Vivir bajo agua y el riesgo de desnutrición infantil

Este año varias comunidades de Ñeembucú se vieron inundadas después de décadas sin sufrir desastres de esta magnitud. Muchas familias perdieron sus animales y cultivos. Con caminos anegados y poca asistencia, los padres luchan por alimentar a sus hijos.

La desnutrición infantil es una de las consecuencias de las inundaciones. En Ñeembucú, cientos de familias hoy no saben cómo se alimentarán a futuro, ante la pérdida de sus cultivos y animales.Leda Sostoa, ABC Color
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Los pobladores de Ñeembucú han “normalizado” estar bajo agua, pero en la última temporada de lluvias, comunidades que no se veían afectadas en décadas se inundaron.

Muchos ciudadanos atribuyen el problema a la presunta mala planificación de la franja costera, que tenía como objetivo proteger a la ciudad de Pilar pero que inundó a todos “los que están afuera”.

Pobladores que dependen de la olería, la producción y la agricultura familiar campesina no saben cómo salir adelante, y numerosos niños están sufriendo los embates de una mala alimentación.

La señora Yanina y su hijo deben caminar por el camino inundado para trasladarse en busca de víveres.

Sobrevivimos gracias a nuestros ahorros”, relató Yanina Valenzuela, una pobladora de Guazu Cuá. Destacó que no sabe cómo hacen sus vecinos que tienen menos recursos.

Con la voz quebrada, la pobladora señaló que todo lo que plantaron quedó destruido y en los próximos meses la situación será peor.

Ahora se va el agua, pero para nuestro sustento a futuro ya no queda nada

Yanina Valenzuela, pobladora de Guazu Cuá.
Inundaciones en Ñeembucú este año y las principales consecuencias.

Ni siquiera pueden pescar, pues no llegan los peces debido a las obras de la franja costera. ¿Qué comen hoy?: “Salvé algunas gallinas que me dan huevos, recibimos un par de víveres y compramos lo que podemos, lo que nos alcanza. No podemos vivir solo de tortillita”, respondió.

Relató que su marido se dedica a la olería y lleva dos meses sin poder trabajar. “Muy difícil está la situación y va para largo rato”, lamentó.

Solo para comprar víveres deben emprender un viaje muy largo, entre calles inundadas o destrozadas.

Cientos de animales murieron en medio de las inundaciones registradas desde mayo en Ñeembucú.

La desnutrición en zonas de inundación

La desnutrición infantil es unas de las tantas consecuencias de las inundaciones. En la gran catástrofe del 2014, más del 36% de las familias en Pilar sufrió escasez de alimentos.

Ese mismo año, el 83,60% sufrió inseguridad alimentaria, según datos de la Revista Salud Pública del Paraguay.

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) datan del 2022 pero no están directamente relacionados a este problema. Ese año, ingresaron al programa de asistencia nutricional 1.654 niños de Ñeembucú, de los cuales el 3,1% tenía desnutrición.

El 11,9% se encontraba en riesgo de desnutrición, según confirmó Geraldine Morínigo, jefa del Departamento de Monitoreo.

Efectos de las inundaciones en niños y adolescentes.

Comentó que por las inundaciones fortalecieron el plan de asistencia a los niños de Ñeembucú. Afirmó que entregan leche fortificada a los pequeños que se encuentren en situación de riesgo de desnutrición o tienen diagnóstico de desnutrición.

Sin embargo, solo llegan a niños de hasta 5 años.

Cientos de animales murieron en medio de las inundaciones registradas desde mayo en Ñeembucú. Muchas familias terminaron abandonando sus hogares, al verse rodeados de agua y sin recursos, pidieron asilo a sus allegados en otras localidades.

Problemas médicos

Las enfermedades diarreicas predominan en las inundaciones. El licenciado Fernando Romero, director de Nutrición del INAN, explicó que las familias tienen poco acceso a alimentos nutritivos y a agua potable, lo cual hace que sea aún mayor la exposición a problemas de salud.

En el caso de los niños, se exponen a una situación de pérdida de nutrientes y la parasitosis. En la etapa de crecimiento, necesitan alimentos ricos en nutrientes pero en estos contexto tienen pocas opciones, casi nada de frutas y verduras.

Solo en la zona de Valle Apu’a, en medio de las inundaciones, médicos asistieron a 50 pobladores con problemas de salud en el mes de mayo. El director de la Unidad de Salud Familiar (USF) de la zona de Pilar, Dr. Nilson Rolls, relató que llegaron en canoas, gracias a la ayuda de los pobladores.

Principalmente, atendieron cuadros dermatológicos, resfriados, dolores musculares por el esfuerzo de las mudanzas y la frialdad del agua. Además, reportaron parásitos y dermatitis.

Trabajadores de la Unidad de Salud familiar asisten a pobladores inundados en Guazú Cua, Ñeembucú.

Cultivos perdidos y animales muertos

Para llegar a la localidad de Guazú Cuá, desde Pilar, se toman caminos de tierra que están en muy mal estado. Durante todo el tramo, en una visita realizada por ABC en junio, se contabilizaron los restos de al menos 12 vacas. Los animales murieron de frío, desnutrición o enfermedades derivadas de la inundación.

Esta zona de Ñeembucú es conocida por la producción de leche, queso y también la olería, los rubros más afectados por la inundación. El presidente de la Asociación de Productores, Javier Rolón, relató que desde el inicio de las obras quisieron colaborar, pero el proyecto se hizo pese a las advertencias.

Agregó que consideran que el canal de derivación está mal diseñado. Como solución, planteó la ampliación y profundización del canal,  y una apertura más amplia en las compuertas.

Parte de la obra de la franja costera en Pilar. Los pobladores señalan que el extenso arroyo Ñeembucú ahora debe pasar por unas pequeñas compuertas y ello genera un efecto rebote que inunda a otras ciudades.

Aseguró que ni siquiera en la gran inundación de 1983 tardó tanto tiempo en volver a bajar el agua. Este año, ya llevan más de tres meses bajo agua.

Se perdieron cabras, ovejas, gallinas, vacas, plantaciones. No hay ninguna ayuda del Ministerio de Agricultura (...) Ya no hay leche, huevo, nada”, lamentó.

La olería es una de las principales actividades en Ñeembucú. Algunos trabajadores ya han retomado el trabajo luego de una difícil inundación, pero otros todavía tienen sus terrenos inundados.

Consultado sobre cómo sobreviven ahora, relató que muchos viven de la pensión de la tercera edad. Es decir, deben soportar todo el mes con G. 670.000.

Estimó un total de 10.500 productores afectados en Ñeembucú, entre pequeños y medianos. Pero no pudo dar números de pérdidas pues el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal pide que acudan hasta las oficinas para reportarlas.

Contó que se reunió con representantes del MOPC, pero la ministra Claudia Centurión no les dio ninguna solución. “Volví realmente decepcionado”, expresó.

Fidel Núñez, poblador de Potrero Piru, relató que él perdió seis vacas, que murieron de frío y adelantó que es probable que pierda más, pues no tiene cómo alimentarlas. Así perderá su único sustento: la venta de leche y queso.

Relató que recibió un kit de víveres, pero que ya casi se acabó y su futuro es incierto.

Este es el panorama en el camino a una de las localidades inundadas en Ñeembucú. La cantidad de animales muertos es prácticamente incontable, pues las autoridades piden a los pobladores de escasos recursos que vayan a las oficinas para hacer el reporte.

Contó que se reunió con representantes del MOPC, pero la ministra Claudia Centurión no les dio ninguna solución. “Volví realmente decepcionado”, expresó.

Fidel Núñez, poblador de Potrero Piru, relató que él perdió seis vacas, que murieron de frío y adelantó que es probable que pierda más, pues no tiene cómo alimentarlas. Así perderá su único sustento: la venta de leche y queso.

Relató que recibió un kit de víveres, pero que ya prácticamente acabó y su futuro es incierto.

Después vamos a sentir más. Ahora todavía tenemos qué comer, pero más adelante será peor

Fidel Núñez, poblador de Potrero Piru

Cartismo posterga asistencia

En el Senado, el cartismo postergó un proyecto de ley que tiene como objetivo asistir a los pobladores y comerciantes de Ñeembucú. El proyectista es el senador Ever Villalba, quien destacó que a la falta de los asfaltados, se suman la construcción de terraplenes sin planificación y escasez de limpieza de desagües.

El parlamentario señaló que el Ministerio del Ambiente debe estudiar todo el sistema hídrico de Ñeembucú. “Una obra sin planificación y estudios, ocasiona este tipo de desequilibrios”, lamentó.

En este estado se encuentra uno de los puentes de Ñeembucú, uno de los departamentos con mayor déficit en materia de caminos.

Franja costera requiere de “mejoras”

En cuanto a las obras de la franja costera de Pilar, señaló que “hay partes que faltan corregir”, pues cuando se cierra la compuerta en Pilar el agua retrocede: “Se ha solicitado al MOPC...Se necesita un rediseño. Esto tiene consecuencias fuera de la ciudad”.

Intentamos contactar con el ingeniero Félix Zelaya, del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), pero tuvimos retorno.

Mientras tanto hoy los pobladores todavía no saben cómo recuperarse y el mayor temor es que el agua vuelva, si no se toman medidas urgentes de mitigación

Créditos y agradecimientos:

Colaboración: Édgar Vázquez

Ilustración: Leda Sostoa

Diseños: Eduardo Alcaraz

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