¿Y si probamos con el yodo?

SALAMANCA, España. Es evidente que todas las campañas que se realizaron durante varios años de proporcionarle a la población dosis de yodo que por diferentes motivos carecen nuestros hábitos alimenticios, han fracasado rotundamente. Las pruebas de esta falta de yodo y sus consecuencias, están al alcance de cualquiera. Fue necesario que llegara la Semana Santa para que buena parte de los asuncenos se subieran al auto con toda su familia y se fueran al interior a pesar del decreto de cuarentena que rige en todo el país debido a la presencia del terrorífico coronavirus.

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Esta actitud delictiva, pues se está violando una prohibición, es además de una inconsciencia difícil de medir ya que de este modo se está esparciendo el virus en las poblaciones del interior. Las consecuencias serán tremendas al infectar a personas vulnerables que, en el momento preciso, carecerán de las atenciones debidas por la falta de hospitales adecuadamente montados, por las enormes distancias que habrá que recorrer entre diferentes pueblos y los sitios donde podrían ser socorridos siempre y cuando lleguen con vida.

Si en realidad la gente que vive en Asunción ama tan entrañablemente a sus familiares del interior, el gesto más noble y sincero hubiera sido quedarse cada uno encerrado en su casa a la espera de mejores tiempos para realizar la visita tan deseada.

No hay que extrañarse de este tipo de conducta cuando un diputado del PLRA, Edgar Ortiz, de Itapúa, en un vídeo que acabo de ver, se opone a estas medidas de la cuarentena y afirma que no se puede paralizar todo un país “Hay que evolucionar. Y otra cosa, no es taaaaanto (así arrastra la /a/ para darle más énfasis a sus palaras) como dice la gente. El dos por ciento es la cantidad de muertes que hay....” Y terminó calificando esta situación como una “psicosis colectiva”.

Es evidente que este señor no está enterado de lo que está ocurriendo en el mundo. Aquí en España, las dos semanas anteriores, morían entre 800 y 900 personas ¡por día! Esta semana se da como una noticia muy buena que ahora “sólo” mueren 650 personas por día. Esto es nada más que en España para no hablar de la catástrofe que se está viviendo en Italia y Estados Unidos. En este último país hace menos de una semana también tenían nada más que un par de infectados, y ahora solo el estado de Nueva York tiene más casos confirmados de coronavirus que cualquier país del mundo. La cifra está dada por la prestigiosa universidad John Hopkins.

En el momento en que escribo estas líneas (viernes a la noche) hay en España 157.022 contagiados y 15.843 muertos. En todo el mundo hay 1.561.371 contagiados y 95.585 muertos. ¿Tendremos que considerar que no son “taaaaantos” los muertos y contagiados? ¿A partir de cuántas víctimas tenemos que comenzar a preocuparnos?

En España se está deteniendo el avance de la infección, entre otras cosas, gracias al confinamiento de la gente en sus casas. No sólo hay un acatamiento a la medida sino también una vigilancia muy rigurosa a cargo de la policía y del ejército que están en las calles controlando el muy escaso movimiento de personas; las más, comprando en los supermercados en los que también se observan medidas muy rigurosas como el uso de guantes y varios puestos, dentro del local, con dispensadores de alcohol en gel.

Si la población no se decide a observar las medidas tomadas desde el ministerio de Salud Pública pronto veremos que los enfermos comenzarán a caer como fichas de dominó. Entonces le tendríamos que preguntar al diputado Edgar Ortiz si se trata de una “psicosis colectiva”. Por ser un hombre público tendría que ser el primero en dar ejemplo de cordura, de prudencia y sensatez. Los tiempos que corren no son propicios para las aventuras políticas.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

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