Chillida, el artista cuya utopía era un bosque

En el Día de la Tierra, recordamos a Eduardo Chillida, el escultor español cuya utopía era un bosque. Este es el año de su centenario (1924-2024)

Museo de Chillida-Leku
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“Un día soñé con una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas para que la gente caminara por ellas como por un bosque”, dijo Eduardo Chillida, escultor español nacido en 1924 que este año viene siendo desde enero protagonista de numerosas exposiciones y eventos artísticos no sólo en su país natal sino alrededor de todo el mundo en conmemoración de su centenario.

Su sueño se hizo realidad en el Museo de Chillida-Leku, un gran espacio cubierto de bosques en un caserío vasco del siglo XVI, el caserío de Zabalaga, en las inmediaciones del municipio de Hernani, provincia de Guipúzcoa, comarca de San Sebastián, Euskadi. Inaugurado el 16 de septiembre de 2000, el Museo de Chillida-Leku tiene una superficie de 13 hectáreas donde las hayas y los robles conviven con las magníficas esculturas del artista, materializando ese diálogo entre el arte y la naturaleza que es el sello de Chillida.

Es precisamente esa integración de arte y naturaleza lo que hace la obra de Chillida tan oportuna para recordarnos la importancia del equilibrio entre la sociedad humana y el planeta en una fecha como la de hoy, Día de la Tierra.

En el exterior del Museo de Chillida-Leku hay unas 40 esculturas de muy diferentes tamaños. Las más grandes son “Buscando la luz”, pieza de 22 toneladas y 8 metros de altura, y “Lotura XXXII”, de 64 toneladas. Otras, en cambio, como “Estela V”, no miden más de un metro. Los materiales de las esculturas del exterior son hierro, acero y piedra, sobre todo granito. Estas esculturas del exterior del museo se pueden tocar, para sentir la fuerza de los materiales.

Eduardo Chillida trabajando en una escultura de alabastro, 1975. Foto: Archivo Eduardo Chillida

En el interior del caserío se exhiben las obras más delicadas de Chillida. Muchas están fabricadas en materiales que podrían ser dañados por la intemperie o por las inclemencias meteorológicas, como madera, alabastro y lana. Además, hay una exposición de estudios del cuerpo humano en pintura y escultura, y una pequeña muestra de fotografías del “Peine de los vientos”, quizá la obra más famosa de Chillida, que se encuentra en un extremo de La Concha de San Sebastián.

Un caserío (en euskera, “baserri”) es una casa rural típica del norte de la península ibérica, especialmente de las zonas de Navarra y el País Vasco. También se encuentran caseríos en Soria, Segovia, Palencia y Burgos, así como en Cantabria, Asturias, León y Zamora, donde se los conoce con el nombre de “casonas”.

El caserío de Zabalaga data de 1543 y Chillida lo encontró prácticamente en ruinas. Con ayuda del arquitecto Joaquín Montero, desarrolló un proyecto de restauración y creó un gran espacio interior, dividido en dos plantas.

Una escultura de Chillida de 3,7 millones, la obra más cara de ARCO 2023 (EFE)

Como curiosidad, recordamos que este antiguo caserío fue utilizado como fondo para grabar el videoclip de “Cuéntame al oído”, canción del grupo de pop donostiarra La Oreja de Van Gogh, incluida en su álbum de 2009 “Nuestra casa a la izquierda del tiempo”.

En febrero, una obra de Chillida saltó a las primeras planas de la prensa internacional por ser la pieza más cara, con un precio de 3,7 millones de euros, de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO), de Madrid. Se trata de una escultura de 1,5 toneladas que requirió una grúa especial para moverla, además de reforzar la base de la estructura para que soporte el peso, según comentaron a la prensa los responsables de la galería Carreras Múgica de Bilbao (España), que la llevó a la feria.

Eduardo Chillida en Barcelona, 1987. Archivo Eduardo Chillida

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