Estudiar temiendo que caiga el techo

Fonacide, en siete años, ha destinado a municipalidades y gobernaciones más de US$ 451 millones para mejorar las instituciones públicas. Sin embargo, las autoridades públicas en su mayoría, lo vieron como una fuente de enriquecimiento ilícito. Como resultado del despilfarro, los techos de las aulas colapsaron sobre las cabezas de los estudiantes en todo el país.

El 30 de setiembre del 2015, el techo de un aula del Colegio Nacional de Lambaré colapsó sobre alumnos. Hubo 14 heridos.
Con enormes agujeros estaba un aula de la Escuela N° 43 de Atyrá, en febrero del 2018, a días del inicio de clases.
El techo de una de las aulas de la escuela Pablo Ibáñez del distrito de General Resquín se derrumbó el 26 de junio del 2016.
La directora Blanca Bogado muestra el techo deteriorado de la escuela Uruguay de Ciudad del Este el 5 de marzo del 2019.
Una docente de la escuela San Carlos del distrito de Liberación muestra el agujero en el techo de un aula en mayo del 2016.
El techo de la galería del Colegio Alvarín Romero de Asunción se desplomó en pleno horario de clases el 9 de mayo del 2017.
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El 21 de setiembre del 2012 fue promulgada la ley Nº 4758 que crea el Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) y el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI). A partir de allí, y durante los gobiernos de Fernando Lugo (2008-2012), Federico Franco (2012-2013), Horacio Cartes (2013-2018) y parte de Mario Abdo Benítez se destinaron US$ 451 millones (G. 2,7 billones) a municipios y gobernaciones. De ese total, G. 2,1 billones fueron administrados por los Intendentes y G. 545.540 millones por gobernadores.

Pero un informe de la Contraloría General de la República (CGR) reveló que desde el 2013 hasta junio de este año, G. 16.091 millones (US$ 2.554.127) de Fonacide fueron utilizados de forma irregular por gobernadores e intendentes. La malversación de estos recursos quedó en evidencia con los sucesivos derrumbes de techos en aulas públicas.

El peor caso ocurrió el 30 de setiembre 2015 –Roberto Cárdenas (ANR, cartista) era intendente de Lambaré– cuando el techo de un aula del Colegio Nacional de Lambaré colapsó sobre los alumnos, dejando como saldo a 13 menores y una docente, heridos. A partir de allí, se produjo un efecto dominó entre el 2016 y 2017, periodo en que techos y paredes de aulas públicas comenzaron a colapsar. Según archivos de este diario, solo en el 2016 hubo 12 casos, es decir, uno cada mes. Fonacide recibe recursos de la compensación por la cesión de la energía de la Itaipú al Brasil, y fue concebido para mejorar la educación como infraestructura, aulas nuevas, elementos para una mejor educación y merienda escolar, sin embargo, fue utilizado como fuente de despilfarro para el enriquecimiento de autoridades públicas.