Milagro y legado de la guitarra clásica

Un legado es una cosa tanto material como inmaterial que se deja como un testamento. Algo que se transmite de generación en generación, ya sea dentro de una familia o como impacto en toda una comunidad o el mundo. En esta nota exclusiva para ABC Revista Berta Rojas desentrama el tejido de su nuevo trabajo discográfico “Legado” con el que busca conmover e inspirar. También habla del milagro de recuperar a “Rojita”, su guitarra robada.

Berta Rojas empieza a escribir con el disco "Legado" una nueva parte de su historia con la música.Guillermo Fridman
audima

En este caso, el mundo de la guitarra clásica nos dejó entre muchos otros nombres, dos que nuestra compatriota Berta Rojas se decidió a homenajear, para hacer aún más profundo el testamento de la mujer en la guitarra clásica. Se trata de la argentina María Luisa Anido (1907-1996) y la francesa Ida Presti (1924-1967).

Nacida en las afueras de París, Ida Presti fue una niña prodigio: a los diez años dio su primer concierto. Aunque el éxito llegó tempranamente a su carrera, el fallecimiento de su padre —su principal impulsor— y el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial limitaron sus posibilidades de viajar y ganar visibilidad. En 1952 se casó con el también guitarrista Alexandre Lagoya. La pareja se convirtió en uno de los dúos más célebres de la guitarra clásica, lo cual quizás eclipsó sus logros como solistas.

La guitarrista argentina María Luisa Anido, por su parte, inspiró la mayoría de sus composiciones en las melodías y los lenguajes folclóricos de América del Sur. Al igual que Presti, su talento fue descubierto de manera temprana, y el inicio de su carrera fue guiada por su padre, quien también era guitarrista. Pero no fue hasta después de la muerte de sus padres que Anido tuvo la oportunidad de tocar en importantes escenarios del mundo.

En “Legado”, la guitarrista paraguaya ejecuta seis composiciones de Presti y Anido y tres obras de John William Duarte, Gilbert Biberian y Sergio Assad, respectivamente, inspiradas por las habilidades artísticas de las mismas. La de Assad es un retrato musical de Anido en cuatro movimientos, comisionado por Rojas al guitarrista, compositor y arreglista brasileño, gran admirador de la figura de la artista argentina.

Berta Rojas.

Berta logró unir en un solo disco todas las emociones de estas dos grandes mujeres que han desafiado en su tiempo a los mandatos de una sociedad donde no estaba bien visto que una mujer viajara sola o que quisiera dedicarse a una carrera musical y, además, con un instrumento que estaba siendo un campo dominado por los hombres.

No obstante Berta Rojas, artista tres veces nominada al Grammy Latino, asegura que con este legado no busca plantear una conversación “sexista”, por el contrario, quiere mostrar que todos son capaces y merecen igualdad de oportunidades. Ella confía en el valor de la humanidad como un colectivo que en conjunto puede salir adelante cultivando valores como la justicia, la libertad, el amor y la paz.

A diferencia de anteriores trabajos abordados en estudio y con orquesta, este disco ella lo grabó en la intimidad de su casa en Estados Unidos, con su fiel “Rojita”, la famosa guitarra que revolvió al mundo en su búsqueda ya que fue robada justo al día siguiente de que ella terminara de registrar por completo “Legado”.

Pero para coronar todo este momento, justo cuando finalizaba su conferencia de prensa de lanzamiento el pasado miércoles 25 en Paraguay, le cuentan que la “Rojita” apareció. Ahora Berta quiere tocar los corazones con su maravillosa historia de amor a la guitarra.

-¿Cómo llega este trabajo a ser un disco?

-Hace unos años Candice Mowbray, doctora en Musicología, se acerca a mi casa mostrándome la música de Ida Presti, esta gran virtuosa francesa de la guitarra del siglo y cuando empieza a mostrarme las obras que ella había escrito empieza a llamarme mucho la atención, porque yo no sabía de esta música. Entonces empieza a apasionarme el tema y se queda seguramente en algún rincón de mí esa idea. Años después seguí el trabajo de Candice, explorando otras intérpretes, abriendo el panorama y entonces me di cuenta que muy pocas veces la historia de la guitarra clásica recoge a las mujeres que también hicieron parte de su crecimiento y de su historia.

-¿Cómo fue trabajar esa historia y traducir eso al álbum?

-La verdad le debo mucho a Candice la sistemática recolección de datos trayéndome la música, las partituras, las historias, porque yo quiero siempre tratar de conseguir un disco que sea la música pero algo más. No es que la música no sea suficiente, pero siempre si hay una historia para contar parece que el imaginario se amplía. Entonces de esa manera escuchando, leyendo, analizando, es que resuenan mucho conmigo las historias de Ida y de María Luisa. La última por ser latinoamericana, la primera concertista de guitarra clásica de América Latina, compuso música, escribió arreglos y me tocaban mucho sus historias. Recién a partir del año 1950 cuando su madre muere es cuando ella puede realmente hacer una gran carrera concertística. No estaba bien visto que una mujer sola viajara tocando conciertos y menos si esto era acompañado de una guitarra. Una mujer que desafía a esas limitaciones que existían, sociales, culturales de la época. Se abraza a su sueño, es muy hermoso.

La guitarrista francesa Ida Presti.

-Trayendo eso al presente, ¿cómo ves que hayan evolucionado esas oportunidades para la mujer?

-Si te ponés a pensar en cuándo empezamos a votar en América Latina o cuándo empezó a votar en Paraguay, fuimos el último país en el que el voto de la mujer fue admitido. Te das cuenta que en el 60 estaba sucediendo todo esto. Es un proceso que tenemos que ir viviendo, pero creo que sobre todo es un proceso a nivel de humanidad, no tiene que ver ni con el sexo, ni tiene que ver con nada, tiene que ver con una cuestión de humanidad, el poder facilitarle el igual acceso a las oportunidades a todo ser humano en esta tierra, para que todos podamos desarrollar ese sueño, esa visión, ese talento que tenemos, algunos más escondidos que va a llevar un poco más de trabajo quizás descubrirlos, otros lo tienen muy presente. Pero esa posibilidad de acceder a oportunidades que te permitan encontrar tu brillo, encontrar tu lugar y encontrar qué es lo que va a hacer tu legado a partir de tu paso por esta tierra. Ahí te das cuenta que no todos tenemos la misma oportunidad sobre todo de un país como Paraguay, donde aparentemente las oportunidades están tan limitadas a cierto contexto económico. Por ahí es difícil llamar la atención, encontrar todas las posibilidades de pulir tu talento y de trabajar, entonces ese es un poco mi sueño también, el sueño de que no solamente la mujer tenga una oportunidad, sino todo ser humano que pase por esta tierra, que tengan la oportunidad de desarrollar su sueño.

-Me hace pensar en las historias de Ida y María Luisa, quienes empezaron desde muy chiquitas. Pienso en los niños de Paraguay y me pregunto ¿qué faltaría para que un chico pueda vivir lo mismo que quizás vivieron en ellas?

-Ellas tenían padres que eran músicos, amaban a la guitarra, entonces eso facilitó mucho el camino. Eso vamos a ver a lo largo de la historia de estas grandes mujeres que trazan el camino de la mujer en la música con la historia de la guitarra. Había una figura masculina que daba como el permiso para poder hacer este trabajo, pero yo no quiero llevar la discusión a una discusión sexista, yo quiero llevar la discusión a una discusión de humanidad, de igual acceso. Por eso me llamó mucho la atención al visitar Finlandia donde no hay escuela privada, toda la escuela es pública y de altísima calidad. Entonces, qué lección más hermosa de vida fue para mí eso, el darme cuenta que allí no hay un solo chico que no vaya a acceder a la misma oportunidad que otro, o la cantidad de bibliotecas públicas que tienen. Creo que ese tipo de cosas son las que tengo como un imaginario del país posible o el imaginario de la América Latina posible.

María Luisa Anido, una guitarrista y compositora argentina.

-¿Ves muy lejos todavía eso con nuestro país?

-En este momento no puedo terminar de percibir cómo estamos y dónde estamos. Tenía una idea un poco más cercana cuando hacía las giras de colegio, pero hace muchos años que estoy fuera de Paraguay así no quiero comprometerme mucho con esa respuesta solamente por respeto a quienes están viviendo y trabajando acá en el país. Entonces por eso me tomo este tiempo, voy a pasar tres meses en el Paraguay (no es que tres meses sean suficientes), claro, pero en esos meses sí quiero tratar de embeberme de ese Paraguay que está saliendo un poco de Asunción. El gran Paraguay.

Un verdadero viaje musical

-Respecto a las obras de Ida y María Luisa, que provenían de diferentes orígenes, épocas y contextos ¿cómo componían ellas y qué sentimientos plasmaban en sus obras?

-Hay una obra que se llama “Segovia”, de Ida Presti, y te invito a escucharla e imaginarte una foto de Ida, en la cual la vas a ver extendiendo su mano izquierda en una posición con una desteridad increíble. Es una obra que usa unas extensiones muy importantes y tiene un imaginario bien interesante, casi como que se siente que es un viaje a través de sonidos que deben haber caracterizado mucho la literatura que Andrés Segovia tocaba en ese tiempo, porque es un homenaje a él. Hay una danza rítmica (“Danse Rhytimque”) donde ella usa colores, usa el aire festivo que le quiere imprimir a esa danza que le dedica finalmente a su esposo Alexandre Lagoya.

Ida Presti con una fantástica posición de la mano izquierda.

-¿Y en el caso de María Luisa?

-Ella escribe un preludio “Lejanía”, muy hermoso, que tiene una serie de arpegios que se sienten como cascadas combinadas con cuerdas abiertas; muy hermoso. Además ella componía usando elementos de folclore argentino y latinoamericanos. Vas a escuchar un “Triste” que es un género rioplatense, también un “Aire de Vidalita” o una baguala que es “El Misachico” que le dedica a su madre y escribe después de la muerte de su madre, entonces se escuchan los golpes la guitarra que imitan la caja vidalera, esos dúos de tercera que hace en los grados de la guitarra que es casi como que estuviera su alma llorando, y termina la obra con una sola nota que es como el suspiro final de la muerte. Con muy pocos elementos y con una sensibilidad bien condensada, profunda, ella describe la muerte.

-Entonces, cuando te encontrás con las obras y tenés que estudiarlas técnicamente por un lado pero por otro lado involucrarte con las emociones, ¿cómo es ese trabajo?

-Yo tengo la ayuda de músicos que me guían también. En el caso de la música de María Luisa trabajé con Sebastián Henríquez, que es un productor argentino, guitarrista, colega, es excelente, y ya había arreglado música para el disco “Felicidade”, y ahora está trabajando con Pedro Aznar como guitarrista entre muchas otras cosas. Él con su profundo conocimiento de folclore argentino también me fue guiando en estas interpretaciones, entonces nos sentimos como más libres para explorar en este repertorio. En el caso de Ida Presti también ir buscando otras referencias de otra gente que se acercó a esa música o la referencia misma de su estilo, como ella era una persona que se divertía mucho con la música, era muy creativa, entonces todo eso se tiene que reflejar en la música y en las interpretaciones.

-Parte de este legado es lo que excede a sus obras que son todas estas obras dedicadas de otros autores y la que encargaste a Sergio Assad, ¿cómo es encontrarte con estos tributos?

-Yo creo que eso habla del impacto que es la figura de ellas producida en otros músicos, al punto de querer escribir un homenaje a ellas. Estos dos homenajes que elegí son obra que se escribieron luego de la muerte de ellas y un poco con el espíritu de esa vida que se apaga y tenía tanto para dar porque Ida Presti se muere a sus 42 años. Entonces es una vida que se termina muy rápidamente. En el caso de Anido nos faltaba una obra entonces le escribí al maestro Sergio Assad, y le dije “¿te animarías a escribir algo para este disco?”, me dijo “por supuesto que sí, yo la admiraba a la maestra Anido, ¿cómo no escribir algo para ella?”. Entonces Candice fue haciendo el recorrido de María Luisa para mostrarle al maestro Assad.

Entonces su obra empieza con una chacarera que está en Argentina, luego un zapateado que es en España, que tiene también la “canción del Yucatán” de María Luisa, rearmonizada por Sergio, el tercer movimiento es una “Barynya”, como le llama él, un aire de kalinka, que cuenta un poco de su paso por Rusia, incluso hay algunos videos de ella con su pelo entrecano tocando en Moscú; y luego termina con una salsa que es su paso por Cuba. Es una obra muy interesante además porque él crea anagramas musicales, es decir, a cada letra del nombre María Luisa le asigna un sonido. La M es un sonido, la A otro sonido y así sucesivamente. Entonces los motivos temáticos son cinco notas, y todo eso está en la música. Entonces recurre constantemente al nombre de ella sonoro y gráficamente. Eso se puede ver en la partitura.

María Luisa Anido.

-Pensaba entonces en tus antecedentes discográficos más cercanos como “Felicidade” (2017) o “Historia del tango” (2015) por citar algunos, grandes discos con gran orquestación, y ahora volvés como a encontrarte con tu guitarra sola, a esa raíz bien clásica.

-Creo que como es lindo el sonido grandioso de una orquesta también es muy lindo el sonido de una pequeña orquesta que es una guitarra. No tengo miedo a ese sonido, a su intimidad, al refugio que significa el sonido cálido, el sonido dulce, sonido íntimo de un instrumento. Lo que sí va a requerir probablemente del escucha una concentración y un tiempo de calidad con el disco para que el disco te hable. No va a ser un disco que lo vas a escuchar mientras hacés otras cosas. Creo que va a ser un disco que te vas a sentar a escucharlo como material de música clásica que requiere su tiempo, su espacio, y ojalá me den ese esa oportunidad de acompañarles algunas veces para que esta música también empiece a formar parte de su sonido.

-Esa intimidad y calidez la conecto con el dato de que el disco lo grabaste en tu casa ¿Cómo fue el proceso de grabación?

-Tenemos un gurú del sonido en Berklee que es el maestro Randy Roos; él manejó hasta casa, porque vivía en las afueras, encontró el lugar donde tendríamos el sonido que queríamos, compramos los equipos que él quería, dejamos un estudio precioso en casa también con los micrófonos que a nosotros dos nos gustan. Entonces una vez que logramos el sonido que queríamos entonces ya se fue feliz a su casa. Le compartimos también el sonido a Popi Spatocco que es como mi hermano, para sentir que teníamos el aval de él. Luego fue sentarme a trabajar la música, sentir la madurez, trabajar con Sebastián, encontrar que la toma que estoy haciendo es la toma que tiene el sonido, porque a veces un pequeño giro, un pequeño cambio ya te cambia el sonido. Lo que me toca el corazón fue que el día antes de irme a Cleveland fue el día que yo terminé de hacer las tomas. Mientras consideré que La Rojita estaba perdida, incluso le escribí en el disco una dedicatoria, porque dije: “Dios mío, menos mal que le hice caso a mi mamá que decía siempre: no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Yo estaba tan cansada y pensé en terminar la toma al volver de Cleveland. Pero no, me acordé de mamá e hice y pude terminar el disco con La Rojita.

-Entonces esa guitarra ahora tiene una connotación aún más especial.

-Es increíble porque en el momento que una de mis amigas me hizo hacer el ejercicio de soltar y aceptarle al otro instrumento que es una preciosa guitarra, poder darle su espacio para que empiece a mostrar su poesía, pero cuando logré soltar La Rojita volvió. Fue muy lindo porque yo estaba en la misa de María Auxiliadora y cuando salgo y me voy a encontrar con mis compañeras de colegio recibo un mensaje que me indicaba que estábamos en el camino a recuperarla. Desde ahí mi corazón estaba con una explosión, y al terminar con la conferencia de prensa de “Legado” encuentro las fotos de la guitarra. Fue un proceso hermoso. Estoy muy agradecida con la gente por la solidaridad, porque me hicieron sentir que esas aventuras que vamos construyendo con La Rojita son parte del corazón de ellos. Me hizo sentir que esa tricolor que tiene ella en la caja no está puesta allí solamente como un adorno, es un símbolo, y van a pasar muchas tormentas, muchas vicisitudes, pero esa tricolor está intacta en La Rojita y creo que a veces es un mensaje muy fuerte.

Berta Rojas durante la conferencia de prensa con la que lanzó el disco "Legado".

-Si bien María Luisa e Ida dejan un legado y vos también estás dejando el tuyo a otras personas, lo que me gustaría saber es a vos, ¿qué te deja todo esto?

-Me deja ese deseo de que todos tengamos la posibilidad de seguir nuestros sueños, la vida es una y merece ser vivida a pleno. Así como nuestras huellas digitales son únicas, así también el mundo necesita la impronta que dejamos. Eso es lo que me deja, el deseo de que esa oportunidad que gracias a Dios tuve yo de poder construir esta vida regada de música, pues sea la oportunidad que tenga todo ser humano que quiera desarrollarse y cumplir su sueño.

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