Una buena noche de sueño es la clave para mantener un sistema inmunológico saludable, reducir el estrés y la ansiedad, mejorar la concentración y la memoria y regular el estado de ánimo.
Además, dormir lo suficiente mejora el rendimiento físico y deportivo, ya que ayuda a reparar y fortalecer los músculos.
Pero la falta de sueño tiene efectos negativos, tanto en el cuerpo como en la mente. Aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, entre ellas la obesidad, la diabetes y aquellas que afectan el corazón. Así lo explica el doctor Andrés Giménez, médico especialista en Obesidad-Diabetología y alteraciones del metabolismo.
Afirma que el no dormir bien, sumado a la fatiga (falta de energía), expone a las personas a posibles accidentes de tránsito, domésticos e incluso laborales.
Por ende, señala que la importancia de un buen descanso no puede ser subestimada. “Asegurarse de dormir lo suficiente y con un sueño de calidad es fundamental para mantener una buena salud física y mental”, indica y al respecto recomienda:
1. Mantener una rutina de sueño consistente, acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayudará a regular el ritmo circadiano y mejorar la calidad del sueño.
2. Crear un ambiente relajante. Se aconseja que la habitación esté oscura, fresca y tranquila, con cortinas opacas, con buena ventilación o con un humidificador para generar un ambiente cómodo.
3. Evitar las pantallas antes de dormir: La luz azul emitida por dispositivos electrónicos como teléfonos, tabletas y televisores afecta la calidad del sueño.
4. Hacer ejercicio regularmente. Lo ideal es practicarlo al menos tres horas antes de acostarse.
5. Limitar la cafeína y el alcohol, debido a que pueden interrumpir el sueño, especialmente en las horas previas a dormir.
Arquitectura del sueño
El sueño pasa por cuatro etapas diferentes a lo largo de la noche y cada ciclo dura alrededor de 90 minutos. La primera es ligera, mientras que la segunda y la tercera son más profundas, esta última también es conocida como delta. La última fase es REM, en ella los ojos se mueven rápidamente y la actividad cerebral aumenta, lo que es importante para la consolidación de la memoria y el aprendizaje.