Paraguayos y paraguayas que viven en Buenos Aires iniciaron una campaña virtual en repudio y rechazo al trato que el Gobierno paraguayo está dando a los que regresan del exterior.
“Paraguay también es nuestra casa: Migrar es un derecho, regresar también” es la consigna de paraguayos en la Argentina, a la que se sumaron decenas de compatriotas que residen en el barrio La Boca y Balvanera.
La campaña virtual se extendió a miles de personas que se fueron uniendo a este movimiento que busca generar conciencia sobre el derecho que tiene todo compatriota que migró a regresar a su país de origen, acatando las medidas sanitarias vigentes contra el covid-19.
En busca de mejores condiciones económicas
“Si bien tenemos derecho a migrar, no lo hacemos por placer o gusto, lo hacemos buscando mejores condiciones de vida; migramos en busca de trabajo y el fruto de nuestro trabajo lo enviamos mes a mes a nuestras familias en Paraguay. Es sabido el trato que reciben los migrantes en otros países. Muchas veces nos consideran de segunda categoría, como mano de obra barata, es el caso de los paraguayos explotados en las maquilas de Saõ Paulo, y cuando por la pandemia ya no les servimos nos tiran como basura desechable, por eso retornamos al Paraguay y no nos reciben. El aumento de los casos en la frontera con Brasil es también responsabilidad del Estado paraguayo, ya que quienes ingresan están hacinados en los refugios y se exponen a los infectados. Tenemos derecho a regresar y nadie puede evitarlo, el Estado nos debe proteger y brindar todas las condiciones para cumplir con un aislamiento preventivo en condiciones dignas, con testeos masivos” son las declaraciones de Carlos Marecos, paraguayo migrante que vive en Buenos Aires, en el barrio Balvanera.
Manifestación
El jueves pasado migrantes paraguayos se manifestaron frente a la puerta del Consulado paraguayo en la Argentina porque necesitan regresar con urgencia a nuestro país. Denunciaron que las autoridades paraguayas alegan falta de recursos y de instalaciones, al punto de dejar abandonadas a su suerte a cientos de familias, muchas de ellas incluso debieron permanecer en los puentes a la intemperie. Entre las personas se encuentran niños y ancianos. “¿Cómo es posible tanta insensibilidad y discriminación? Ninguna de las razones que se esgrimen para cerrarles Seguiremos insistiendo. Ninguna pandemia hará que renunciemos a nuestros derechos”, expresaron algunos de los manifestantes en las redes sociales.