“Una exposición mundial es una ventana grande, tanto para nosotros para los demás países”, expresó Toranzos, quien en su rol de director de Museos de la Secretaría Nacional de Cultura, tuvo a su cargo participar de la curaduría del pabellón de Paraguay, que tiene al agua como tema principal.
Comentó que en este proceso tuvo que buscar a los mejores artesanos del país. Fue así que incluyó en la muestra los trabajos con plumas de los Tomaraho, las tallas de madera de los Aché, los Paî Tavyterâ. A esto se sumó una selección de 13 tejidos como el ñanduti, el ao po’i, el poncho de 60 listas, la hamaca paraguaya y otros seleccionados por el Instituto Paraguayo de Artesanía. “Fue un trabajo en conjunto realmente”, afirmó Toranzos.
El artista, junto con Carlo Spatuzza y Koki Ruíz, integra además la selección dedicada al arte contemporáneo urbano paraguayo.
En este sentido, propuso “Lluvia en el Cerro Kõi”, una obra inspirada en la particular formación rocosa ubicada en Areguá. “Elegí ese lugar porque sintetiza mi trabajo con la geometría”, afirmó el artista y detalló que su obra consta de “ocho módulos que se arman como un rompecabezas”.
“Se trata de cuatro módulos metálicos que conforman cuatro inferiores y cuatro superiores. Los superiores tienen una trama de plástico similar a la silla cable y que, en conjunción con la luz, queda como una lluvia sobre la piedra. Los cuatro módulos que están abajo simulan lo que sería el Cerro Kõi”, detalló.
Esta propuesta se une al mural “La recolección de los frutos”, realizado por Koki Ruíz con semillas, buscando simbolizar la identidad y el legado indígena. “Consiste en la representación expográfica de los frutos de la tierra, semillas y granos del lugar de una manera a valorizar el producto de la tierra y cómo se los utiliza para múltiples acciones”, detalló Toranzos, desde su rol de curador.
Por su parte, Spatuzza presentará “La navidad y el pesebre del Paraguay”, que se podrá ver en los meses de noviembre y diciembre; y “Sobre el agua”, que estará desde enero hasta el cierre de la exposición, el 31 de marzo de 2022.
Para Toranzos, “esta convocatoria mundial nos pone en sintonía con todo lo que se hace mundialmente” y que cuentan con muchas expectativas en torno a lo que pueda surgir a partir de esta exposición.
Agregó que la intención es que, una vez finalizada la Exposición Universal, las obras puedan ser donadas a algún museo o centro cultural de Dubái. “Estamos teniendo visitas de curadores, representantes de museos, de centros culturales, yo creo que algo va a quedar presente ahí de nuestro país”, expresó.
Añadió que la intención es que, a partir de esta vidriera, el arte paraguayo pueda insertarse en mayor escala en el circuito internacional. Estamos con mucha expectativa con respecto a eso”, concluyó.