La obra formaba parte de una exhibición en el museo parisino y debía ser enviada a la capital francesa antes del próximo 24 de octubre, informaron hoy martes los medios italianos. Esta obra y otras italianas de titularidad pública iban a ser cedidas a París en el marco de una negociación entre ambos países que contemplaba que Francia cediera el próximo año algunas pinturas de Rafael a Italia, también por el 500 aniversario de su muerte.
El Tribunal Administrativo Regional del Véneto ha acogido un recurso urgente presentado por la organización italiana sin ánimo de lucro Italia Nostra -dedicada a la preservación del patrimonio histórico y artístico del país- que argumentaba que la obra no podía salir de Italia por el grado de deterioro que sufre.
El tribunal italiano ha aceptado su solicitud y ha suspendido el memorando de entendimiento firmado entre ambos países, pues considera que “viola el principio del sistema legal por el que las oficinas públicas se dividen en órganos de dirección y control, por un lado, y de implementación y gestión, por el otro”.
La decisión ha sido criticada por el Ministerio de Cultura italiano, que ha opinado que carece de sentido. “Es completamente incomprensible la referencia a una supuesta violación del ‘principio del sistema legal por el cual los funcionarios públicos se distinguen en órganos de dirección y control, por un lado, y de implementación y gestión, por el otro’”, escribió el ministerio italiano en un comunicado.
“El préstamo de cada obra italiana ya estaba autorizado en el momento de la firma del pacto, que también prevé el intercambio de obras de acuerdo con las disposiciones específicas de protección dictadas por los museos individuales”, añadió.
El intercambio de estas obras ya había sido objeto de polémica el pasado año, cuando entonces la ultraderechista Liga formaba parte del Gobierno junto con el Movimiento 5 Estrellas (M5S). La vicesecretaria del Ministerio de Cultura de Italia, Lucia Borgonzoni (Liga), consideró en noviembre de 2018 increíble que Italia no tuviera ninguna obra pictórica de Da Vinci en el año en el que se cumplen 500 años de su muerte.
Y argumentó que habría sido más “justo” que Italia pudiera organizar una gran exposición durante los primeros seis meses del año y París en la segunda mitad, y no el pacto actual por el que Francia expone a Da Vinci como pintor e Italia el resto de sus facetas.