Casi de sorpresa y sin expectativas le tomó a Susana Gertopán la noticia de que había obtenido el Premio Nacional de Literatura, tras el anuncio realizado el martes por el Presidente del Congreso Nacional, Óscar Salomón. La emoción aún desborda a la escritora, señalando que se le pasaron un montón de cosas por la cabeza al conocer el veredicto del jurado, pero que lo que más valora es el poder ser reconocida en el país. “Acá me conocen, están mis lectores, mis amigos, mi familia, está mi pasado y mi presente”, expresó.
Agregó que este premio significa para ella una reafirmación en su vocación literaria. “Fue como que Susana se abrazara a Susana. Fue como que se me reafirmara ‘hiciste bien, dedicate a esto, esto es lo que sabés hacer, sé fiel a vos’. En el camino de la escritura yo dejé muchas cosas”, comentó la autora de obras como “Barrio Palestina”, “El señor Antúnez” y “Todo pasó en setiembre”.
Añadió que sus “periodos de escritura son intensos”. Detalló que siempre comienza a escribir de día y, solo si continúa con la inspiración, sigue trabajando durante la noche. “Jamás voy a empezar a la tarde. Yo tengo que comenzar en el día. A mí la noche no me inspira, me asusta, me cansa”, detalló.
“Una novela muy íntima”
“La casa de la calle 22″ es una novela que terminó de escribir en el confinamiento y que fue presentada al público en octubre del año pasado. “Es una novela muy íntima. Tiene que ver con un rescate que yo hice de la memoria de mi abuela”, expresó Gertopán en relación a este libro, que presenta el vínculo entre Ema y Nina, dos mujeres de diferentes generaciones, a través de un álbum de fotos.
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Uno de los aspectos que destaca del libro es que habla de “una mujer madura, grande, casada, con hijos, donde de pronto quiebra con toda la estructura. Es muy existencialista”, expresó.
“Le puede pasar a una mujer, o a un hombre. Pero cuando nos toca a las mujeres romper estructuras estamos mucho más expuestas a calificativos, a que nos juzguen. Si un hombre se va y deja a los hijos, es como que se justifica. Pero cuando una mujer busca su libertad o su independencia está mal vista, sobre todo en sociedades todavía con limitaciones en lo que significa la libertad”, añadió.
No obstante, Gertopán subrayó que la historia es completamente ficticia.
En su veredicto, el jurado valoró la estructura poliforme, el fluido desarrollo del argumento, el ágil manejo de los planos sicológicos y el acertado perfil de los personajes.“ Nos reafirmamos en que este libro es efusivamente original, escrito con expresiones límpidas, con lenguaje correcto, ameno y eficaz”, añade el fallo.
El jurado estuvo conformado por el senador Óscar Salomón, la senadora Blanca Ovelar, presidenta de la Comisión de Cultura, Educación, Ciencias, Tecnología y Deportes; además de María Isabel Barreto, Esther González Palacios, Mario Rubén Álvarez, Andrés Colmán y Bernardo Neri Farina.
Gertopán recibirá el equivalente a 50 salarios mínimos (unos G. 114 millones), mientras que “El contador don Felipe”, de Gustavo Laterza; “La Virgen Carrillo”, de Mabel Pedrozo; “Pyhare pytû”, de Feliciano Acosta; “La superstición del tiempo”, de María Eugenia Garay y “Por las calles de la peste”, de Moncho Azuaga. De acuerdo con lo establecido con la Ley N°97/90, el acto de premiación se llevará a cabo en el Palacio de Gobierno y estará a cargo del Presidente de la República.
Exilio y búsqueda
Para Gertopán, un tema recurrente en sus obras es el exilio y la búsqueda individual del ser humano. “Yo creo que esa es más o menos la característica de mi novelística. Es el ser y su entorno y en base a eso buscar una estabilidad”, agregó.
Actualmente se encuentra abocada a la escritura de una nueva novela que, a diferencia de las anteriores, lo primero que le nació fue el título. “Tengo ya la estructura, le tengo a mi personaje, nombre, lugar. El escenario está ahí, con la escenografía y la utilería, ahora los actores tienen que empezar a dialogar”, añadió en referencia a su proceso creativo.
Previamente este año, la escritora también presentó el libro infantil “Cuentos para nietos”, en los que ofrece tres historias con las que busca despertar la sensibilidad de los niños. Señaló además que tiene varios proyectos en mente para el próximo año y expresó su interés en comprometerse más con la literatura, agradeciendo al jurado del premio.
También destacó a la editorial Rosalba y, en particular, a Javier Viveros por su bondad y compromiso con los escritores. “Hay que tenerle paciencia al escritor. Él supo entender ese reloj. Se preocupó de la portada, de la distribución”, concluyó.