Desapariciones de niños en Paraguay: los motivos y qué pueden hacer los padres

El número de niños y adolescentes que desaparecen en Paraguay es alarmante y hay dos pequeños que nunca han sido encontrados. Mientras el Gobierno sigue trabajando en el anteproyecto de ley que permitirá la creación de protocolos de búsqueda, un psicoterapeuta analiza las causas y brinda importantes recomendaciones a los padres, para disminuir las preocupantes cifras.

Cada año, se registran cientos de denuncias de adolescentes desaparecidos en Paraguay. Mientras tanto, el Paraguay aún no cuenta con protocolos específicos para la búsqueda, rescate y seguimiento de cada caso.ABC Color
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El Departamento de Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas, de la Policía Nacional, recibió el año pasado 904 denuncias de niños y adolescentes de hasta 17 años desaparecidos en Paraguay. Se reportaron como localizados en total 520 y 381 siguen “en investigación”. Además, tres fueron encontrados sin vida.

Los números en estos primeros meses del 2024 son similares e igual de alarmantes. Hasta el mes de mayo, se denunció la desaparición de 352 niños y adolescentes, de los cuales 154 fueron ya localizados y hay aún 197 “en investigación”.

La Policía Nacional recibió el año pasado 904 denuncias de niños y adolescentes de hasta 17 años desaparecidos en Paraguay.

¿Dónde están Héctor y Juliette?

El subcomisario Felipe Figueredo, del departamento de Búsqueda y Localización de la Policía, aclaró que en realidad no hay una cifra tan alta de niños desaparecidos, sino que el mayor problema es que los padres o tutores no vuelven a las comisarías para reportar que ya retornaron a su hogar, por lo cual se genera un importante problema a la hora de tener datos certeros.

Señaló que en realidad actualmente hay solo a dos niños que nunca han sido encontrados; uno de ellos es Héctor Fabián, quien desapareció en el 2018, a los 8 años, de una estancia en Benjamín Aceval. Desde el Ministerio de la Niñez indican que se manejaron varias aristas de la investigación, pero hasta la fecha nada se sabe del paradero del pequeño.

La otra desaparecida es Juliette, de Emboscada, de quien no se sabe desde el 2020, cuando tenía 7 años. En este caso se llegó a investigar y acusar a los padres por violación del deber del cuidado y abandono, pero realmente nunca se supo qué pasó con ella.

Héctor Fabián y Juliette, dos niños desaparecidos cuyos casos nunca han sido resueltos en Paraguay.

Debilidades para buscar a los niños desaparecidos

El viceministro de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, Eduardo Escobar Said, admitió que el Gobierno es consciente de que hay muchas debilidades en materia de búsqueda y rescate de desaparecidos. Sin embargo, resaltó que se está trabajando en un proyecto de ley que establecerá un marco legal para nuevos protocolos relacionados a desaparición de niños, adolescentes y adultos, para que el país tenga su propia “Alerta AMBER”.

Sobre cómo funciona actualmente el sistema, explicó que luego de la denuncia ante la Policía, se comunica el caso a instituciones como la Fiscalía, Ministerio de la Niñez, Defensa Pública, Migraciones y todas las comisarías, para que pueda ser localizado el menor. No obstante, señaló que no existen protocolos de actuación bien definidos para estos casos.

Explicó que con la ley y su reglamentación precisamente buscan operativizar mejor los trabajos, pues actualmente no se tienen números certeros de las causas de desaparición y tampoco se hace un seguimiento para saber cómo están los chicos al volver a casa. “Hoy no sabemos si huyeron porque eran víctimas de maltratos o abuso, si fueron víctimas de una red... Puede ser desde lo menos a lo más grave”, destacó.

Aseguró que los trabajos que se hacen hoy con la Policía son “fruto de lo empírico”, pero no hay protocolos definidos. En ese contexto, señaló que es consciente de que estamos décadas atrasados en esta materia. Por mencionar una falencia, señaló que hoy todos los operativos se centralizan en el Departamento de Búsqueda de la Policía y con el proyecto buscan que todos los agentes policiales e instituciones del país puedan tener capacitaciones y protocolos de actuación bien definidos.

La Policía Nacional recibió este año 352 denuncias de niños y adolescentes de hasta 17 años desaparecidos en Paraguay.

¿Por qué los padres deben reportar que su hijo desaparecido ya fue hallado?

El viceministro también habló sobre el problema de falta de actualización de cada caso, pues los padres no acuden a levantar la orden de búsqueda y los chicos se encuentran con ese problema recién unos años después, cuando necesitan renovar sus documentos. “Por eso se necesitan instrumentos informáticos, herramientas logísticas para cada comisaría y capacitación de manejo de estas situaciones para todos los oficiales”, declaró el viceministro.

Finalmente, destacó que han ya conversado con congresistas y especialistas de varios organismos, con el fin de pulir el anteproyecto de ley y mejorar todas las políticas de búsqueda de personas desaparecidas. “Sabemos las debilidades que tenemos como Estado, pero estamos trabajando”, finalizó.

¿Por qué desaparecen tantos niños?

El subcomisario Figueredo contó que tienen dos motivos generales y principales de la desaparición de niños y adolescentes hoy en Paraguay. El primero está relacionado a disputas legales sobre la tutela, pues constantemente se dan casos de padres que llevan a sus hijos, sin avisar al otro progenitor, y no regresan.

Las principales causas de desaparición de niños y adolescentes no está relacionados a delitos.

La segunda causa es el abandono del hogar, que se da principalmente a partir de la adolescencia. Indicó que los chicos huyen por tener problemas con sus padres o tutores y generalmente luego son nuevamente localizados.

En ese sentido, el psicoterapeuta cognitivo Marcelo Martínez señaló que son situaciones muy complejas y multicausales. Aseguró que hay muchos más casos de los que realmente se denuncian.

“Aparecen diferentes factores. Los adultos muchas veces queremos atribuirlo a una simple rebeldía adolescente, y puede ser, pero no es la única ni la principal. Incluso no hay que verlo solo como algo negativo, pues en muchos casos adolescentes se salvaron de abusos o maltratos gracias a eso ”, planteó.

No obstante, señaló que huir del hogar parte de la dificultad del adolescente para manejar situaciones difíciles, conflictos familiares o escolares, por ejemplo.

La comunicación asertiva es esencial para que los hijos adolescentes se sientan cómodos para conversar con sus padres y buscar orientaciones.

¿Qué pueden hacer los padres?

El terapeuta aclaró que no hay una fórmula mágica para la crianza, y que todo se adapta a cada padre y sus decisiones. Sin embargo, destacó que se debe entender que el adolescente está pasando por una etapa de la vida que se caracteriza por inestabilidades emocionales y dificultades en la autorregulación emocional.

Los adolescentes no son adultos, no pueden manejar de la misma manera que los adultos sus emociones, pero tampoco son niños. Entonces, ubicarnos en qué etapa están nos ayuda a saber comunicarnos, sin decir cosas como: ‘Vos no entendés luego’, ‘vos no sabés, sos muy chico’. Tampoco se trata de exigirle como si fuera una persona consolidada emocionalmente”, planteó.

En ese sentido, señaló que es muy importante la comunicación asertiva, evitando herir y generalizar. “Decir ‘siempre luego hacés esto o aquello’... son comunicaciones poco asertivas, porque lo que hacen es agredir a la persona”, señaló.

Así también, recordó que todos pasamos por la adolescencia y es una etapa en donde la persona busca encontrar su propia identidad y consolidar su autoestima. “Cuando no hay buena comunicación, el adolescente es más hostil, más agresivo, se siente inseguro, y es ahí donde afloran sus problemas y dificultades”, explicó.

Debido a esa crisis, los chicos buscan otros círculos de amigos donde se sienten comprendidos, pese a que no sean siempre una buena influencia y propician al abandono del hogar ante situaciones de estrés.

La validación emocional

La validación emocional tiene mucho que ver con lo que hoy se conoce como la inteligencia emocional. “Entender las emociones propias y de la otra persona... Eso no significa aceptarlas, sino entender que la otra persona siente de manera diferente a uno, que no tiene la culpa de lo que siente. Claro que tiene responsabilidad de sus acciones, pero no de sus reacciones emocionales”, explicó.

Señaló que la validación implica transmitir el mensaje de que entendemos y aceptamos cómo se siente la otra persona. “No le prohibimos sentir, tener emociones, enojo, tristeza, ansiedad y frustración, pero ayudamos a que no se perjudiquen a sí mismos, permitiéndole sentir pero orientándole a acciones o decisiones más asertivas”, señaló.

Indicó que es importante dejar que los adolescentes expresen sus emociones, pues muchas veces lo único que necesitan es sentirse comprendidos.

Buscar pasatiempos juntos, conocer al adolescente y sus gustos puede ser muy importante para fortalecer el vínculo y evitar crisis o abandonos del hogar.

Cómo fortalecer el vínculo padre-hijo

El terapeuta señaló que para mejorar la comunicación entre padre e hijo es necesario implementar cambios en la rutina y la cotidianeidad. Por ejemplo, preguntar siempre al adolescente sobre sus intereses, sus gustos, videojuegos, música, libros, todo lo que le atraiga a nivel general, pues muchas veces los padres no saben nada de sus hijos.

Demostrar ese interés hace que la comunicación sea mas abierta, relajada, desde la validación; no juzguemos los gustos e intereses de entrada”, instó. En ese sentido, el profesional recomendó no temer a la terapia psicológica, pues los profesionales pueden ayudar en el proceso de crianza.

Manifestó que los valores de cada familia son distintos, pero que los padres pueden mejorar la comunicación para que la crianza sea más efectiva. “Siempre se puede explicar a los adolescentes las causas de la decisión, que no sea meramente una imposición. Lo importante es cómo se trasmite esa decisión y es diferente en cada adolescente“, planteó.

Señaló que durante esa etapa los padres deben tener un rol orientador y estar muy presentes. “El adolescente ya tiene noción de lo bueno o lo malo, lo perjudicial o no, pero es una etapa de exploración, de hacer cosas nuevas, donde seguramente va a necesitar la orientación de sus padres y es importante que el hijo sienta que pueda acudir a sus padres para recibir esa orientación”, reflexionó.

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