Su guardaespaldas Pelayo Denis Esquivel (50), baleado en la nalga, también fue procesado por los mismos hechos.
Este se halla internado en el Hospital de Trauma (ex Emergencias Médicas) de Asunción.
El otro objetivo del equipo de investigación, Felipe Escurra Rodríguez (42), alias Barón Escurra, quien logró eludir el cerco policial, sufrió la misma imputación y será declarado rebelde en la causa.
Barón está fugitivo desde 2017, cuando fue liberado por el juez Leonjino Benítez, quien después de eso sería destituido. Lico’i, tras ser detenido en su fortaleza de la colonia Manta Potrero, de Capitán Bado, reconoció abiertamente ser un narcotraficante, aunque se ofendió cuando lo tildaron de sicario.
Entre otros cosas, manifestó que se gana bastante bien con la marihuana y que en su ciudad el 95% de las personas se dedican a ello. Justificó que hay muy pocas opciones laborales, como ser docente o policía o militar.
El mismo estaba en guerra con la facción de Roberto Núñez Portillo (35), alias Robertí, que a su vez fue desarticulada el 1 de mayo pasado en el recordado operativo “Romai”, en el que hubo cinco muertos en la colonia Piray.
El operativo “Jango” fue realizado por el departamento Contra el Crimen Organizado. Los comandos que actuaron son de la Fuerza de Tarea Conjunta y de la FOPE. El asalto policial incluyó el uso de dos helicópteros con artilleros a bordo, uno de la Policía y el otro de la FTC. En el terreno estuvieron el viceministro de Seguridad Interna, Hugo Sosa Pasmor, y los comisarios Cándido Gómez, Francisco Resquín, César Silguero, Nimio Cardozo, Crescencio Portillo, entre otros.