Hernán Miranda, quien vive y trabaja en Estados Unidos desde el 2006, manifestó que la pandemia del Covid-19 y algunos episodios personales lo llevaron a una reflexión sobre las “imperfecciones y limitaciones del ser humano, el continuo esfuerzo de alcanzar mayor comprensión sobre nuestra interacción con el mundo que nos rodea, como también la temporalidad y trascendencia de las cosas”.
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“La obra de un pintor es casi siempre una especie de autorretrato, porque el artista rescata de su imaginario símbolos que son un nexo con el inconsciente, de experiencias cognitivas. A través de un realismo con el que intento estar siempre más cerca de los códigos de la pintura que de la representación fotográfica, me interesa trabajar el aspecto ilusionista de la imagen y por sobre todo demostrar que no existe una realidad absoluta, sino que la misma varía de acuerdo a la percepción individual de cada uno. ‘Tributo’ es un homenaje a los que contribuyeron al proceso del devenir y la culminación de cada obra mía”, reza parte del texto escrito por el artista.
Acerca del autor
Hernán Miranda nació en Concepción, Paraguay, en 1960. Se traslada junto a su familia a Asunción en 1968. Desarrolló el dibujo en su primera etapa como medio de expresión artística, después incursionó al óleo trabajando con una paleta monocromática, atraído por el paisaje urbano.
Buscando mayor libertad en los planteamientos, toma como pretexto el bodegón, inspirado en el español Sánchez Cotán (1560-1627) y Giorgio Morandi (1890-1964). Con una prolífica labor artística trabaja en varias técnicas, siempre manejando la luz como elemento principal de sus obras, atraído por el manejo del claroscuro.
De 1993 a 1997 fue profesor de Pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Asunción, también en varios talleres de la capital. Crea su serie “Bi Realismos”, que consiste en integrar en armonía estética lo “real” con lo “virtual”, de acuerdo a la necesidad de la composición (Tela estampada, papel, cartón, madera, etc). En 1993 trabajó con galerías de Nueva York y Washington D.C. con una representación exclusiva.
En 1998 realiza la obra “Santísima Trinidad” para el Altar Principal de “Queen of Apostles Catholic Church”, de Alexandria, Virginia, EE.UU. Desde 1999 trabajó con la representación de Bellarte Gallery de Seúl, Corea del Sur, y desde el 2012 con LGM International Art (Bogotá, Colombia), que manejó su imagen en China, Corea del Sur y Japón.
Con la crisis de la pandemia, se ha enfocado de nuevo en el mercado americano, país donde reside con su familia desde inicios del 2006. Además de su labor artística ejerce la docencia.
Sus pinturas se encuentran en importantes colecciones y varios museos, y ha exhibido sus obras en Argentina, Brasil, China, Colombia, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Paraguay, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Taiwán y Uruguay.