álbum debut de un nuevo grupo. Led Zeppelin, el cuarteto que surge de las cenizas de Yardbirds irrumpía en enero con su primer álbum. Un puñado de canciones potentes interpretadas por cuatro jóvenes músicos que evidenciaban que no tenían mucho tiempo que perder. Querían tomar el mundo con energía y lo lograron posicionándose en la siguiente década como una de las bandas más importantes. Ese mismo 1969, en octubre, lanzaron su segundo álbum. Más potencia en temas feroces que abrían el panorama del hard rock y el heavy metal que vendrían después.

Enero también fue la última presentación de los Beatles en vivo. Lo hicieron sorpresivamente, en la terraza del edificio de Apple Records, en pleno mediodía londrino, para disgusto de los gerentes de las oficinas vecinas. Paralizaron el tráfico en una suerte de happening rockero que quedó inmortalizado en la película “Let It Be”, canto del cisne del sueño Beatle sesentero.

Pero había más de los Beatles en ese año. Luego de la agria experiencia de la grabación de “Let It Be” volverían para grabar “Abbey Road”, al que considero el mejor álbum del cuarteto. En un agosto del 69, también se hicieron la famosa foto del álbum que publicarían en setiembre. “Let It Be” saldría recién al año siguiente, en mayo, al mes siguiente de que Paul McCartney anunciaba oficialmente la separación del grupo.

El comienzo del rock progresivo

En 1969 también se lanzaron dos álbumes que marcarían el sonido que regiría el rock británico de la siguiente década: el primero de Yes y “En la corte del rey Crimsoní”, de King Crimson. Con este último, comenzaba definitivamente el rock progresivo que gran protagonismo tendría en los setenta. Yes, en su primer álbum, aun se debatía entre el folk rock, seguir la senda de los Beatles y hasta coquetear con el jazz. Pero para su tercer disco, ya sería uno de los protagonistas indiscutibles del prog rock.

King Crimson, con su primer álbum, marcó el sendero del rock progresivo. Una música más compleja, que se nutría del jazz, la música clásica y la épica europea, con composiciones largas y temáticas oscuras, gracias a las letras de Pete Sinfield. El principal factotum del grupo era el guitarrista Robert Fripp, el único integrante del grupo que continuó durante estos cincuenta años. King Crimson ha sido la banda de un hombre que ha sabido rodearse de grandes músicos en estas cinco décadas.

Al otro lado del Atlántico, el sonido progresivo tendría otro timbre. Frank Zappa debutaba con su álbum solista, “Hot Rats”, alejándose del sonido humorístico de su grupo Mothers of Invention; Miles Davis trazaba los primeros acordes del jazz rock con su álbum “Bitches Brew”, y Santana mostraba toda la fuerza del sonido latino en su primer álbum, lanzado 15 días después de su explosiva actuación en Woodstock.

Woodstock y Creedence

En el festival realizado entre el 15 al 18 de agosto estuvieron muchos artistas, entre ellos Crosby, Stills Nash & Young, Joan Baez, Ten Years After, Jefferson Airplane, Canned Heat, Sly and The Family Stone, The Who (que ese año lanzaron su ópera rock “Tommy”) y Jimi Hendrix que cerró el festival con una versión incendiaria del himno de los Estados Unidos.

Pero había un grupo que no creía en complejizar su sonido, y que también estuvo en el festival, aunque no aparece en el álbum. 1969 fue su principal año, con tres lanzamientos discográficos. Creedence Clearwater Revival, el cuarteto norteamericano que apostó por un rock más sencillo, alimentándose de sonidos country y del sur estadounidense, pero que también sabía sonar fuerte en largos solos de guitarra y letras que pintaban la situación de los jóvenes que morían en Vietnam. En ese último año de los sesenta, el cuarteto californiano lanzó “Bayou Countru”, “Green River”, y “Willie and the Poor Boys”.

The Rolling Stones

¿Que nos queda de ese explosivo 1969 en este desordenado recuento? No podemos cerrar este artículo sin referirnos a The Rolling Stones, que se encontraba en su época más exitosa, cuando su sonido oxidado se consolidó en álbumes producidos por Jimmy Miller.

En 1969 salió “Let It Bleed”, para el cual, Brian Jones apenas había participado. No estaba contento con el sonido que la banda estaba tomando. Quería insistir en el sonido psicodélico y no estaba contento que Mick Jagger y Keith Richards tengan cada vez más protagonismo. Ante su nula participación, y su mayor adicción a las drogas, resolvieron echarlo. Un mes después, amanecía muerto en su piscina, en circunstancias que no fueron muy aclaradas. Era el día 3 de julio de 1969, unos días antes de un concierto gratuito que sus ex compañeros tenían programado en el Hyde Park de Londres, en el cual presentarían al nuevo integrante, el guitarrista Mick Taylor. El concierto se convirtió en un homenaje póstumo al que fue el primer líder de la banda, a principios de los sesenta.

Los Stones no estuvieron en Woodstock pero en el otoño boreal iban a iniciar un tour inolvidable por Estados Unidos, en el que presentarían el nuevo álbum. Luego de tres años, volvían a realizar una gira por todo el país y querían volver por todo lo alto. El pico máximo fueron sus presentaciones en el Madison Square Garden, pero el grupo quería tener su propio Woodstock gratuito y organizó un festival en Altamont, una pista de carreras lejos de todo, en el estado de California. No tuvieron mejor idea que contratar a los Hells Angels como seguridad del festival, lo que resultó fatal, con un homicidio (en plena actuación del grupo) y tres muertes accidentales. La película “Gimme Shelter”, documenta la gira y, especialmente, el show de Altamont. Parecía el final de un sueño, pero solo fue un lamentable impasse en una historia que tenía aún mucho que entregar.

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