En ese momento comenzó el confinamiento total o cuarentena. De este modo, rápidamente las recomendaciones fueron “quedate en casa, lavate las manos frecuentemente y usa mascarillas, tapabocas o barbijo al salir de casa”.
Luego de 45 días de dura cuarentena, en la que muchos comercios cerraron o simplemente quebraron, los dueños de estos locales se dieron cuenta que si querían dar seguridad a sus clientes debían facilitar el lavado de manos a la entrada. He ahí cuando el ingenio del paraguayo se hizo patente. Pusieron un lavabo en el acceso de sus establecimientos, muchas veces improvisado y precario, con la consigna “lavate las manos”.
“Ejepohéi” o “lavate las manos” se convirtió en el imperativo para sobrevivir no solo a la pandemia sino a la falta de clientes en los comercios grandes o pequeños. Los lavabos se instalaron a la entrada de balnearios y plazas, a la vera de las playas y en cualquier lugar donde hubiera alguien que quisiera vender algo. Este registro fotográfico muestra esos modelos de lavamanos de algunas ciudades del país.
Con acceso libre y gratuito, esta muestra forma parte del calendario Ciclo de Verano 2021 de la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción y podrá visitarse de lunes a viernes en horario de 08:00 a 15:00.