“Inmigrant. Py’a guasu”, la obra en la que todos somos migrantes

“Inmigrant. Py’a guasu (Desde adentro)” es una obra escénica multidisciplinaria que su director, Fabio Esteche Cabrera, desarrolló bajo la reflexión de que todos somos migrantes. Los disparadores fueron historias de gente que migró, lo cual llevó a una relectura de la migración como un proceso continuo en la vida y no solo como una situación ajena a cualquier persona ni exclusivamente geográfica. El estreno será este viernes 29 en el Teatro Agustín Barrios del Centro Paraguayo Japonés.

El equipo de la obra "Inmigrant. Py'a Guasu" durante el proceso de creación de este espectáculo que subirá a escena este viernes.Gentileza
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El director de esta obra, Fabio Esteche, ama viajar, conocer otros lugares, entender a las personas que viven otras realidades, vivir nuevas experiencias y mucho más. Pero no fue hasta que conoció a Josefa, una inmigrante que llevaba más de 16 años sin ver a su familia, varada en México.

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El momento en que el director entendió cómo la identidad de una persona se deconstruye y construye en un nuevo lugar, el proceso interno que debe pasar al dejar todo atrás y muchas cosas emocionales y mentales más, le hizo darse cuenta que todos migramos.

Como viajero empedernido, pudiendo llegar a varios puntos del globo, Fabio siempre sintió que tenía algo que llama “hogar transitorio” en cada lugar. A medida que seguían sus expediciones, su búsqueda y su entendimiento se iban enriqueciendo. En cada sitio él era una nueva persona, ya nunca más el mismo de antes. Las historias de toda la gente con la que se cruzaba “se volvían inspiración e iban siendo registradas en aquello que dibujaba como una futura obra de danza teatro”.

Luego de un periplo por Europa, vuelve a México decidido a encontrar a la familia de Josefa, quien tanto la había marcado. La Colonia 20 de Noviembre, el lugar de origen de su inspiración, apareció luego de mucho buscar.

Los artistas durante el proceso de esta obra de danza y teatro.

Casi 20 días después, el viaje definitivo de regreso a casa fue así: “despedí México con un hasta pronto, con tantos pendientes en el pecho, alcanzando Tapachula y atravesando Guatemala y El Salvador, Honduras y Nicaragua (donde nuevamente un reencuentro en Managua y Granada alivianaba el largo viaje por tierra), Costa Rica y finalmente Panamá. Con un salto a República Dominicana y el retorno definitivo a Asunción, un 8 de diciembre de aquel bendecido año, justo antes de la pandemia. Pero la vuelta “a casa” es otro relato que sigue siempre en proceso, porque el hogar lo llevo conmigo y este fue un paseo con Josefa”, explica Fabio sobre el leimotiv de la obra.

Revelaciones continuas

“Me dí cuenta que viajar es algo más allá que ir a lugares, sacar fotos y compartir en redes, y que las fronteras nunca son obstáculos, que ese py’a guasu es el corajudo, el que toma la decisión, porque las emociones están ligadas al estómago y no al corazón”, detalló el director sobre el nombre de la puesta en escena, que cuenta con la actuación de 13 intérpretes, entre profesionales y aficionados, entre quienes está su mamá, Antonia, quien también vivió años de su niñez en Brasil.

“Uno ve a los migrantes y piensa que las cosas que pasan son situaciones ajenas a nosotros. Por eso, ese momento de revelación conociendo a Josefa y todo el intercambio de vivencias viajando por el mundo me llevó a darme cuenta que esa persona vivía hace 17 años sin poder salir de un país. Y yo, desde mi privilegio, pensé ¿qué podía generar con esto como artista?”, reconoció.

Para él, lo más importante era contar, desde la infinidad de situaciones que pasa un migrante, todo lo que pasaba por dentro de una persona. “Ese proceso del desarraigo a todo lo demás, porque es fácil hablar desde afuera. Es tocar cuestiones internas del migrante y contar al mundo escenográficamente y visualmente más allá de las historias, esa transformación constante que va más allá del punto geográfico”, indicó.

Un viaje constante

En esta exploración, entre vivencias, libros y textos, Fabio también entendió que “migramos desde que el feto es expulsado del útero” y que “en ese viaje de construir nuestra identidad, migramos todo el tiempo; eso nos va transformando constantemente y estamos en movimiento siempre”.

Además, aprendió también, gracias a obras de literatura, que las fronteras son todo lo opuesto a lugares de separación. Eso expandió aún más su relato.

El director Fabio Esteche Cabrera creó esta obra a partir de sus experiencias viajando por distintos países.

Una amiga le regala un libro llamado “Le parole sono importanti” (Las palabras son importantes), de Marco Balzano, sobre la etimología de las palabras. Había un extenso apartado sobre la palabra “confín”, haciendo una confrontación de cómo hoy la palabra límite como frontera define un punto que separa un lugar de otro y ve a ese límite como un lugar de tensión y miedo. “Este texto analiza cómo lo usamos hoy, tan alejado de su profundidad, porque explica que no es ese lugar que nos separa, sin embargo, el confín como frontera es ese lugar de encuentro, como el umbral de una casa, es ese punto donde uno toma una decisión, donde los viajeros se miran de frente; no debería ser ese lugar de separación, al contrario”, piensa el artista.

También dos obras de arte, “La vendedora de flores” y “La canoa enflorada”, de Diego Rivera, aumentaron su emoción por todo lo que estaba descubriendo. “Todo eso me llevó a igualarlo a ese ser migrante que carga algo pesado que no es suyo, es alguien que te carga, tu contexto, la realidad de tu familia, etc. En la obra hay como una búsqueda también de estas imágenes”, afirmó.

Hacia la empatía

“Me interesa mucho hablar de eso emocional que uno pasa. De ese ser humano que se quiebra, que sufre una transformación. Podemos hablar de salud mental, de contención, de cosas que uno necesita en ese proceso, que damos por asumido. Para mí también implicó hacer las paces con este país que es difícil para los artistas, los migrantes, para las nuevas ideas. Me permitió ahondar en el contexto migratorio de Paraguay, porque también los indígenas eran nómadas en busca de la tierra sin mal, entonces traemos eso desde siempre”, profundizó el director.

“Mi deseo es que a partir de esta concepción podamos cambiar la mirada. Llamar a la sensibilidad a partir de este trabajo introspectivo de descubrirnos como migrantes y por ende las historias se cuentan solas. Crear esa empatía a partir de sentirnos cada uno migrante porque todo el tiempo me estoy transformando”, reflexionó Fabio sobre el fin de la puesta que explora diferentes lenguajes escénicos.

“Queremos que el espectador se vaya tocado, no por lo lindo o lo sensible, sino habiendo descubierto que es un migrante también. A partir de esa reflexión soy empático con el que pueda venir”, subrayó.

Afiche de la obra "Inmigrant. Py'a guasu", que se presentará en el Centro Paraguayo Japonés y el Sitio de Memoria y Centro Cultural 1A-Ycuá Bolaños.

Como todo proceso largo e introspectivo, Fabio también entendió que esto es parte del proceso de construir su identidad como persona y artista. “Como director necesito plantear un estilo, lenguaje, estética. Siempre digo que el inicio de una obra es como un cántaro vacío y empiezo a cargar con lo que necesito. Con esto, se va dando de a poco lo que fue un sueño en mi cabeza por tanto tiempo”, cerró.

Los intérpretes y colaboradores son Ruth Bobadilla, Esteban Bogado, Antonia Cabrera de Esteche, Ornella Aliana, Ónix Fernández Báez, Roel Fernández, Analía Galeano, Catalina Martínez, Meche Rivas, Jesús Sánchez, Carolina Sandoval, Jazmín Servín y Diana Vázquez.

La música que utilizan en la obra es del dúo argentino Perotá Chingó, también habrá efectos sonoros en escena de Soniditi, para dar contexto a la coreografía de Natalia Aldana y Fabio Esteche Cabrera.

Las funciones serán este viernes 29 de septiembre, a las 19:00 y a las 21:00, en el Teatro Agustín Pío Barrios del Centro Paraguayo Japonés (Julio Correa y Domingo Portillo) y el próximo sábado 7 de octubre, a las 19:00, en el Sitio de Memoria y Centro Cultural 1A- Ycuá Bolaños (Avenida Santísima Trinidad y Avda. Artigas). Las entradas cuestan G. 70.000. Reservas y compras al (0985) 354363 o al Instagram @inmigrant_danza_py.

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