En el ámbito nacional subieron a escena puestas que abordaron diferentes historias, a partir de diversos géneros y estilos narrativos, convocando a un público interesado en la reflexión a través del teatro y también dando paso al entretenimiento.
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Algunas obras fueron “Las densas”, “Divorciadísima”, “Nuevo desorden mundial”, “El laberinto de Charles Perrault”, “Oedipus”, “Yapulandia”, “Teatro espontáneo, del cuerpo a la escena”, “Renato y Juliana”, “Raza de valientes”, “Enseguida vuelvo”, “El otro lado de la cama” y “Permitidos”.
También se presentaron “Sombras y susurros”, “Karai Eulogio”, “¡Ay, Dios mío!”, “¡Urgente... se busca candidato!”, “Reinas”, “Mareas profundas”, “El palacio de Neptuno”, “A donde el viento me lleve”, “Finca la fé”, “En mi casa se dormía bajo el árbol”, “Paso a paso”, “Viudo por error”, “Una gata ronroneadora” y “Así de simple”.
Otras obras que llegaron a las tablas fueron “Bajo Régimen”, “Filípica”, “Mientras hay señal”, “Terapia, el ejercicio fantástico”, “Mujer de 30 desesperada busca”, “¿Ya rezaste esta noche?”, “Acupuntismo y sus misterios: un libro”, “Mi grado es un peligro”, “El secreto de la señorita Julia”, “Encuentro cercano después del ocaso”, “#Modo_avión”, “History time”, “Radojka”, “El retrato de Serafina”, “La boda de Nero y Amelia”, entre otras. Asimismo, llegaron puestas internacionales como “Mejor no decirlo”, “Las cosas maravillosas”, “Bossi Live Comedy”, etc.
El humor ha tenido también un espacio central con el desarrollo de la escena stand up, ya sea con el Festival Puka Fest, la apertura del Comedy Club o el desarrollo del proyecto Japukomedy. También se presentaron obras como “Pendeviejos XL”, y algunas internacionales como “Lado C”, de Peter Capusotto; “Tertawa: Alma Guaraní”, “Fábregas más Sanjiao: comedia”, y más.
Además de las obras, se sucedieron otros eventos que dan empuje al desarrollo de las artes escénicas paraguayas, como el aniversario número 15 de la compañía Kunu’u Títeres, que llevó su arte a Islandia e Italia; “El loco de Cervantes”, unipersonal protagonizado por Héctor Silva, que participó en la 16ª Muestra Internacional de Teatro de la Ciudad de la Costa, en Uruguay, o el estreno de “Prejuicios y orgullo”, obra de Fati Fernández Mercado, en España.
También Teatro Mbyky presentó un nuevo ciclo en alianza con el Taller Integral de Actuación (TIA) llamado “Tiatro Mbyky: Cuentos en escena”; se desarrolló el Festival Ciudad Escénica en Espacio Ñakyra; el nuevo ciclo de EnBorrador Emergente “Se vuelve a contar, pero no es lo mismo (otra vez)”; continuó el Festival de Teatro por los Derechos Humanos, se celebró una nueva edición de la residencia artística Kaos, y el fotógrafo Dani González inauguró la muestra “Teatro-grafías”.
El teatro se expandió también en otras ciudades, como en Villa Elisa, que desarrolló varios ciclos en el Anfiteatro “Rafael Rojas Doria”, o en el sur con el XI Festival Internacional de Teatro de Encarnación (FITE).
Por otro lado, se lanzó bibliografía que contribuye al conocimiento sobre nuestro teatro, como “Voces de las directoras y los directores del Teatro en los albores democráticos de Paraguay (1989-1999)”, de Nataly Valenzuela y Sarah Cerna Villalba, que presenta testimonios de doce maestros de la dirección escénica como Agustín Núñez, Raquel Rojas y José Luis Ardissone; “Josefina Plá y la renovación teatral en Paraguay”, de la investigadora española Yasmina Yousfi López, y el libro de oro del Teatro Municipal, realizado por Karina Hugo.
Este año se ha despedido también a dos exponentes y grandes formadores de generaciones de actores, como María Elena Sachero y Arck Zena, quienes han dejado un gran legado teatral. En un año donde el arte en general estuvo bastante golpeado, las artes escénicas no estuvieron exentas de padecer por ejemplo el retraso del pago de los Fondos Culturales de la Municipalidad de Asunción. A pesar de todo, se realizaron también los Premios Edda de los Ríos, como un reconocimiento al teatro paraguayo como símbolo de resistencia.