Tecnología y su influencia en el abuso infantil: un arma de doble filo que los padres debemos controlar

Por un decreto a pedido del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, en el año 2015 se estableció que cada 31 de mayo se conmemoraría el Día Nacional contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes del Paraguay. Los años pasaron y el contexto cambió, al punto de que hoy la tecnología se convirtió en un peligroso vehículo que los criminales utilizan para llegar hasta sus víctimas.

Las redes sociales se convierten en un arma de doble filo, que los menores pueden aprovechar pero siempre con supervisión de sus padres o tutores.Shutterstock
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Así como trajo avances y beneficios, la tecnología también trajo consigo peligros, pues su influencia es muy fuerte en los niños y adolescentes, que justo a esta edad están en un estado de máxima vulnerabilidad.

En coincidencia con esta fecha tan importante de recordar, también es prioritario tener muy presente que hasta el mes de abril del año 2024, la la Plataforma de Datos Abiertos de la Fiscalía contabilizó 1.014 denuncias por abuso sexual infantil.

También fueron denunciados 209 hechos de estupro, 893 de pornografía, tres casos de abusos por medios tecnológicos y cinco de actos homosexuales con menores.

Como podrá darse cuenta al ver estas alarmantes cifras, nuestros niños están en peligro.

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Depredadores tienen estrategias

Es en este sentido que las redes se convierten en un arma de doble filo, que los menores pueden aprovechar pero siempre con supervisión de sus padres o tutores.

No es una exageración afirmar que los depredadores están al acecho, y la menor ingenuidad de un menor puede ser aprovechada como estrategia para llevar a cabo las diferentes variantes de abuso sexual.

La licenciada Melissa Urtlauf (Reg. profesional 3932), psicoterapeuta de adolescentes y adultos, nos explicó que el mayor peligro al que se exponen actualmente los niños y adolescentes es el fácil acceso a la tecnología.

Este “fácil acceso”, incluye varios aspectos. Uno de los más significativos es la posibilidad de caer en la estrategia de algunos de los depredadores en línea, que recurren a distintas argucias para engañar a los menores. En muchos casos se hacen pasar por un chico de su misma edad; en otros, por un buen amigo.

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No se debe imponer, sino dialogar

Son estas situaciones las que requieren estricta supervisión de los adultos, pero no solo imponiendo órdenes a los menores, sino procurando el diálogo y el entendimiento de los chicos sobre la importancia de no relacionarse con desconocidos.

Si el niño y el adolescente adquieren discernimiento sobre el peligro, podrán protegerse incluso cuando estén lejos de sus padres, y esa, sin dudas, es una batalla ganada.

¿Qué son los depredadores en línea?

Los llamados depredadores en línea, son personas malintencionadas que aprovechan el anonimato de la internet para ganarse la confianza de los niños y adolescentes con el fin de explotarlos o hacerles daño.

En este orden, una de las prácticas lamentablemente más comunes y de las que tenemos que cuidar a nuestros chicos es el ciberacoso, o acoso en línea.

Bajo esta práctica, los adolescentes pueden ser intimidados o humillados por desconocidos o en algunos casos por sus compañeros.

Ocurre la mayoría de las veces a través de las redes sociales, por mensajes de texto, a través de juegos en línea, etc.

Se debe prestar especial alerta a los juegos en línea, ya que estos tienen un sistema de comunicación entre los participantes. En este sentido, puede estar hablando con su hijo cualquier persona desde cualquier lugar del mundo.

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Mucha atención con los juegos en línea

Este es el punto en el que las personas malintencionadas aprovechan el contexto de “juego”, para dialogar con menores, quitarles información, haciéndose pasar muchas veces por niños de su misma edad para ganar confianza.

El peligro de la infancia y la adolescencia, indica la licenciada Melissa Urtlauf, es que a estas edades los chicos pueden no comprender totalmente la importancia de la privacidad. Esto puede llevar a que compartan información personal que los ponga en riesgo de robo de identidad, fraude o acoso.

Otro riesgo a considerar, cita la sicóloga, es la exposición que tienen los menores que usan internet a contenido inapropiado. En un descuido pueden acceder fácilmente a contenido violento, pornográfico o simplemente no acorde a su edad, lo que puede afectar su desarrollo psicológico y emocional.

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Además, el uso excesivo de dispositivos electrónicos y redes sociales puede generar una adicción, afectando negativamente el rendimiento escolar, las relaciones sociales, la salud física y mental.

En el aspecto de la salud mental, el uso constante de las redes sociales puede generar ansiedad, depresión y baja autoestima, especialmente cuando los chicos se comparan con las versiones idealizadas de sus compañeros o figuras públicas.

Grooming y sextorsión

Estas dos prácticas son peligrosas y es clave que los padres conozcan exactamente en qué consisten para proteger a los más pequeños.

Se denomina grooming a un proceso en el que un adulto se gana la confianza de un menor con la intención de explotarlo sexualmente. El criminal comienza pidiendo fotos y posteriormente llega a pactar encuentros. Este proceso no necesariamente es rápido, puede llevar semanas, meses o incluso años convencer a un chico.

Los medios que utilizan siempre son las plataformas en línea como redes sociales, juegos en línea y aplicaciones de mensajería.

Para el proceso de convencimiento inicialmente toman contacto y se ganan la confianza del chico a través de la afinidad, expresando intereses similares o convirtiéndose en su “confidente”, por ejemplo.

Introducen contenido sexual “poco a poco”

En los casos más graves, llegan a poner al menor en contra de su familia, y a partir, el modus operandi es “introducir poco a poco el contenido sexual en las conversaciones”.

“El niño o adolescente se va desensibilizando de a poco, como normalizando ese contenido, hasta que finalmente el depredador logra que el chico participe del envío de fotos o videos”, indicó la profesional.

La sextorsión es el siguiente paso luego del grooming. Se trata de una forma de extorsión en la que alguien amenaza con distribuir contenido sexual explícito de la víctima si no se cumplen ciertas demandas, que pueden incluir más contenido sexual, dinero u otros favores. Va de la mano con el grooming, pero puede darse también de otras maneras, por ejemplo al tener acceso justamente a fotos o videos que los chicos hayan enviado en confianza a otra persona y se hayan filtrado de alguna manera.

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Nunca esperar a que algo pase para actuar

La principal recomendación de la sicóloga para los padres es no esperar a que algo pase para intervenir. Entre las principales claves de prevención se citan:

La Educación: Enseñar a los chicos sobre los peligros del grooming y la sextorsión, así como la importancia de no compartir información personal o contenido explícito. Esto se puede enseñar a cualquier edad, adaptando el lenguaje a la edad y comprensión del niño o adolescente.

La Supervisión: El padre debe actuar en forma intencional, revisando constantemente lo que los hijos consumen en internet, incluyendo las aplicaciones y plataformas que utilizan.

Comunicación Abierta: Se debe fomentar un entorno donde los menores se sientan cómodos compartiendo sus experiencias en línea y preocupaciones, sin miedo a ser castigados.

“Es importante que ellos sientan que pueden contar lo que vieron sin que se les recrimine. Escuchar primero todo, y luego aconsejar con calma , así fomentamos que la próxima no tengan miedo de contarnos las cosas”, instruye la licenciada.

Configuración de privacidad: Afortunadamente la tecnología también proporciona numerosas novedades con respecto a las configuraciones de privacidad en las redes sociales y otras plataformas. Esto permite que la navegación esté adecuadamente ajustada para proteger la información personal. Es fundamental que aprendamos a usar estas herramientas.

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Esperar lo máximo posible para que usen tecnología

Lo ideal es esperar lo más que se pueda para permitir a un niño acceder a las redes sociales. No obstante, si se combina una educación temprana sobre el uso responsable y un control parental activo, con límites claros, los riesgos disminuyen bastante.

Como padres es vital estar atentos a cualquier cambio conductual de nuestros hijos. Si repentinamente comienzan a aislarse, o a estar irritables, melancólicos, con baja autoestima, o se ve afectado el rendimiento académico, no se debe esperar para indagar con cuidado.

En definitiva, la prevención siempre es el primer paso. Estando atentos, podemos guiarlos a usar la tecnología a su favor y de manera responsable y segura.

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