Disparos, gritos y sirenas de ambulancias sonando son parte de la banda sonora del 2022. Al mismo tiempo, el crimen organizado se llevó muchas vidas inocentes y cobra fuerza. En orden cronológico, te contamos los cinco crímenes que conmovieron a todo un pueblo:
Vita Aranda
30 de enero: Eran las 21:30 y miles de personas se encontraban en el anfiteatro José Asunción Flores de San Bernardino disfrutando del festival “Ja’umina”. Entre tragos de cerveza, coreaban las canciones del grupo colombiano de vallenato, Binomio de Oro.
Unos estallidos cerca del baño lo cambiaron todo. El júbilo dio paso a la desesperación y el terror. La influencer Vita Aranda, esposa del futbolista Iván Torres, además de Marcos Ignacio Rojas Mora fallecieron tras recibir disparos entre la multitud. También en esa trágica noche hubo cinco heridos: José Ruiz, Daniela Barrientos, Sadi Bonzi, Marcelo Montegia y Jorge Benítez.
Fue un asesinato que dejó al descubierto que el crimen organizado llega a principales ciudades o eventos públicos que creíamos seguros.
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Marcelo Pecci
12 de mayo: Una luna de miel teñida de sangre. Sucedió en una playa de hotel Decameron Barú, en la península de Barú, a orillas del Mar Caribe, a 30 kilómetros de la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia.
El fiscal Marcelo Pecci y su esposa, Claudia Aguilera vivían momentos de felicidad. Acababan de anunciar que esperaban a Marcelo Daniel, su primer hijo. En un momento cerca de la orilla, el fiscal paraguayo era emboscado por los sicarios que se trasladan en un jetski y le disparaban. Pecci recibió tres impactos de bala: uno en el rostro y dos en el tronco.
La Policía y Justicia colombiana tomó en serio la investigación del caso del asesinato al fiscal. Tras un detallado estudio de las cámaras de circuito cerrado, pudieron seguir los pasos de los involucrados en la muerte de Pecci. Asimismo, un mes después ya localizaron a los autores del crimen y, a cuatro de las cinco personas acusadas, fueron condenadas a 23 años y seis meses de cárcel, luego de haber confesado y mostrar arrepentimiento.
Por otro lado, en Paraguay no se tuvo avance de la investigación del asesinato de fiscal Marcelo Pecci. Ante la falta de resultados, la Cámara de Senadores acusó a cuatro fiscales ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) por negligencia en la investigación.
El vape que no fue
28 de junio: El caso de un fallecimiento de una joven, primero bajo la hipótesis de la explosión de un vape, llamó la atención a toda la ciudadanía.
El caso dio un giro rotundo. La muerte de la adolescente había sido en realidad causada por el disparo de un arma de fuego y no por la explosión de un vapeador. Finalmente el caso fue caratulado como feminicidio, y el acusada es su medio hermano de 19 años, con quien mantenía una relación sentimental.
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Golpe al EPP
23 de octubre: El Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) también vivió en carne propia la pérdida de sus miembros principales, entre ellos Osvaldo Villalba, uno de los cabecillas del grupo criminal, Luciano “Luchi” Arguello y Edison Gauto Alegre.
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Este logro militar se obtuvo luego del que el EPP atacara a los miembros de la comunidad Jasuka Venda, una parcialidad de los indígenas Pãi Tavyterã que habitan la zona periférica del Cerro Guasu, que consideran como “el origen del mundo”, lugar de mucha importancia espiritual para los pobladores.
El EPP, antes del ataque militar, logró ejecutar a los indígenas Alcides Darío Romero y a Rodrigo Gómez González (25). Salió herido el también nativo Leonardo Gómez Riquelme.
El cabecilla abatido, Osvaldo Villalba, es hermano de la Carmen Villalba, quien se encuentra recluida en la cárcel Buen Pastor. El cuerpo logró ingresar hasta esa cárcel para que Carmen pudiera despedir a su hermano. Esta acción generó una indignación en las redes sociales ya que se trata de dos personas que imponen miedo a través de actos terroristas.
¿Suicidio con dos disparos?
25 de noviembre: En la mañana de ese viernes, se reportó el hallazgo de un cuerpo sin vida con dos disparos en la cabeza.
Se trataba de Javier David Ibarra, exfiscal antidrogas y antisecuestros. Lo llamativo del caso es que los agentes investigan el caso como un homicidio; sin embargo, no se descarta un suicidio. Se detalla además de que Ibarra fue ejecutado pcon su propia arma, que hasta ahora, no se sabe dónde está.
Una de las personas bajo la lupa policial es la empleada del exfiscal, Aida María Villalba, que fue imputada por presunto hurto especialmente grave.