Los árboles de jacarandá alcanzaron su sueño de convertirse en poemas. Sus frondosas y vivaces ramificaciones están coronadas con flores de intensos colores lilas. Una leyenda urbana dice que estos árboles fueron plantados por un intendente liberal para que florecieran cada 18 de octubre.
El ingeniero agrónomo Germán González Zalema explica que la sequía generó esta atípica floración y que existen tres especies de jacarandá: mimosifolia, cuspidifolia y micrantha.
“Generalmente si el invierno es seco en primavera los árboles florecen mucho más. Vemos la floración de jacarandás mimosifolia y cuspidifolia. En Alto Paraná y desde Paraguarí abunda más la especie micrantha que tiene flores más moradas”, indicó.
Al árbol de jacarandá se le conoce en idioma guaraní como karóva y como ka’i jepopete, este último nombre se le dio porque los monos golpean las vainas de los frutos del árbol para abrirlos produciendo un sonido similar al golpe de manos o a aplaudir.
La ciudadanía debe cuidar de no abusar con la extracción de su corteza, que se utiliza como remedio natural. Felizmente, el jacarandá tiene la particularidad de renovar su corteza.